Este lunes, 17 de febrero, la Universidad de Barcelona ha celebrado el acto institucional para conceder el título de doctor honoris causa a los investigadores Harry C. Dietz y Bart L. Loeys. Expertos de referencia en el estudio del síndrome de Marfan y el de Loeys-Dietz, han contribuido a comprender, diagnosticar y tratar enfermedades genéticas minoritarias que impactan de forma grave en la salud cardiovascular. En el marco del acto, también se entregaron los premios extraordinarios de grado del curso 2022-2023
En el acto institucional, que ha presidido el rector, Joan Guàrdia, Dietz y Loeys han entrado en el Paraninfo del Edificio Histórico de la UB acompañados por el decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, Antoni Trilla, y el padrino de la investidura, el catedrático Gustavo Egea.
Con la distinción honoris causa de la UB, los expertos han recibido por primera vez un reconocimiento conjunto de su trayectoria científica
Como padrino de la ceremonia, el catedrático Gustavo Egea, del Departamento de Biomedicina de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), ha puesto de relieve «el esfuerzo y el talento», ya que «son el común denominador tanto del nombramiento como doctores honoris causa de los expertos Harry C. Dietz y Bart L. Loeys como del estudiantado que se ha graduado y que ahora recibe el premio extraordinario de fin de carrera».
Egea ha puntualizado que «estos dos grandes médicos que hoy honramos con la distinción de doctores honoris causa han sido pioneros en el conocimiento clínico y biológico de la principal canalización del cuerpo: la aorta». El catedrático ha añadido que «Dietz y Loeys han sido visionarios y pioneros en poner de manifiesto los mecanismos moleculares implicados en la formación de las aortopatías de origen genético. Han identificado más de catorce genes responsables que predisponen directamente a la aparición de aortopatías, como el síndrome de Marfan, el de Loeys-Dietz, el de Meester-Loeys o el de Ehlers-Danlos».
El padrino ha remarcado que «estas patologías forman parte del conjunto de las seis mil enfermedades raras que padece una persona de cada cinco mil o menos y, en Europa, más de treinta millones de personas tienen una enfermedad minoritaria». «Dietz y Loeys han tenido la perseverancia, la autoconfianza y el valor de luchar con entusiasmo por el bien de los pacientes», ha subrayado.
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Con la distinción honoris causa de la UB, los expertos han recibido por primera vez un reconocimiento conjunto de su trayectoria científica
Harry C. Dietz, catedrático del Instituto de Medicina Genética de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, ha mencionado «el privilegio de sentirse acogido por la comunidad académica de la UB», y remarcó también las contribuciones científicas del padrino Gustavo Egea en biología vascular «para comprender las propiedades mecánicas y la integridad estructural de las paredes arteriales».
«No puedo estar más orgulloso de compartir este momento con Bart L. Loeys», ha manifestado. «Su dedicación a descifrar las complejidades de los trastornos genéticos, especialmente los que afectan al sistema vascular, ha transformado tanto nuestra comprensión sobre estas enfermedades devastadoras como el desarrollo de tratamientos no previstos. Si el mayor éxito de un profesor es que un alumno lo supere, puedo decir con confianza que ha superado todas las expectativas», ha reconocido.
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Honoris Causa a Harry C. Dietz y Bart L. Loeys
También ha recordado la figura de los pacientes: «Me inspiran continuamente y me mantienen centrado. Me recuerdan todos los días que la ciencia tiene el gran potencial de infundir esperanza y cambiar vidas. Las personas que cuido y de las que me preocupo me han hecho un científico más reflexivo y una mejor persona».
Igualmente, su alumnado ha ocupado una parte del parlamento, «por la curiosidad, el trabajo duro y el potencial ilimitado que los caracterizan: su tendencia a cuestionarlo todo ha sido un motor de nuestra investigación colectiva de la verdad científica».
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El profesor Bart L. Loeys
En su discurso, Bart L. Loeys, de la Universidad de Amberes (Bélgica), ha agradecido la distinción recibida, «un reconocimiento que es especialmente significativo por los profundos lazos históricos e intelectuales entre Flandes y Cataluña, dos regiones que hace tiempo que se encuentran en la encrucijada de la historia, el comercio y el descubrimiento científico europeo».
«Que se nos haya otorgado la distinción honoris causa al profesor Dietz y a mí ilustra la voluntad de la Universidad de Barcelona por poner al paciente, al ser humano, en el centro de la investigación científica», ha destacado. «También me gustaría expresar mi agradecimiento más profundo a los pacientes y familias que nos han confiado sus historias, esperanzas y retos».
«La ciencia raramente es un esfuerzo individual», ha recordado Loeys, que ha agradecido la colaboración con los equipos del profesor Egea. «El éxito de la investigación es el resultado del trabajo duro, con un poco de suerte, pero lo importante es que surge gracias a la colaboración, al intercambio de ideas y a la dedicación de quienes creen que el conocimiento puede cambiar vidas». Tras citar al profesor Jules Leroy —«me inculcó el entusiasmo por la genética»—, hizo hincapié en el rol determinante del profesor Harry D. Dietz, «que me inició en los secretos genéticos de los síndromes de aneurisma aórtico».
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El decano Antoni Trilla, Harry C. Dietz, Bart L. Loys y Gustavo Egea
«El profesor Dietz y yo hemos tenido la suerte de hacer este viaje juntos, impulsados por una pasión compartida por desvelar los misterios de los trastornos genéticos y el impacto que tienen en las enfermedades del tejido conectivo», ha señalado. «Para nosotros, esta distinción es una motivación para el futuro. Aún queda mucho trabajo por hacer y nos mantenemos firmes en la misión de impulsar los límites de la genética médica y mejorar la atención al paciente».
Después de los discursos institucionales, el acto ha continuado con la entrega de los premios extraordinarios de grado del curso 2022-2023. Por último, el rector, Joan Guàrdia, ha recordado en su parlamento que «la UB se congratula enormemente de tener a Harry C. Dietz y Bart L. Loeys como nuevos hermanos de nuestra comunidad académica. Son dos personas que han dedicado su vida a la ciencia, con especial interés en su faceta clínica, es decir, los pacientes». «Tanto los nuevos doctores honoris causa como los alumnos premiados comparten muchos aspectos en común. Por ejemplo, representan un modelo de palabras como trabajo, esfuerzo, disciplina, paciencia, tenacidad, voluntad, interés, etcétera, unos términos de los que solemos apropiarnos para utilizarlos de forma inadecuada. Y también lo son de compromisos que se han adquirido en la comunidad universitaria y que no deben perder valor con el paso de tiempo», ha señalado Guàrdia.
«La generosidad y la humildad forman un binomio esencial de la comunidad universitaria para hacer de este mundo un lugar mejor, lo que también implica a los jóvenes estudiantes. Hay que reconocer a quienes nos han marcado el camino», ha insistido Guàrdia, que ha recordado los versos «Ubi sunt qui ante nosin mundo fuere?» del himno Gaudeamus igitur («Sin quienes estaban antes que nosotros, no podría haberse hecho este camino»). «Para una institución con 575 años de historia, de trayectoria y de vitalidad, es el talento de todos ustedes lo que hace todo esto posible», ha concluido el rector.