El debate final de TV3 no acaba con la indecisión en Barcelona
El último encuentro entre los candidatos a la Alcaldía no aporta golpes de efecto a la campaña
Gobernar la ciudad de Barcelona los próximos años va a resultar una tarea complicada, y no sólo por la fragmentación del voto que apuntan las encuestas. El último debate entre los candidatos a la alcaldía de la capital catalana, que tuvo lugar la noche del jueves en TV3, demostró que más allá de las declaraciones de principios de unos y otros, en el sentido de que quieren llegar a acuerdos de ciudad, nadie parece dispuesto a hacer la más mínima concesión al adversario. En una discusión deslavazada, que nada nuevo aportó a los miles de indecisos que podrían decidir el signo del próximo gobierno municipal, los alcaldables de las cinco formaciones con representación en el Ayuntamiento se dedicaron a repartirse culpas y a mirar por el retrovisor.
El actual alcalde y candidato de CiU, Xavier Trias, que se presentó como el garante de la reactivación económica de la ciudad, fue el destinatario de la mayor parte de los ataques, a los que ayer se sumó incluso el representante de ERC, Alfred Bosch, que sólo encontró la sintonía con él cuando surgió en el debate la cuestión soberanista. Xavier Trias recibió críticas por todos los flancos, más incluso que la rival que, según las encuestas, aparece como su principal amenaza para revalidar el cargo, la cabeza de lista de Bcomú, Ada Colau , quien además de mantener su indefinición en torno a la independencia de Catalunya, trató de alinear en el mismo bando, el de la defensa de los intereses privados, a CiU, PP y PSC.
El debate giró en torno a temas como el turismo, la movilidad, la independencia y la inmigración. Se echaron en falta otras cuestiones como el comercio y las políticas sociales y económicas, y tampoco abundaron las propuestas concretas para la ciudad.
Xavier Trias defendió el buen estado de las finanzas municipales y se mostró orgulloso de la acción de gobierno en estos años.Desde el primer momento, el socialista Jaume Collboni se enzarzó con él a cuenta precisamente de esta situación financiera, la heredada y la presente. El candidato socialista buscó en todo instante el cuerpo a cuerpo con Trias. Y el aspirante a la reelección, una y otra vez, se presentó como la mejor garantía de que la ciudad generará actividad económica, lugares de trabajo y, en definitiva, justicia social.
Fernández Díaz se mostró especialmente incisivo con Colau a quien acusó en repetidas ocasiones de participar en muchas de las políticas sociales, urbanísticas y económicas del pasado a través de ICV. Y le llegó a decir "usted es hija de viuda", en referencia a la presencia de miembros del partido ecosocialista en BComú.
Ada Colau prefirió la confrontación con Xavier Trias. En sus palabras finales puso en contraposición la ciudad que él representa y otra con un sello más social. El cuerpo a cuerpo fue recíproco y se convirtió en un tumulto cuando el debate abordó la cuestión turística. En ese momento salieron a relucir la Marina del Port Vell, el puerto para grandes yates y el incivismo. Collboni, Bosch y Colau lamentaron la decisión de Trias de tirar adelante el proyecto aún contando con la oposición vecinal. Todos coincidieron, eso sí, en la necesidad de buscar un turismo de calidad, familiar y cultural. Ada Colau defendió que el turismo ha de ser sostenible " porque –aseguró– estamos a punto de matar a la gallina de los huevos de oro". Mientras que Bosch, que dijo hablar más como vecino de Ciutat Vella que como candidato, calificó de insoportable la situación en determinados barrios.
También Collboni culpó a Trias de habérsele escapado el tema de las manos. "El turismo ha de estar al servicio de la ciudad, no la ciudad al servicio del turismo". En este punto, el candidato de CiU replicó que el modelo turístico de Barcelona no lo había inventado su equipo de gobierno. Fernández, por su parte, puso en el punto de mira al visitante low cost y de borrachera.
Buena parte del debate estuvo centrada en la cuestión soberanista. Collboni pidió que los candidatos dejaran clara cuál es su posición y recordó la adhesión del alcalde Trias al manifiesto municipal de la Assemblea Nacional de Catalunya. Le preguntó al alcalde cuáles son las consecuencias de "poner la ciudad al servicio del proceso" y le arrancó una respuesta a la pregunta de si es partidario de la independencia "Sí, yo sí –dijo Trias– porque así las cosas no pueden seguir".
Bosch inquirió a Colau, y en este punto se alineó también con Fernández, para que se posicionara sobre el debate soberanista. Fue el momento en el que se le vio más cómodo. El candidato de ERC hizo referencia al día aciago que sufrieron ayer los usuarios de transporte público a causa del fallo de Rodalies. " No hubiera pasado con un estado independiente". El proceso soberanista reapareció de nuevo cuando el cabeza de lista de ERC recordó que muchas de las infraestructuras están pendientes de recibir financiación del Gobierno. " No las tendremos, si no tenemos un Estado a favor".
Colau volvió a su argumento, sin entrar a pronunciarse abiertamente sobre si está o no a favor de separarse de España y reclamó que el derecho a decidir se ejerza en todos los casos, no sólo sobre este asunto. La candidata de BComú logró zafarse incluso de la pregunta directa de Alberto Fernández: "¿Es usted independentista?". La respuesta se quedó en el aire.