Ucrania insiste en entrar en la OTAN pese a la ambigüedad de los aliados

Guerra en Europa

Rutte responde llamando a enviar armas para que Kyiv pueda negociar con fuerza

Zelenski acompaña a Scholz durante la visita del canciller alemán en Kyiv

Zelenski acompaña a Scholz durante la visita del canciller alemán en Kyiv

Sergey Dolzhenko | Efe

Con la perspectiva de unas negociaciones de paz en el aire, Ucrania siguió insistiendo este martes en querer entrar en la OTAN, pese a que no parece que una invitación vaya a llegar pronto.

El secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, alejó este horizonte esquivando las preguntas de la prensa sobre una posible adhesión ucraniana como condición para iniciar negociaciones con Rusia, algo que el mismo presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sugirió como una posibilidad si el territorio que controla actualmente quedase bajo el paraguas de la OTAN y pudiese negociar la devolución del resto más adelante por vías diplomáticas. Una vía que alguien ha bautizado como la “solución alemana”, es decir, que Ucrania renuncie temporalmente a partes de su territorio a cambio de esta puerta de entrada a la Alianza Atlántica.

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“Creo que tenemos que concentrarnos, y nos concentraremos en los próximos dos días, en lo que es necesario ahora”, dijo Rutte en la rueda de prensa durante una cumbre de ministros de Exteriores de la OTAN, su primera como secretario general. “Y lo que es necesario ahora –continuó– es asegurarnos de que la ayuda militar llegue a Ucrania, porque, si deciden hacerlo, entablar conversaciones con los rusos algún día, lo hagan desde una posición de fuerza”.

La OTAN, sin embargo, comienza a cambiar el tono al hablar de negociaciones de paz con Rusia, en un momento de debilidad de las fuerzas ucranianas en el frente. Las tropas rusas están llevando la iniciativa y logrando importantes avances territoriales en el este del país; hay inquietud por el lanzamiento del misil balístico hipersónico contra territorio ucraniano y no cesan los ataques contra el sistema de infraestructuras civiles y energéticas. Además, Vladímir Putin ha llevado unos 11.000 soldados de Corea del Norte a la región de Kursk, donde ya están combatiendo.

Moscow (Russian Federation), 02/12/2024.- Russian President Vladimir Putin (C) meets with servicemen wounded in Russian special military operation in Ukraine and undergoing rehabilitation, as he visits the National medical research centre for traumatology and orthopedics during International Day of Persons with Disabilities in Moscow, Russia, 03 December 2024. (Rusia, Ucrania, Moscú) EFE/EPA/VLADIMIR ASTAPKOVICH / SPUTNIK / KREMLIN POOL

Vladimir Putin visita un hospital de Moscú especializado en los heridos de la guerra de Ucrania

VLADIMIR ASTAPKOVICH / EFE

Todo mientras en la Alianza Atlántica todavía nadie quiere hacer predicciones sobre los planes para Ucrania del presidente electo de EE.UU., Donald Trump. El mensaje es que hay que esperar a que llegue a la Casa Blanca y se pronuncie oficialmente. Es también la última cita en la sede de la OTAN de Anthony Blinken como secretario de Estado, a la espera de que llegue Marco Rubio.

En este contexto, Zelensky aseguró el viernes que, para acabar la “fase caliente de la guerra” se necesita “poner bajo el paraguas de la OTAN el territorio de Ucrania bajo control”. “Necesitamos hacerlo rápido y después el resto del territorio (ocupado) se puede recuperar por la vía diplomática”, indicó el líder ucraniano en una entrevista con Sky News.

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El secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, llega a su última reunión de ministros de Exteriores de la OTAN en Bruselas

JOHN THYS / AFP

Es el mensaje que quería lanzar el ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sibiha, durante la cena de trabajo en la cumbre, centrada en la invasión ucraniana: que, para abordar una eventual negociación de paz con Rusia con posición de fuerzas y con suficientes garantías de seguridad, esté sobre la mesa una invitación para adherirse a la OTAN. “Necesitamos decisiones históricas en lugar de llamar a Putin”, aseguró, criticando al canciller alemán Olaf Scholz.

Pero muchos miembros de la OTAN, incluyendo EE.UU., todavía son reticentes a hablar de ello mientras dure la guerra y no estén claramente delimitadas las fronteras ucranianas. Rutte evocó la cumbre celebrada en julio en Washington, donde los líderes remarcaron que el camino de Ucrania hacia la OTAN es “irreversible”. En cambio, el Ministerio de Exteriores ucraniano publicó un duro comunicado en que advertía que Kyiv no se iba a contentar con ninguna “alternativa” o “sustitución” a una adhesión completa de a la OTAN. Ucrania recuerda su mala experiencia con el memorando de Budapest, cuando, hace treinta años, renunció a sus armas atómicas soviéticas –el tercer arsenal nuclear del mundo- a cambio de garantías de seguridad de Rusia, EE.UU. y el Reino Unido. Sibiha, con una copia en mano del documento de Budapest, lamentó que el documento “fracasó a la hora de garantizar la seguridad ucraniana y la seguridad transatlántica”. “Así que debemos evitar repetir esos errores”, zanjó.

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