La fragmentación política toma el mapa electoral de Barcelona
En las pasadas elecciones europeas ningún partido alcanzó el 40% de los votos en ninguno de los 73 barrios, un hecho insólito en la capital catalana
La aparición de nuevas candidaturas a derecha e izquierda reparte las papeletas de los antiguos "feudos"
El mapa electoral barcelonés está en proceso de transformación. Los gráficos de concentración del voto palidecen tras cada convocatoria de sufragio y las tablas de resultados cada vez incluyen a más partidos. Dinámicas internas de cada formación a parte, esta evolución comporta un cambio fundamental en la vida política de la capital catalana: los 'feudos' se difuminan. Durante tres décadas, los grandes partidos han planificado sus campañas, su búsqueda de apoyos e incluso sus promesas electorales en función de estos territorios especialmente favorables. Pero hoy la irrupción de nuevas formaciones tanto a la derecha como a la izquierda de las siglas más veteranas y el crecimiento de ERC imponen un mayor reparto del voto y ya no permiten dar por ganado ningún barrio.
Y es que tradicionalmente en Barcelona había barrios en los que determinados partidos lograban por sistema porcentajes del 45, 50 y hasta de más del 60% de las papeletas emitidas. Nou Barris entero, el oeste de Sants-Montjuïc, el este de Sant Martí y el norte de Horta-Guinardó eran siempre para los socialistas; mientras que el Eixample, Les Corts y Sarrià-Sant Gervasi eran territorios fértiles para CiU, aunque con el PP siempre pisándole los talones (o ligeramente por delante, como en Pedralbes, Tres Torres y la Bonanova). Sin embargo, el proceso independentista y el vendaval de la crisis han redibujado el mapa de partidos y la correspondencia habitual entre las tendencias de voto y los tres estratos socioeconómicos clásicos (clase baja, media y alta).
Nou Barris De los diez distritos, quizá el que más evidencias de cambio muestra es Nou Barris. En su feudo más emblemático, el PSC acusa la caída de la formación (-26,4%) por encima de la media de la ciudad (-20,4%), aunque en 12 de los 13 barrios sigue siendo la fuerza más votada con diferencia. La fidelidad del núcleo duro de votantes socialistas, como ya se demostró con la movilización de simpatizantes de Carmen Andrés en las primarias, es la gran baza del partido, que en cambio se desinfla entre el electorado más joven. Cabe recordar, además, que en muchas de estas barriadas los hijos se han emancipado fuera del distrito y que el relevo generacional se ha apoyado básicamente en la inmigración, que con frecuencia no tiene derecho a voto o es menos proclive a ejercerlo.
Los resultados de ERC en Nou Barris también son particulares y reflejan una doble paradoja: ha obtenido llamativos crecimientos respecto a las europeas de 2009 y las catalanas de 2012, pero también es el distrito dónde ha quedado fuera del podio en más barrios. Ha hallado un granero inesperado en áreas que han progresado económicamente en las últimas décadas o que han diversificado población, pero en las barriadas más humildes avanza con mucha dificultad. Así, por ejemplo en Vilapiscina i Torre Llobeta –el único barrio del distrito dónde es primera– ha triplicado su peso en cuatro años: de un discreto 6,6% (2009), a un 12,3% (2012) y a un 19,7% (2014). En cambio, en territorios más periféricos como Ciutat Meridiana, el ascenso es mucho menor: 2,3% (2009), 4,8% (2012) y 7,6% (2014).
Como efecto colateral de este auge republicano, el PP ha perdido la medalla de plata en la franja este de Nou Barris (Porta, Turó de la Peira, Can Peguera, Guineueta…). En el resto (Canyelles, Roquetes, Prosperitat, Torre Baró…) han ido perdiendo gas desde 2009, pero sin llegar a bajarse del segundo puesto. También C's y Podemos han sacado buenas notas en Nou Barris, contribuyendo a lijar todavía más las hegemonías del antiguo feudo. Por ejemplo, en Canyelles Ciutadans ha obtenido el 10,6% de los votos –muy probablemente a costa del PP– y Podemos el 9,2%.
Zona alta
Otro feudo de signo opuesto lo conformaban los barrios de Pedralbes, Sarrià, Tres Torres, la Bonanova y Galvany. Estos cinco barrios –el primero perteneciente a Les Corts y el resto a Sarrià-Sant Gervasi– formaban un ecosistema a parte. Y todavía tienen sus propias dinámicas, pero el eje Catalunya-España gana protagonismo frente al eje derecha-izquierda. La hegemonía política sigue recayendo en CiU y PP –entre los dos captan más de la mitad de los votos– pero sumados pierden entre 10 y 15 puntos porcentuales. Una parte del voto conservador busca formaciones más combativas en lo nacional, como ERC y C's, que consolidan un electorado en la zona.
Si en 2009 el PP ganaba con comodidad en Pedralbes (45,7%), Tres Torres (42,2%) y Galvany (36,1%), desde 2012 está estancado en la segunda posición y sigue cayendo. En estas europeas sus tres barrios insignia registraron un 28%, un 23,9% y un 20,8% del voto respectivamente. En cambio, CiU registra una tendencia de crecimiento desde 2010 y aunque ha perdido fuelle este 2014, se ha mantenido en lo alto del podio y a mucha distancia del PP en las cinco plazas fuertes de la zona alta.
Nota aparte merece el descalabro del PSC, que en los barrios altos tenía un target reducido pero muy influyente entre la intelectualidad burguesa de la ciudad. Desde 2012 su presencia en estos cinco barrios es muy débil, incluso por debajo de ICV en la Bonanova y Galvany. El Sarrià histórico, cuna de familias tan relevantes para el socialismo catalanista como los Maragall o Obiols, ha castigado al PSC con un exiguo 5,3% de las papeletas, muy lejos del 13,2% de las europeas de 2009 o del 22'3% de las generales de 2008. Y en este mismo barrio es dónde se aprecia más el ascenso de ERC, que casi ha triplicado peso: del 6,3% de 2009 al 16,2% –y la segunda posición– este mes de mayo.
El Eixample y Gràcia, más variables
Otros territorios que cambian de dinámica son los distritos del Eixample y Gràcia. Sus podios han cambiado varias veces en media década y por su importancia demográfica inclinan la balanza del conjunto de la ciudad. En 2009, la trama Cerdà era fundamentalmente sociovergente: con escasos márgenes de diferencia, el PSC ganó en tres de los seis barrios (Fort Pienc, Sagrada Família y Sant Antoni) y CiU en los tres restantes (Dreta, Antiga Esquerra y Nova Esquerra del Eixample). En las catalanas de 2010 y en las locales de 2011, la federación nacionalista se adjudicó con comodidad las siete plazas, duplicando e incluso triplicando en porcentaje al PSC, que empataba o sucumbía ante un estable 11-16% de votos para el PP. En cambio, en las catalanas de 2012 el auge de ERC ya le robaba varias segundas posiciones al PP y el PSC caía hasta el quinto lugar del ranking. Los resultados de estas europeas vuelven a dibujar un Eixample dual, con ERC a la cabeza de los tres barrios menos céntricos (Fort Pienc, Sagrada Família y Sant Antoni, los mismos que lideraba el PSC en 2009) y CiU en los otros tres, de mayor renta per cápita.
Algo parecido sucede en Gràcia. En 2009 también era un distrito más bien sociovergente. CiU se quedaba con cuatro de los cinco barrios, pero el PSC tenía una presencia estable y el feudo de El Coll –que por orografía y perfil sociológico suele relacionarse más con sus vecinos hortenses del Carmel y la Teixonera que con el resto del distrito–. El PP era tercero, a bastante distancia del segundo pero también del cuarto (ERC). En las catalanas de 2012, el liderazgo indiscutido fue para los convergentes, que obtenían alrededor de un tercio de las papeletas. Pero la segunda plaza ya había cambiado: ERC logró unos buenos resultados y adelantó a PSC y PP en todos los barrios. Las europeas de mayo han invertido las tornas: ERC gana ahora en tres de los cinco barrios (Coll, Vila de Gràcia y Camp d'en Grassot) y persigue a poca distancia a CiU en los otros dos (Vallcarca y la Salut).
La participación mantiene el esquema En cambio, pese a la fragmentación y los ascensos y descensos de cada partido, hay unos feudos que siguen intactos: los de la participación. Y su correspondencia con las clases sociales y procedencias mayoritarias sonrojan hasta al más demócrata. Otra elección más, el distrito con mayor índice de participación en estas europeas ha sido Sarrià – Sant Gervasi (58,05%) y el que se ha abstenido más, Ciutat Vella (39,48%).
Ambos distritos encabezan y cierran el ranking de participación en absolutamente todos los comicios, aunque con diferenciales variables. Las europeas, que suelen ser citas de baja participación, han sido las que menos abismo ha registrado entre Ciutat Vella y Sarrià – Sant Gervasi (un 18,6% este 2014 y un 14,8% en 2009), al contrario que los comicios al Parlament de Catalunya, los que presentan mayores distancias (26% en 2010 y 23,6% en 2012).
Algunas curiosidades de las elecciones europeas 2014
- En Sants-Montjuïc ningún partido mantiene su posición en el Top5
- El único distrito en el que ICV queda segunda es Ciutat Vella
- Vila Olímpica es el único barrio en el que C’s adelanta al PP
- El PACMA ha superado a UPyD en ocho de los diez distritos de Barcelona
- Sant Martí es el distrito en el que Podemos obtiene más votos (4.675) y Ciutat Vella donde obtiene mayor porcentaje (6,7%)
- Sarrià – Sant Gervasi es el único distrito en el que VOX obtiene más del 1% de los votos; mientras que Ciutat Vella es el único distrito en el que el Partit X y Primavera Europea pasan del 1%
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