Era solo cuestión de tiempo que el nuevo Ejecutivo italiano de Giorgia Meloni viviese sus primeros desencuentros diplomáticos a raíz de la inmigración. Más de mil personas rescatadas por cuatro barcos humanitarios esperan desde hace días en el Mediterráneo Central a que se les espere un puerto seguro para desembarcar, pero el Gobierno italiano, liderado por los ultraderechistas Hermanos de Italia, se ha negado a ofrecerlo, iniciando otro conflicto con las oenegés extranjeras que rescatan a migrantes ante las costas de Libia.
Se trata del alemán Humanity 1 de Sos Humanity, el noruego Ocean Viking de Sos Mediterranée, el noruego Geo Barents , de Médicos sin Fronteras, y el Rise Above , de la oenegé alemana Mission Lifeline. La cuestión ha provocado un conflicto tanto con Alemania como con Noruega, después de que Italia haya reclamado a los estados de bandera de las naves que se responsabilicen de los migrantes que han socorrido. El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, solamente se ha comprometido a permitir el desembarco de aquellos migrantes que tengan necesidades humanitarias.
“Si una nave de una oenegé tiene una bandera alemana, hay dos opciones. O Alemania la reconoce y se hace cargo de ella, o se convierte en un barco pirata”, declaró Meloni en una entrevista para el libro del periodista Bruno Vespa. Y, si Berlín ya solicitó el jueves a Roma que permita que al menos los 100 menores a bordo del Humanity 1 puedan desembarcar, este viernes la embajada de Noruega en Italia alzó el tono al decir que Oslo no tiene “ninguna responsabilidad” respecto a los migrantes rescatados en el Mediterráneo, y, aunque “reconoce la fuerte contribución de Italia en la gestión de los flujos migratorios”, la “primera responsabilidad en la coordinación para garantizar un puerto seguro a las personas en dificultad en el mar es del Estado responsable del área de búsqueda y salvamento de la asistencia”.
Oslo aumenta el tono al decir que no es responsable sobre los rescatados en el Mediterráneo
Ante la desesperación por el empeoramiento de las condiciones meteorológicas y la falta de respuesta de Italia y Malta, SOS Mediterranée lanzó un llamamiento de ayuda a España, Grecia y Francia. París se ha puesto a disposición para acoger a los 234 migrantes rescatados por el Ocean Viking por “una cuestión de humanidad”.
La visión de Meloni es muy similar a la que tenía el liguista Matteo Salvini cuando era titular de esta cartera. Consideran que en Italia sólo deben desembarcar los migrantes rescatados por oenegés si previamente ya se ha acordado una redistribución y una acogida en otros países europeos. El argumento del ministro del Interior, Matteo Piantedosi, es que Italia ya se hace cargo de todos los otros que llegan a sus costas sin ser rescatados por organizaciones humanitarias, que son muchos más.
Según explica Flavio di Giacomo, portavoz de la Organización Internacional para la Migración, sólo un 15% de los llegados a las costas italianas lo hacen salvados por oenegés, mientras que el 85% restante llegan a Lampedusa tras haber escapado de la guardia costera libia de forma autónoma o tras la intervención de las naves de la guardia costera italiana. “Esta polémica es un intento por parte de Italia de implicar más a la UE para que intervenga con operaciones de patrulla en el mar, que es cierto que se debe hacer”, asegura Di Giacomo. En su estreno en Bruselas para conocer a los líderes comunitarios, Meloni aseguró que su prioridad será el “control de las fronteras exteriores de la UE”, ante lo que encontró “orejas listas a escuchar”.