La inteligencia de la naturaleza
Se fue a la Amazonia peruana a hacer su tesis doctoral sobre los usos indígenas de los recursos de la selva y se quedó 30 años. Trabaja para ayudarlos a obtener derechos sobre sus tierras, combatiendo la masacre ecológica en marcha. Es el director de proyectos amazónicos de la oenegé suiza Nouvelle Planète. La aventura hasta hoy le ha dado para cinco libros. En uno de ellos, La serpiente cósmica. La alucinante historia de la ayahuasca, el ADN y el origen del conocimiento, controvertido en su momento y hoy libro de culto, examina la biología molecular y el conocimiento de los chamanes sobre botánica y biología mediante el uso de enteógenos. Ahora nos presenta El misterio último. En busca de la inteligencia de la naturaleza guiado por científicos y chamanes (ambos Errata Naturae), un recorrido asombroso por la inteligencia de la naturaleza.
A los 25 años se fue a vivir con los chamanes amazónicos.
Me fui con los asháninca, pueblo de la Amazonia peruana, para hacer mi doctorado, y me sorprendió su conocimiento enciclopédico sobre las plantas. Tienen más nombres de plantas que la ciencia y más conocimiento sobre su entorno que los científicos.
Es su medio.
Ellos tratan a los animales y cada especie de planta como entidades inteligentes, y dicen que obtienen todo el conocimiento de los chamanes ayahuasqueros que conversan en sus visiones con estas entidades.
¿Obtienen conocimientos complejos?
Sí, preparan medicamentos que se componen de diversas plantas en proporciones calculadas, es decir, tienen un amplísimo conocimiento de sus interacciones bioquímicas y moleculares, las multinacionales farmacéuticas van locas detrás de esas fórmulas.
Póngame un ejemplo.
La creación de las primeras anestesias de uso quirúrgico se la debemos a los chamanes que tenían una información biológica desconocida por los químicos occidentales. Quise averiguar cómo conseguían ese conocimiento.
¿Y?
Lo que observé, y sigue siendo un misterio, es que primero chamanes y después científicos cuentan la misma historia sobre el origen de la vida y el conocimiento bioquímico.
¿Qué saben los chamanes de biología molecular?
Sé que parece increíble, pero gracias al estado alterado de conciencia que facilita la ayahuasca, los chamanes llevan milenios accediendo al conocimiento bioquímico atesorado en el ADN. De alguna manera es cierto: las plantas les enseñan cómo utilizarlas, cómo prepararlas y qué hacer con ellas.
Y se hizo otra pregunta esencial.
He querido averiguar si es cierto como dicen los chamanes que existe una inteligencia general en la naturaleza, y para hallar la respuesta he seguido conviviendo durante 30 años con ellos.
Es usted casi uno de ellos.
Soy un antropólogo. También he visitado laboratorios punteros de todo el mundo.
¿Chamanes y científicos son compatibles?
No lo eran, pero ahora, por suerte, la ciencia se está abriendo y ya se unen científicos e indígenas en congresos internacionales a escucharse unos a otros.
¿Cómo se expresa la inteligencia de la naturaleza?
A través del comportamiento de los seres vivos, desde organismos microscópicos hasta los especímenes animales más grandes (elefantes, ballenas, delfines), incluyendo plantas, árboles y al mismo planeta Tierra. Todos ellos cuentan con capacidades cognitivas.
¿La inteligencia es inherente a la vida?
Existe la constatación de que los animales tienen personalidad, sueñan, aprenden, resuelven problemas, enseñan a su descendencia, son capaces de recordar el pasado y prever acontecimientos futuros.
¿Y el mundo emocional?
Los humanos y los animales compartimos estructuras cerebrales parecidas; en este sentido las emociones también son parecidas. Ciertas especies con un cerebro de menor tamaño que el humano tienen un nivel de conexión neuronal muy similar o mayor que el humano.
¿Existe la inteligencia vegetal?
Sí, las plantas tienen intenciones, toman decisiones y evalúan aspectos complejos de su entorno. Incluso producen neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y otras sustancias químicas utilizadas también por el cerebro humano para enviar señales.
Hoy ya nadie discute la inteligencia de las aves.
Son capaces de fabricar herramientas, de contar y comprender principios básicos de física, moverse al ritmo de la musica, aprender, algunas especies resuelven puzzles a la misma velocidad que un niño de 5 años; tienen memoria y planean el futuro.
El cerebro de los cetáceos y el nuestro son bastante parecidos.
El procesamiento de emociones, como la compasión y la empatía, es en ellos el más complejo del mundo. Sepa también que los pulpos y las langostas pueden experimentar angustia, alegría, dolor y placer.
¿Y los insectos?
Las hormigas llevan millones de años usando antibióticos y las abejas pueden manejar conceptos abstractos. Incluso existen unos mohos mucilaginosos inteligentes, criatura unicelular capaz de resolver un laberinto. ¿Acaso no confirma esto que el armazón entero de la vida contiene inteligencia?
¿El planeta es un superorganismo que se autorregula?
Eso parece, y uno de los mecanismos más habituales para regularse son los virus, y da igual la especie de la que hablemos, funcionan como mecanismos que impiden a una especie volverse demasiado dominante.