Pete Hegseth, el elegido de Trump para el Pentágono, se declara víctima de una “campaña de desprestigio” ante el Senado

Audiencia de confirmación en el Senado

El nominado para liderar el departamento de Defensa se enfrenta a un tenso interrogatorio en la Cámara Alta, que parece encaminada a confirmar su cargo en el futuro gabinete

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Pete Hegseth, la elección del presidente electo Donald Trump para ser secretario de Defensa, comparece ante el Comité de Servicios Armados del Senado para su audiencia de confirmación.

Alex Brandon / Ap-LaPresse

El nominado para liderar el departamento de Defensa, Pete Hegseth, se ha enfrentado esta mañana a una tensa audiencia ante el Senado, la cámara que la semana que viene se encargará de confirmar o rechazar su cargo en el futuro gabinete de Donald Trump. De todos los elegidos que pasarán por este trámite, el antiguo presentador de Fox News y militar veterano es el que tiene un camino más complicado, debido a sus acusaciones de agresión sexual, malversación y consumo desmesurado de alcohol. Sin embargo, tras una audiencia de cinco horas, parece que tiene el apoyo de las senadoras republicanas que habían mostrado sus dudas y ya encarrila su nominación.

“Señor Hegseth, no creo que esté cualificado para hacer frente a las abrumadoras exigencias de este trabajo”, ha resumido, en referencia a las manchas en su historial, el principal demócrata de la comisión de Servicios Armados, el senador Jack Reed, en su discurso de apertura de la audiencia. Durante toda la sesión, Hegseth ha negado las acusaciones ante las insistentes preguntas de los senadores demócratas, que han alzado repetidamente la voz en una serie de broncos intercambios.

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Ante una pregunta del senador Roger Wicker, el republicano que ha presidido la comisión, Hegseth ha asegurado que está siendo víctima de una “campaña de desprestigio” de los “medios de comunicación de izquierdas”, a quienes “lamentablemente, no les importa la verdad” y tan solo lo critican porque es “una amenaza para ellos”.

El nominado tan solo puede permitirse el voto en contra de tres republicanos, dada la composición actual del Senado (53 a 47), por lo que en estos momentos no puede dar por segura su confirmación. El lunes, la comisión votará si llevar su nominación al pleno del Senado, que en estos momentos parece encaminado a confirmar su cargo.

El veterano de guerra ha estado en el punto de mira desde que fue elegido en noviembre por Trump, que ha defendido públicamente su nominación. Varios medios de comunicación y senadores han destacado la acusación de una mujer que dijo que la había violado en el 2017, aunque no llegaron a presentarse cargos, después de que Hegseth le pagara dinero cuando ella amenazó con demandarle, y finalmente firmaron un acuerdo de confidencialidad.

A esta polémica se le han sumado las acusaciones reveladas en un reportaje de The New Yorker, donde varias fuentes militares explicaron que Hegseth fue forzado a abandonar puestos de liderazgo en dos organizaciones de veteranos del ejército por malversación, comportamientos sexistas y por ponerse agresivo cuando bebía alcohol. Según dichas fuentes, lo echaron en el 2014 de un homenaje a veteranos por encontrarse completamente embriagado y, en otro episodio, tuvieron que detenerlo al intentar subir al escenario de un club de striptease.

Paralelamente, The New York Times publicó un correo electrónico enviado en el 2018 por su madre, Penelope Hegseth, en el que acusaba a Pete de maltrato rutinario a las mujeres: “Eres un maltratador de mujeres, esa es la fea verdad, y no respeto a ningún hombre que menosprecie, mienta, engañe, se acueste con cualquiera y utilice a las mujeres para su propio poder y ego“.

Hegseth rechaza sus acusaciones como “calumnias anónimas” y defiende su nominación por su historial militar

El elegido por Trump para el Pentágono ha negado todas estas acusaciones, calificándolas de “calumnias anónimas”, y ha defendido su nominación por su historial como veterano de guerra. “He fallado en cosas en mi vida, y afortunadamente estoy redimido por mi señor y salvador Jesús”, ha reconocido cuando le han preguntado por otro asunto controvertido, sus infidelidades a sus dos primeras mujeres, que propiciaron dos divorcios. Sin embargo, ha insistido en que es el indicado para liderar el Pentágono, un departamento en el que estaría al mando de casi tres millones de empleados y que maneja un presupuesto de 850.000 millones de dólares.

“Es cierto que no tengo una biografía similar a la de los secretarios de Defensa de los últimos 30 años. Pero, como también me dijo el presidente Trump, hemos colocado repetidamente en lo alto del Pentágono a personas con supuestamente 'las credenciales adecuadas' -ya sean generales retirados, académicos o ejecutivos de contratistas de defensa-, ¿y adónde nos ha llevado?”, ha preguntado Hegseth a los senadores. “Él cree, y yo estoy humildemente de acuerdo, que es hora de dar el timón a alguien con polvo en las botas”, ha dicho, en referencia a su servicio militar en Guantánamo, Irak y Afganistán.

El nominado, que después de estar en el ejército entró a trabajar en Fox News, ha asegurado ante el Senado que es el indicado para “devolver la cultura guerrera” al Pentágono, al que ha criticado por sus políticas de inclusión –de género y racial– y al que quiere convertir en una pata más de la guerra cultural de Trump contra lo que él denomina “cultura woke”. En su libro La guerra contra los guerreros: detrás de la traición de los hombres que nos mantienen libres, publicado el año pasado, Hegseth criticó a los "generales woke" que han "afeminado" al ejército con sus políticas de diversidad y dijo que “las mujeres son comparativamente menos eficaces que los hombres en funciones de combate”.

El nominado para Defensa criticó en un libro la “cultura woke” que ha “afeminado” al ejército con sus políticas de inclusión

Preguntado por este asunto por la demócrata Jeanne Shaheen, ha matizado sus palabras, asegurando que las mujeres “hacen increíbles contribuciones en todos los aspectos del campo de batalla”, y ha negado que no puedan servir en combate: “Cuando hablo de ese tema, no se trata de las capacidades de hombres y mujeres; se trata de los estándares”. Hegseth ha insistido que “en ciertos puestos de servicio, ciertas escuelas, ciertos lugares”, se han rebajado los estándares para que las mujeres ocupen esos cargos y ha rechazado “por completo” la imposición de cuotas raciales o de género.

Durante la audiencia, varios senadores le han presionado por su visión de las mujeres en el ejército. Kirsten Gillibrand, demócrata de Nueva York, ha protagonizado uno de los mayores ataques: “Si está diciendo que las mujeres no deberían servir en el ejército, tendrá que cambiar su forma de ver a las mujeres para hacer bien este trabajo. Y no sé si usted es capaz de hacerlo”. Gillibrand le ha acusado de “denigrar a miembros del servicio activo” con sus declaraciones y le ha mostrado un papel con los requisitos de admisión en el ejército, que, a diferencia de lo que afirma Hegseth, “son neutrales en cuanto al género y muy difíciles de cumplir. No se han reducido en modo alguno”.

Si es confirmado, estará a cargo del arsenal militar que está enviando EE.UU. a Israel para su guerra en Gaza. “Apoyo que Israel destruya y mate a cada miembro de Hamas”, ha defendido, dando respuestas más ambiguas cuando se le ha preguntado por la guerra en Ucrania. También estaría a cargo de unas Fuerzas Armadas con las que Trump no descartó la semana pasada atacar Groenlandia y Panamá para anexionarse la isla más grande del mundo y tomar el control de un importante canal logístico. Preguntado por su hipotética actuación en este asunto, Hegseth se ha negado a contestar, refiriéndose al mandato del pueblo que recibió Trump en las pasadas elecciones para convertirse en el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

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Hegseth también estaría a cargo de dar la orden de desplegar al ejército en territorio estadounidense para perseguir a lo que Trump llama “el enemigo interior”, grupo en el que incluye a sus adversarios políticos, así como para participar en la deportación de inmigrantes indocumentados. Se trata de funciones no previstas para el ejército, por lo que la senadora demócrata Elissa Slotkin ha descrito esa hipotética orden como “inconstitucional”. Hegseth se ha defendido rechazando “la premisa de que el presidente Trump vaya a dar órdenes ilegales de ningún tipo”, pero ha asegurado que revertirá la política migratoria de Biden, que “está permitiendo la invasión de nuestro país”.

Los republicanos ostentan una mayoría de 53 a 47 en el Senado, por lo que el voto en contra de tres senadores en sus filas será suficiente para frustrar la elección de Hegseth o de cualquier otro polémico nominado, como la elegida para liderar los servicios de Inteligencia, Tulsi Gabbard, acusada de prorrusa, o el nominado para el departamento de Salud, el antivacunas Robert Kennedy.

Todos ellos pasarán por un chequeo de antecedentes del FBI, pero está en manos del presidente del comité, el republicano Wicker, si permite que el resto de miembros del Senado revisen los informes. El senador lo ha rechazado, lo que le ha valido las críticas de legisladores demócratas, como Chuck Schumer: ”Si Hegseth no tenía nada que ocultar sobre su pasado, entonces no debería ser un problema para el presidente del Comité de Servicios Armados permitir a todos los miembros del comité revisar todos los documentos de antecedentes del FBI. Desestimar las acusaciones contra Hegseth y rechazar la plena transparencia es, en el mejor de los casos, extraño y, en el peor, peligroso. Apesta a algo que se esconde en la oscuridad", ha asegurado el senador.

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