Primero, un minuto de silencio para honrar a las 67 víctimas de la tragedia que ha consternado a EE.UU. tras el choque de un avión comercial con un helicóptero militar junto al aeropuerto Reagan de Washington. Después, Donald Trump ha pasado al ataque. Con la investigación todavía en marcha, el presidente ha dicho que tiene “opiniones muy firmes” sobre lo que ocurrió anoche y ha atribuido las culpas a las administraciones de Barack Obama y Joe Biden y, específicamente, a sus políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI).
“Debemos mantener los estándares más altos para quienes trabajan en nuestro sistema de aviación. Cambié los estándares de Obama, que eran mediocres en el mejor de los casos, y los elevé a extraordinarios. Solo los de mayor aptitud, los de mayor intelecto y los psicológicamente superiores podían calificar como controladores de tráfico aéreo. Antes de mi llegada, eso no era así. Cuando asumí el cargo en 2016, hice ese cambio muy temprano porque siempre creí que este era un trabajo, entre otros, que requería inteligencia superior. Lo logramos, pero cuando dejé el cargo y Biden asumió, los redujo a un nivel más bajo que nunca. Yo prioricé la seguridad. Obama, Biden y los demócratas priorizaron la política. Pusieron la política a un nivel que nadie había visto jamás. Su política fue horrible, y su gestión política aún peor”, ha dicho desde la sala de prensa de la Casa Blanca.
Trump culpa a las políticas de diversidad, a la torre de control y al piloto del helicóptero
No hay ninguna evidencia de que los soldados en el interior del helicóptero Black Hawk, a los que Trump culpa del accidente, hayan sido contratados mediante criterios de diversidad e inclusión del Pentágono. Sin embargo, Trump no ha dudado al asegurar que Obama y Biden redujeron los criterios de excelencia para contratar a personas con discapacidades, que “incluyen parálisis parcial, parálisis total, epilepsia, discapacidad intelectual severa, discapacidad psiquiátrica y enanismo, todas las cuales califican para el puesto de controlador aéreo, gestionando aviones que llegan a nuestro país, aterrizando en un pequeño punto en el mapa, una pequeña pista de aterrizaje”.
Preguntado por la evidencia, completamente inexistente, ha dicho que sabe que la culpa es de la diversidad porque tiene “sentido común”. Y ha destacado dos titulares que, según él, respaldan sus ignominiosas palabras cuando la sociedad estadounidense está de luto: “Quiero señalar varios artículos que aparecieron antes de que asumiera el cargo. Aquí hay uno: 'El impulso de diversidad en la Administración Federal de Aviación (FAA) incluye el enfoque en la contratación de personas con discapacidades intelectuales y psiquiátricas severas'. Y luego otro artículo: 'La FAA está reclutando activamente trabajadores que padecen discapacidades intelectuales severas, problemas psiquiátricos y otras condiciones mentales y físicas bajo una iniciativa de contratación basada en diversidad e inclusión”.
Lee también
El presidente se ha referido a un decreto que firmó la semana pasada, poco después de llegar al poder: “Firmé una orden ejecutiva para restaurar los estándares más altos para los controladores de tráfico aéreo y otros trabajos importantes en todo el país”. Sin embargo, no se ha referido a los puestos de liderazgo y controladores aéreos que despidió tan solo asumir el cargo, en su política de reducción del gasto público, que prioriza la deportación de inmigrantes por encima de la seguridad del pueblo estadounidense.
Trump tampoco ha tenido reparos al explicar por qué es culpa del helicóptero militar y la torre de control, y ha dicho, en tono de experto de bar, cómo cree que podría haberse evitado. “He tenido el honor de escuchar las grabaciones, aterradoras. Un avión de American Airlines estaba aproximándose. Hizo todo correctamente. Iba en la trayectoria establecida, la misma que han seguido otros aviones que han aterrizado antes, probablemente la misma que han usado durante 25 años o más. Estaba en su trayectoria y, por alguna razón, chocó contra un helicóptero que estaba a la misma altura. Cuando el controlador de tráfico aéreo dijo: '¿Lo ves?', estaba hablando de si el piloto veía el helicóptero. Pero quedaba muy poco tiempo cuando dijo eso. Y luego también dijo: 'Síguelo hasta la pista'. Y casi inmediatamente después, solo segundos después, ocurrió el choque”.
“Hubo un problema con el piloto del helicóptero. Quiero decir, porque era una noche visualmente clara. Hacía frío, pero estaba despejado, tan claro como podía estar”, ha añadido, “el helicóptero tenía la capacidad de detenerse muy rápido, de subir o bajar, de girar. Y el giro que hizo no fue el correcto, obviamente, y en cierto modo hizo lo contrario de lo que se le indicó”.
El presidente, en un discurso que se ha asemejado más al de un líder de la oposición buscando rédito político, ha interpretado con su marco ideológico una tragedia con una investigación todavía en marcha. No es la primera vez que lo hace: después de los ataques que consternaron al país durante la noche de año nuevo, culpó a la inmigración, a pesar de que los atacantes de New Orleans y Las Vegas habían nacido en EE.UU.
Las políticas de diversidad y las migratorias han sido el foco de su campaña, de sus primeras semanas en el poder y también son, según el presidente, las culpables de las primeras tragedias ocurridas tras su elección el 5 de noviembre.