El anterior presidente de Estados Unidos debió de quedarse a gusto este viernes por la noche cuando, en respuesta a las últimas revelaciones del comité investigador del asalto al Capitolio, calificó a los dirigentes demócratas de "fascistas de izquierda" y llamó "loca" a la vicepresidenta republicana de esa comisión, Liz Cheney. Fue en un mitin en Nashville organizado por la organización cristiana y provida Coalición Fe y Libertad.
Pasaban poco más de 24 horas desde que la tercera audiencia televisada sobre la insurrección del 6 de enero del 2021 pusiera de manifiesto cómo Donald Trump fue informado por sus asesores del carácter ilegal de sus esfuerzos por anular las elecciones del 2021. La sesión se centró en concreto en las fuertes presiones que el derrotado mandatario dirigió contra su vicepresidente, Mike Pence, para que se negara a proclamar la victoria de Joe Biden so pretexto de un pretendido "fraude" en las votaciones de varios estados.
Pence "podía haber sido grandioso, podía haber pasado a la historia", dijo ayer Trump sobre el que venía siendo su muy leal número dos hasta que se negó a echar abajo las elecciones. "Pero Mike, y lo digo con tristeza porque él me gusta -añadió-, no tuvo el coraje de actuar y perdió su oportunidad".
Esta no es una investigación del Congreso sino una actuación vergonzosa; una producción teatral partidista con unas terribles calificaciones"
Ante un público multitudinario y entregado, el expresidente arremetió sin filtros contra los nueve diputados de la Cámara de Representantes -siete demócratas y dos republicanos- que investigan la organización, responsabilidades y motivaciones del intento de golpe contra la democracia estadounidense culminado con el cruento asalto al Capitolio, asalto cuya instigación se atribuye cada vez con más pruebas al propio presidente.
“Seamos claros, esta no es una investigación del Congreso; es una actuación vergonzosa que está haciendo perder el tiempo a todo todo el mundo; una producción teatral de ficción política y partidista con unas terribles calificaciones. Se están volviendo locos”, exclamó.
No le importaba a Trump, cuando habló de bajas calificaciones, que la primera de las sesiones del comité en directo, celebrada el pasado lunes, hubiera obtenido un dato de audiencia de veinte millones de espectadores.
Tampoco tuvo problema el expresidente en afirmar que todos los miembros del comité, incluidos los dos republicanos, son "radicales de izquierda". Y mientras a la muy conservadora Liz Cheney la llamaba loca, de su compañero de filas en el órgano investigador, Adam Kinzinger, afirmó: “Este tipo llora cada vez que habla. Algo malo pasa con él”.
Trump sostuvo además que los actuales gobernantes de Estados Unidos, con Biden a la cabeza, están "llenos de odio y de rabia", se han propuesto "destruirlo todo" y coartan continuamente el derecho a la "libre expresión". Un derecho del que él hizo un uso sin restricciones. El "fascismo de izquierda" que denunció no le detuvo.