Trump: imputado con 37 cargos por 7 delitos, incluido apropiación de papeles clasificados
Un expresidente y candidato con delito
Su partido tendrá que preguntarse si debe mantener el apoyo a un candidato que puede perder pie e ir a prisión
Lo de Trump tiene delito.
La política se contorsiona en Estados Unidos. Sus instituciones se ponen a prueba. Su democracia entra en cuestión. La situación es insólita, incluso para un país cuyo expresidente instigó una intentona golpista con asalto al Parlamento. El Departamento de Justicia y Fiscalía General de la nación imputó ayer al exmandatario y candidato a la reelección, Donald Trump, con 37 cargos penales federales por siete delitos que incluyen conspiración para obstruir a la justicia, manipulación de testigos, declaraciones falsas y retención deliberada de documentos secretos con violación de la ley de Espionaje.
Se trata del caso de los papeles de Mar-a-Lago, es decir, de la apropiación, traslado ilícito, ocultación y retención de los cientos de documentos que, clasificados con marcas de “alto secreto”, “secreto” o “confidencial”, Trump se llevó ilegalmente de la Casa Blanca a su residencia en Florida tras perder las elecciones frente a Joe Biden en noviembre del 2020.
El expresidente deberá declarar el martes ante un juez de Florida, jurisdicción elegida por el fiscal tras meses de investigaciones por sendos jurados especiales en ese estado y en Washington DC.
Trump ya fue imputado hace dos meses con 34 cargos de falsificación para enmascarar el soborno a la actriz porno Stormy Daniels. Y un jurado le condenó civilmente en mayo por agresión sexual y difamación a la escritora Jean Carroll. Pero, anteanoche, el líder y candidato ultra se convirtió en el primer expresidente de EE.UU. que afronta cargos penales federales, encima de gran alcance y con visos de una considerable cantidad de pruebas detrás.
Su partido tendrá que preguntarse si debe mantener el apoyo a un candidato que puede perder pie e ir a prisión
Además de evidencias materiales de los delitos, el ministerio público parece estar en condiciones de acreditar el dolo o consciencia e intencionalidad en la acción ilícita del acusado. Y es que, en contraste con sus persistentes declaraciones en el sentido de que él mismo había desclasificado los documentos que se llevó a casa, existe una grabación de una reunión celebrada en el 2021 donde reconoció lo contrario. “Como presidente, podría haberlo desclasificado, pero ahora no puedo”, dice ahí Trump, según transcripción obtenida y difundida ayer por la CNN. El exmandatario se refiere a un registro secreto sobre un supuesto plan de ataque a Irán.
La imputación a Trump pone en un brete al Partido Republicano. Más allá de sus primeras e instintivas reacciones, que de momento ayer fueron ante todo de cierre de filas y contraataque al Gobierno de Biden, la formación deberá hacerse preguntas peliagudas. ¿Conviene mantener el apoyo a un aspirante que en unos meses podría ser condenado e incluso encarcelado por graves delitos contra las instituciones del país? ¿Puede permitirse el partido sustentar ese apoyo al líder a sabiendas de que, muy probablemente, gran parte de los electores independientes e indecisos le negarán el voto a causa de las imputaciones? Porque una cosa es que Trump pueda ganar las primarias republicanas, para las que de momento saca una ventaja de 30 puntos a su rival más destacado, Ron DeSantis, y otra que pueda vencer en las presidenciales al adversario demócrata, que ya le abatió una vez y ahora gobierna el país.
La imputación al expresidente fue hilvanada por el fiscal especial Jack Smith, un duro del Departamento a quien el fiscal general y titular de Justicia, Merrick Garland, designó en noviembre para indagar este asunto y el de la implicación de Trump en el asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021.
El propio expresidente confirmó en su red, Truth Social, que había sido imputado. “Soy inocente. Es una interferencia electoral al más alto nivel. Una guerra. El país se va al infierno...”, dijo en un vídeo. Lo que dice siempre.
Es reseñable que, habiéndose instruido gran parte del caso en Washington, donde Trump habría cometido los primeros delitos al llevarse los papeles de la Casa Blanca, el fiscal Smith haya elegido finalmente la jurisdicción de Florida, en concreto el Tribunal Federal de Distrito en Miami, para presentar los cargos. La elección podría tener una motivación estratégica, al prevenir posibles protestas de la defensa sobre la ubicación de un territorio con una población –y, por tanto, con un posible jurado– más demócrata y, en consecuencia, más hostil que el del hoy conservador estado sureño.
Los cargos incluyen la conspiración para obstruir a la justicia, manipulación de testigos y falsedades
Trump y los suyos darán batalla, patalearán y seguirán acusando a Biden de venganza política y de los grandes males de la historia. Pero los hechos están ahí; parece que las pruebas, también. Y el fiscal no da puntada sin hilo. El expresidente, de momento, sigue por su parte descosido.