Trump elimina los programas de diversidad para funcionarios e investiga los criterios de contratación privada

Estados Unidos

El presidente pone fin a la discriminación positiva en la administración, introducida por el presidente Lyndon Johnson en 1965

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Donald Trump, firmando una orden ejecutiva desde el despacho oval de la Casa Blanca, el 20 de enero.

Evan Vucci / Ap-LaPresse

La diversidad es woke y discrimina a los hombres blancos, le ha dicho Donald Trump a los funcionarios dedicados a fomentar criterios de inclusión en la contratación pública, que quedan inmediatamente suspendidos de empleo, aunque todavía no de sueldo, en todas las agencias federales. 

El presidente ha enviado esta orden en un memorando a la Oficina de Administración de Personal del gobierno federal, en cumplimiento del decreto que firmó durante su primera noche en la Casa Blanca, que ordenó el desmantelamiento generalizado de los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), que priorizan la equidad racial, de género, religiosa y de capacitación en la contratación pública.

Trump argumenta que las políticas de inclusión son “discriminatorias” y fomentan “la hostilidad entre grupos”

Además, las agencias federales están obligadas a cerrar sus oficinas de diversidad y eliminar sus páginas web y todo rastro de un programa de DEI, incluido el lenguaje, en un plazo máximo de diez días o enfrentarán “consecuencias adversas”. Para ello, deben recopilar a más tardar el jueves una lista de oficinas y empleados federales que persiguen el cumplimiento de estos criterios. El republicano considera que las políticas de inclusión de la Administración Biden son “discriminatorias” en “prácticamente todos los aspectos del gobierno federal”.

En otra de las órdenes ejecutivas que firmó en su primer día en el despacho oval, ordenó a las agencias a “dar prioridad a la contratación de personas comprometidas con la mejora de la eficiencia del gobierno federal, apasionadas por los ideales de nuestra república americana”, así como “impedir que se reclute a personas en función de su raza, sexo o religión”.

Supone el fin efectivo de la discriminación positiva y revoca una orden ejecutiva firmada por el presidente Lyndon Johnson en 1965, un año después de la Ley de Derechos Civiles y dos después del discurso I have a dream de Martin Luther King Jr. El decreto de Johnson otorgó al secretario de Trabajo la autoridad para garantizar la igualdad de oportunidades para “las personas de color y las mujeres” en las prácticas de contratación, formación y otras prácticas de los contratistas federales, y les exigía que se abstuvieran de discriminar en el empleo “por motivos de raza, color, religión y origen nacional”.

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Estas medidas forman parte de la profunda transformación que está realizando Trump en la administración, cuyos empleados ya están avisados, desde la campaña electoral, de que van a enfrentar una ola de despidos masivos. El hombre más rico del mundo, Elon Musk, que tras comprar Twitter despidió al 80% de su plantilla, tendrá un papel importante a la hora de recomendar este tipo de medidas, a cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental, que creó el lunes Trump con otra orden ejecutiva. 

Pero el presidente no se detiene ahí y ordena al departamento de Justicia y otras agencias a investigar a las empresas privadas y presentar recomendaciones en un plazo de 120 días para “combatir implacablemente la discriminación en el sector privado”. El republicano asegura en su orden que las empresas y universidades utilizan la DEI “como excusa para prácticas laborales sesgadas e ilegales y preferencias de admisión ilegales”, lo que considera que fomenta “la hostilidad y el autoritarismo entre grupos”. Algunas empresas importantes, como Meta o McDonalds, ya eliminaron días antes de la toma de posesión de Trump todas sus iniciativas de DEI para adaptarse a la ola reaccionaria que ya inunda el país.

Basándose en la orden ejecutiva de Johnson, Biden había ordenado a todos los organismos que elaboraran un plan de diversidad, emitieran informes anuales de progreso y aportaran datos para seguir las tendencias demográficas en la contratación y los ascensos. También creó un Consejo de Jefes de Diversidad para supervisar la aplicación del plan. En el 2022, publicó un primer informe de progreso de la DEI, que informaba que la plantilla de funcionarios era aproximadamente en un 60% blanca y en un 55% masculina, aunque las cifras eran superiores en los rangos superiores. Con las nuevas medidas de Trump, se elimina todo rastro de este programa y comienza lo que él considera una contratación basada en el “mérito” y los “valores americanos”.

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