A menos de un mes de las primarias de la oposición venezolana, que el 22 de octubre elegirá su carta presidencial para los comicios del 2024, María Corina Machado se perfila como ganadora según todas las encuestas –muy dispares entre sí– seguida a mucha distancia de Henrique Capriles, quien fue candidato en dos ocasiones, contra Hugo Chávez (2012) y contra Nicolás Maduro (2013). No obstante, tanto Machado como Capriles están inhabilitados por el régimen, lo cual dibuja un escenario sin muchas perspectivas de cambio tras casi un cuarto de siglo de chavismo.
De 55 años, Machado representa al sector más conservador e intransigente de la oposición, pese a que decidió permanecer en Venezuela –al igual que Capriles–, mientras la mayoría de líderes antichavistas se exiliaron en Madrid, Miami o Bogotá.
La Casa Blanca habla discretamente con Maduro para lograr presidenciales limpias en el 2024
Hay una docena de candidatos a las primarias, lo que muestra a una oposición tan fraccionada como siempre, aunque aspira a unirse en torno de la candidatura ganadora –o de quien acabe ocupando su lugar– para derrotar a Maduro.
Mientras tanto, el chavismo empieza a meter la nariz en la definición opositora. El número dos del régimen, Diosdado Cabello, dijo el lunes que es “imposible” que se puedan celebrar las primarias sin el apoyo del institucional Consejo Nacional Electoral (CNE). La Comisión Nacional de Primarias –montada por la oposición para organizar los comicios– solicitó en junio ayuda al CNE, que no respondió afirmativamente hasta el viernes pasado, lo que obliga ahora al antichavismo a negociar a toda prisa los términos de esa ayuda.
En este contexto, continúan los contactos discretos entre el chavismo y EE.UU. –también con Noruega, Colombia y la UE– para asegurar que las presidenciales del 2024 se celebren con garantías democráticas, después de que la guerra de Ucrania propiciara un acercamiento de la Casa Blanca al gobierno de Venezuela, que controla las mayores reservas de petróleo del mundo.