Maduro y Machado preven victorias contundentes en las elecciones más disputadas
Comicios presidenciales en Venezuela el domingo 28 de octubre
La oposición y sus aliados en España adelantan las denuncias de fraude por si gana el presidente chavista
En la víspera de las elecciones presidenciales mas disputadas de la historia reciente en Venezuela, hay una buena noticia y una mala para la oposición, liderada por la histórica dirigente de la derecha radical María Corina Machado, aunque el candidato oficial es el más moderado Edmundo González.
La buena noticia: ya queda claro que, pese a los temores acerca de una suspensión de los comicios, el gobierno de Nicolás Maduro va a permitir que la consulta democrática con la participación de unos 16 millones de venezolanos siga adelante libremente.
Dado que el diplomático democristiano González Urrutia -seleccionado tras la inhabilitación de Corina Machado a principios de año- ha mantenido una ventaja de en torno a veinte puntos en las encuestas, todo indicaría que la oposición está posicionada para recuperar el poder presidencial tras más de dos décadas en el desierto.
La mala noticia para el tándem González-Machado: expertos consultados en Caracas coinciden en que Maduro, -cuyo periodo en el poder alcanzará nada menos que 17 años si logra gobernar seis años más- no ha suspendido los comicios porque considera muy probable su victoria.
La baza de Maduro es una maquinaria electoral que utilizará los recursos del estado para lograr la participación del 20% que se considera un voto cautivo del chavismo asi como buscar una elevada abstención. “Vamos a estar claros. Estamos llegando aquí porque Maduro cree que puede ganar, en condiciones obviamente semi competitivas,” tuiteó ayer el respetado analista Luis Vicente León.
Vicente Leon: Maduro no ha suspendido las elecciones “porque cree que va a ganar ”
Maduro es consciente de la escasa fiabilidad de las encuestas. En todas las elecciones anteriores se ha comprobado un fuerte sesgo en los sondeos en favor de la oposición. Tras corregir este sesgo, varios analistas calculan que el resultado el domingo puede ser un empate técnico.
Pese a ello, ambas campañas han previsto triunfos holgados. Maduro vaticinó en un mitin en Yaracuy el jueves una “victoria contundente (...) que va a asombrar al mundo entero”.
González, ex diplomático que salió de la jubilación para liderar la campaña de Machado, previó que la victoria de la oposición será “de tal magnitud que obligará a Maduro a entregar el poder”.
Una victoria de Maduro seguramente desatará acusaciones de fraude y posibles protestas siguiendo el ejemplo de la llamada guarimba en 2014, cuando Corina Machado instó a los jóvenes universitarios de la derecha radical a “sembrar el caos en las calles”.
Corina Machado denunció un probable fraude -“un botón rojo nuclear”- en declaraciones a los medios internacionales durante un viaje a Maracaibo el jueves. Aliados de Corina Machado en el partido español de extrema derecha Vox, denunciaron ayer, “el fraude masivo planificado por el régimen”.
Poca duda cabe de que Maduro haya inclinado el campo de juego en contra de la oposición, con la detención de activistas y restricciones sobre su movimiento.
Pero “en el sistema electoral venezolano es bastante difícil hacer un fraude que no sea fácilmente detectable”, dijo el economista Francisco Rodríguez, asesor de Henry Falcón, el candidato de la oposición en las presidenciales del 2018. “Una cosa es que la oposición diga que eso fue fraude; otra cosa es que muestre copias de las actas a que son inconsistentes con aquellas publicadas por el gobierno”
Francisco Rodríguez: “En el sistema electoral venezolano es muy dificil hacer fraude”
Corina Machado, formada en ingeniería industrial e hija de un empresario siderúrgico, fue inhabilitada a principios de año, por su apoyo abierto a una serie de intentos de golpe de estado, empezando en el 2002 cuando respaldó el plan de secuestrar (y tal vez asesinar) al recién elegido presidente Hugo Chávez.
Ella era uno de los cuatro líderes opositores que apoyaron el mal concebido plan de la administración Trump de reconocer al joven parlamentario Juan Guaidó como presidente venezolano sin asegurarse primero de que las fuerzas armadas estaban dispuestas a abandonar a Maduro.
Tras moderar su discurso, Machado ha encabezado una campaña dinámica recorriendo el país por carretera, ya que el gobierno no le permite viajar en avión, uno de una serie de obstáculos que han mermado la competitividad de estas elecciones.
Presentándose como “salvadora” en un país agotado tras años de hiperinflación, desabastecimiento y políticas cada vez más autoritarias, Machado ha logrado convocar a miles de seguidores en sus giras. Esto ha elevado la posibilidad de una “avalancha” del voto opositor, dijo un líder del chavismo disidente entrevistado en La Vanguardia.
Pero el llamamiento ayer del ministro de defensa Vladimir Padrino López, en favor de que las fuerzas armadas defiendan el resultado tal y como manda la constitución, puede ser otro indicio de que el chavismo gubernamental no teme la derrota.
Padrino es un aliado leal de Maduro que se negó a colaborar con la operación Guaido en 2019. El general arremetió ayer contra la “encuestocracia:” “Se quiere imponer las encuestas por encima de la institucionalidad,” dijo.
Asi mismo, la radicalidad anterior de Machado -partidaria de privatizaciones masivas incluyendo la petrolera estatal PDVSA aunque liberal en cuestiones como el aborto y los derechos de lgbtq- puede favorecer a Maduro. “Yo hace un mes no iba a votar. Pero ante la eventualidad de que Corina Machado llegue al poder voy a votar por Maduro,” dijo un chavista desencantado con la política de Maduro en una entrevista telefónica. El 30% del electorado no quiere una ruptura radical y violenta con el chavismo.
Otro factor favorable a Maduro son los seis o siete millones de venezolanos -la mayoría votantes de la oposición- que en los últimos años, han huido del colapso económico en Venezuela - con una pérdida del 70% del PIB en la última década- agravada por el embargo petrolero estadounidense. Solo 69.000 podrán votar en el extranjero.
González no ha ocultado su papel de candidato falso en estas elecciones. “No formo parte de este mundo, no soy político ni me interesa el poder” dijo ayer en una entrevista concedida a El País, una declaración cuando menos original para un candidato presidencial. Paradójicamente, esa pasividad puede elevar las posibilidades de que Maduro consiga una victoria inesperada por los recelos ante Machado y sus vínculos con los elementos mas extremos del trumpismo en Miami y son la ultra derecha en América Latina y España.
Edmundo González cede todo a Machado: “No soy político ni me interesa el poder”
Como suele ocurrir en las elecciones venezolanas, un grupo de parlamentarios del PP fue denegado la entrada en Venezuela tras intentar volar sin visado desde Ciudad Panamá. Esta maniobra sirvió para lanzar un ataque contra el partido socialista español. Es “tremendamente grave” que el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero “se preste a dar apariencia democrática a algo que no la tiene”, dijo el eurodiputado Esteban González Pons.
El líder del partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, denunció “indicios racionales de unas elecciones sin garantías de transparencia ni limpieza” sin llegar a denunciar un fraude.
Muchos analistas próximos a la oposición han ido generando un clima de opinión en el cual no se aceptaría una posible victoria del gobierno ”Es muy difícil imaginar en este momento un resultado que satisfaga la necesidad de Maduro de lograr el reconocimiento internacional", dijo Phil Gunson, analista de Grupo Internacional de Crisis en Caracas en declaraciones a Bloomberg.
Esto es clave porque si Estados Unidos y Europa no dieran por legítima una victoria de Maduro, Venezuela seguiría bloqueada en su acceso a los mercados financieros y no podrá reestructurar su deuda. Así mismo, la batería de sanciones adoptadas por la administración de Donald Trump -aunque desmanteladas parcialmente por Joe Biden- solo podría ser eliminadas por completo si Washington da por transparentes las elecciones, cualquiera que sea el ganador
Rodríguez sostiene que la administración de Biden y los gobiernos europeos optarán por reconocer el candidato ganador o al menos, en el caso de que gane Maduro, no desconocerlo. Solo en el caso de que gane Donald Trump podría reanudarse la política de cambio de régimen agresivo en caso de una victoria de Maduro