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“Te juegas la vida en cada acto”

Tengo 51 años. Soy de Buenos Aires. Soy divulgador de la filosofía. Estoy casado y tengo tres hijos, Maia (21), León (19) y Teo (8). Soy de izquierdas populares, esto es, peronista. Soy un agnóstico de origen judío y descreo de toda iglesia, siempre son un negocio

Darío Sztajnszrajberfilósofo

Tiene usted un apellido imposible.

Es un apellido judeopolaco, y es fácil. Se lo explico.

A ver.

Pártalo en dos partes. La primera, Sztajn..: la sz suena sh, y la j suena i.

Shtain.

Muy bien: es la voz yiddish para stone.

¿Piedra?

Piedra, sí. Segunda parte: ...szrajber. Pronuncie igual la sz y la j...

Ajá: schraiber, me sale.

Muy bien: es la voz yiddish para writer.

¿Escritor?

Escritor, sí. Mi apellido significa “el que escribe en la piedra”.

¡Sugerente!

Quizá un antepasado mío esculpía lápidas sepulcrales...

O las tablas de la ley de Dios.

No tanto, no tan rápido, que mi nombre es Darío: “el que busca”, en persa.

¿Y si busca no esculpe mandamientos?

Busca porque no sabe. No sabe, busca y por eso pregunta: las preguntas no se agotan.

¿Eso es filosofar?

Eso es filosofar, y eso hago: filosofar en público, filosofar en mis programas de televisión y de radio, en teatros y en libros.

¿Cuándo empezó?

De niño hacía preguntas sobre religión, sobre Dios... Un amigo de mis padres me dijo: “Lee filosofía”. Le pregunté: “¿Qué es filosofía?”. Me dijo: “Como la religión, sin Dios”.

¿Es así?

Claro: buscas el fondo... aun sabiendo que, en el fondo, no hay fondo.

¿No hay nada?

Hay lo que la cultura crea: la mitología, la religión, la imaginación crean fondos. Todo es ilusorio, claro, todo es imaginario.

¿Necesitamos un fondo para hacer pie?

Tanto como deconstruirlo y ver las piezas.

Insaciables, los humanos.

Filosofar es rascarse donde no pica.

Y acaba picando, claro.

Nacemos para morir. Mejor que pique a vivir anestesiado. El poder inyecta anestesia.

¿Qué filósofo le ayuda a sentir picores?

Jacques Derrida: sostiene que todo es lenguaje, que la palabra crea. El poder la usa.

Señáleme a otro filósofo que escueza.

Paul B. Preciado sostiene que la libertad ­pasa por desidentificarte, sacudirte iden­tidades de patria, nación, etnia, familia, género... ¡Son cárceles conceptuales, todas!

Dígame una frase para rascarme.

He elegido algunas de viejos filósofos y las traigo todas a nuestro presente cotidiano. Heráclito (siglo VI a.C.): “No puedes bañarte dos veces en el mismo río”.

Entiendo que todo está cambiando sin cesar, ¿no?

Hasta el punto de que eres siempre otro: esto te enseña la otredad en ti mismo.

Y contra esto, va Dios y nos dice: “Soy el que soy”.

Metáfora de lo fijo, absoluto, ensimismado, cerrado. La subvierto para que Dios sea metáfora de lo sobrante, lo que no encaja, la pieza suelta, un resto: “¡Soy el que abre!”.

“Ama y haz lo que quieras”, dijo san Agustín.

Sí, y así daba bula al devoto de Dios: ¡hasta podía pegar a la esposa! Yo la formulo contra la monogamia y contra los celos: “Porque te amo, haz lo que quieras”. ¡Eso sí es amar!

Thomas Hobbes: “El hombre es lobo para el hombre”.

Criminaliza la naturaleza, ¡pobre lobo! Y nos pinta malvados de nacimiento. ¿Lo somos? Hobbes es el filósofo que gusta al poder para justificar leyes, multas, castigos, porras...

Angelitos tampoco somos...

Bien lo sabía Walter Benjamin: “Todo documento de cultura lo es también de la barbarie”, dijo, aludiendo a que otras muchas alternativas han caído sacrificadas...

¿Qué pretendía decir Nietzsche con su “Dios ha muerto”?

Que la metáfora de Dios ya no sirve. Lo que le decía: que en el fondo... no hay fondo.

“Nietzsche ha muerto”, rezaba una pintada en un muro, con firma: “Dios”.

El humor filosofa, porque subvierte, cuestiona... Si mi equipo de fútbol pierde, pienso: “¿Por qué me pongo malo por veintidós tipos pateando un trozo de vaca muerta?”.

¡Es verdad! Un vegano no debiera ver fútbol...

Pero fascina, como a Marx le fascinaba del capitalismo su capacidad de degradarlo todo: “Todo lo sólido se desvanece”, dijo. Es verdad, lo más sagrado es lo profanado.

“Pienso, luego existo”, proclamó René Descartes...

No hay modo de dilucidar si la realidad es sueño o vigilia, así que Descartes decide que en la medida en que está pensando, ¡existe!

Muy bien, pero pensar y pensar y pensar, ¿para qué?

Buena pregunta...

Porque si ya hemos entendido que vamos a morir, sí o sí...

La filosofía no te evita la muerte, dijo Platón, pero ¡te prepara para la muerte!: la filosofía te ejercita ante lo inevitable.

Algo es algo.

Es todo. Te juegas la vida. En cada acto.