Unas elecciones municipales no son la batalla de Lepanto, ni la de Trafalgar, ni la de la Bahía de Aboukir. No decidirán la guerra. Aún así la flota de los conservadores británicos ha quedado muy tocada, tras perder varias fragatas, cruceros y destructores. Y sobre todo tres portaviones, el HMS Westminster , el HMS Wandsworth y el HMS Barnet , ayuntamientos emblemáticos del área metropolitana de Londres.
El partido nacionalista de Irlanda del Norte Sinn Féin se sitúa como ganador de las elecciones en el país cuando se ha escrutado poco más de un 30% de los votos. De los 90 escaños en juego por el momento se han designado 35 y, de ellos, 16 son para el partido partidario de la reunificación de la isla. Si acaba confirmando la tendencia, el Sinn Féin alcanzaría el poder del gobierno de Irlanda del Norte por primera vez en los 101 años de la constitución del territorio. Por detrás del Sinn Féin, el Partido Unionista Democrático (DUP)
Unas municipales son unas municipales, y no siempre un baremo fiable de lo que va a pasar en las siguientes generales. Pero en el gran orden del universo político, los laboristas tienen razones para estar esperanzados y contentos, los conservadores seriamente preocupados aunque aún no desesperados, y Boris Johnson para incrementar su paranoia, ver sombras y enemigos por todas partes y llamar al LAPD (policía) de Los Ángeles y encargar el chaleco antibalas más efectivo.
Ni los almirantes de la Armada tory ni menos aún los marineros (se ahogaron varios centenares de concejales en Inglaterra, Gales y Escocia) pueden estar contentos. El Labour obtuvo un 35% de los votos, los conservadores un 30% y los liberales demócratas un 19%. Si hubiesen sido unas elecciones generales y la gente hubiese votado igual (mucho suponer), Gran Bretaña estaría abocada a un gobierno de coalición de centro izquierda encabezado por el líder laborista Keir Starmer.
“Ha sido un día difícil”, admitió Johnson, que tras los resultados ha doblado el sueldo de su guardia pretoriana en previsión de un posible nuevo intento del grupo parlamentario tory de deshacerse de él (cosa nada fácil). Varios diputados pidieron su cabeza nada más conocerse los resultados, temerosos de perder sus escaños. Uno dijo que el argumento de que hace falta estabilidad en medio de la guerra de Ucrania ya no sirve.
Si los resultados de ayer se repitieranen las generales, el Labour encabezaría un gobierno de coalición
Pero Johnson tiene al menos tantas vidas políticas como el Real Madrid vidas futbolísticas en la Champions, y, si sobrevive también a este batacazo electoral, será porque los antiguos votantes laboristas (conservadores sociales anti inmigración que desean un Estado grande que dé ayudas e invierta en infraestructuras) no le han dado del todo la espalda. En la llamada muralla roja del norte de Inglaterra, víctima de la desindustrialización, los tories perdieron algún punto respecto a las generales del 2019, y con idéntico resultado cederían algunos de los escaños que entonces les dieron la mayoría, pero salvarían muchos.
La hecatombe ocurrió en el Gran Londres, de donde han sido prácticamente borrados del mapa, y ya sólo controlan cinco de sus treinta y dos ayuntamientos. Wandsworth, bastión del neoliberalismo y que Margaret Thatcher decía que era su favorito, hundido. Westminster, símbolo del dinero y la clase, con los impuestos municipales más bajos del país, hundido. Ambos habían sido tories desde su creación, y se han ido al fondo del mar.
Pero los problemas políticos para Johnson no acaban y terminan en Inglaterra, porque al otro lado del mar de Irlanda, en el Ulster, el Sinn Féin (antiguo brazo político del IRA) fue el partido más votado y, según las proyecciones –tiene un complejo sistema electoral proporcional de voto múltiple transferible– iba camino de obtener el mayor número de escaños en la Asamblea Autónoma. Algo que nunca antes ha ocurrido, y que sería una revolución en un territorio creado tras la partición para que los protestantes y unionistas fueran mayoría.
A la crisis política (descontento de los conservadores por la debacle en las municipales) se le suma a Johnson la perspectiva de una crisis constitucional, ya que el DUP (Partido Unionista Democrático) ya ha dicho que no aceptará el puesto de segundón en una Administración encabezada por los “hijos del IRA”, no formará parte de ella y hará caer las instituciones autonómicas para que la provincia sea dirigida desde Londres. Y posiblemente también una nueva crisis europea y con los Estados Unidos, si responde al nuevo mapa electoral en el Ulster rompiendo los acuerdos comerciales del Brexit, como se plantea.
Reproches a Johnson tras la debacle en Londres y la pérdida del Ayuntamiento icónico de Westminster
El Brexit, la mayoría absoluta de Johnson en el 2019, el resultado ahora de las municipales... Todo apunta en una misma dirección, que es la fractura cada vez mayor del país en dos bloques. Por un lado el Londres cosmopolita y el Sur rico, los intelectuales, los estudiantes, las clases medias altas, los profesionales liberales, los conservadores moderados. Del otro, el Norte deprimido, los votantes sin estudios universitarios, irritados con los políticos convencionales, que ya votaron contra Europa y podrían tal vez votar por un Trump británico.