Finlandia se convertirá mañana en el miembro número 31 de la OTAN. Lo hará después del proceso de adhesión “más rápido” de la historia moderna de la Alianza, según el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg. Pero lo hará sin Suecia, cuya ratificación aún está pendiente de Turquía.
La guerra en Ucrania fue un cambio tectónico. A nivel social, económico, geopolítico. También para los dos países nórdicos, Suecia y Finlandia, que en mayo de 2022 pidieron el ingreso a la Alianza, un paso sin precedentes en dos países históricamente neutros. “Mañana será un día histórico (…), acogeremos a Finlandia como el trigésimo primer miembro de la OTAN, haciendo a Finlandia y a nuestra Alianza más fuertes”, aseguró Stoltenberg.
El Secretario General de la OTAN ha admitido que “aunque el proceso ha durado unas semanas más de lo esperado” sigue siendo el proceso más rápido de la historia y confía en que pronto Suecia seguirá el mismo camino.
En una ceremonia que se celebrará mañana en la sede de la Alianza en Bruselas, la bandera blanca y azul de Finlandia ondeará a partir de ahora. Con la incorporación del país nórdico, —que comparte una frontera de 1.340 kilómetros con Rusia, más del doble que actualmente— la organización añade un miembro que hasta antes de la guerra en Ucrania se veía casi imposible.
Los 30 aliados han aprobado el acceso de Finlandia desde que el pasado junio, en la cumbre de Madrid, se invitó al país junto a Suecia a convertirse en miembros. A pesar de que veintiocho países habían dado luz verde a la incorporación de ambos en los últimos meses, Hungría y Turquía solo han dado su visto bueno definitivo a Finlandia, apenas hace unos días.
Mañana Turquía entregará su carta de aceptación a Washington, quien custodia el tratado fundacional de la organización. Tras ello, el Departamento de Estado estadounidense notificará que todos los requisitos se han cumplido, y entonces Finlandia presentará su documento de aceptación a Estados Unidos. Así se ratificará su plena adhesión. Tras ello, se celebrará una ceremonia con la izada de la bandera en la sede en Bruselas. Justo el mismo día en que se firmó el Tratado de Washington, un 4 de abril de 1949, cuando se creó la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
“Por primera vez izaremos la bandera finlandesa, aquí en la sede de la OTAN. Será un gran día para la seguridad de Finlandia, para la seguridad nórdica y para el conjunto de la OTAN”, ha asegurado Stoltenberg. “Finlandia aportará a la Alianza un substancial número de fuerzas militares, bien entrenadas, bien equipadas”, ha defendido el Secretario General, al mismo tiempo que alabado la inversión militar del país y de que haya sido “uno de los pocos países de Europa que no redujo la inversión en defensa tras la Guerra Fría”.
Pero el día histórico y la fiesta estará un poco más ensombrecida debido a que Suecia aún sigue esperando su entrada, cuando en un principio se esperaba que ambos países, —dado que llevaron a cabo la petición de forma conjunta— también entrarían juntos. “Estoy seguro de que Suecia se convertirá en miembro, es una prioridad para mí que pueda producirse lo antes posible”, ha señalado Stoltenberg.
Suecia, al igual que Finlandia hasta ahora, tiene un estatus en que ambos países están protegidos en caso de un ataque y participan en las actividades de la organización y sus estructuras militares. “A Suecia no se la deja sola”, ha argumentado el político noruego.
No obstante, Turquía aún mantiene “serias y legítimas preocupaciones” sobre Suecia, ya que según Ankara, el país aún no ha cumplido todos su compromisos cuando firmaron el acuerdo junto a Finlandia el pasado junio en los márgenes de la cumbre de la OTAN de Madrid. El gobierno de Recep Tayip Erdogan mantiene que Estocolmo protege y ampara en su suelo a miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y que la UE (incluida Finlandia) considera una organización terrorista. Stoltenberg está tratando de que ambas partes negocien y avancen para que Suecia se convierta en el próximo miembro lo antes posible, con la esperanza de que para la cumbre de Vilna del próximo julio el proceso esté cerrado.