La galaxia islamista afgana: ¿por qué los talibanes son enemigos de Estado Islámico?

Vuelco en Afganistán

De la yihad internacional del Estado Islámico Jorasán al localismo talibán

An Afghan man checks the Taliban flags kept for sale next to a poster of Taliban leader Mullah Abdul Ghani Baradar along a street in Kabul on August 27, 2021, following the Taliban's military takeover of Afghanistan. (Photo by Aamir QURESHI / AFP)

Un afgano vendiendo ayer en Kabul la bandera de los talibanes junto a una imagen del mulá Baradar

AAMIR QURESHI / AFP

El atentado en el aeropuerto de Kabul puso de manifiesto la complejidad del escenario islamista en el país. Tras la primera explosión, el Pentágono tardó escasos minutos en responsabilizar al Estado Islámico Jorasán, la filial del grupo islamista en Afganistán y enemigo público de los talibanes.

Durante dos décadas de presencia militar en Afganistán, más de ocho grupos armados islamistas han sobrevivido a los constantes ataques por parte del ejército estadounidense.

Los radicales islamistas chocan, convergen y coexisten en Afganistán”

Gabriel Reyes

“Los radicales islamistas chocan, convergen y coexisten en Afganistán”, afirma Gabriel Reyes, investigador del Cidob y director de Desarrollo de Proyectos en CITpax. En total, según recoge un informe de las Naciones Unidas, hay entre 8.000 y 10.000 combatientes yihadistas en el país asiático,
la gran mayoría en la región noreste del país, cerca de la frontera con Pakistán.

Pese a controlar el territorio, “los talibanes no han conseguido el monopolio absoluto del poder”, asegura Reyes. Para garantizar la no injerencia de las potencias extranjeras, los talibanes firmaron un acuerdo con Estados Unidos en el que se comprometían, entre otras cosas, a no alojar en el país terroristas que pretendiesen atacar en el extranjero. No querían repetir el escenario del 2001, cuando el régimen talibán dio cobijo a Al Qaeda y a su líder, Bin Laden, cerebro de los atentados del 11-S.

Esta concesión por parte de los talibanes no agradó demasiado a Estado Islámico Jorasán, quienes califican a los actuales talibanes de apóstatas. El grupo, fundado en el 2015, en pleno auge del califato en Siria e Irak, llegó a contar con hasta 8.500 combatientes en suelo afgano, según la ONU. Como sus homólogos en Siria e Irak, la organización tiene como objetivo la yihad internacional, lo que choca contra el carácter estrictamente regional del movimiento talibán.

Los talibanes no han conseguido el dominio absoluto del poder"

Gabriel Reyes

La derrota de Estado Islámico en Siria supuso un duro golpe a su filial afgana, que se redujo hasta los 1.500 integrantes en el 2020. Sin embargo, el grupo recuperó fuerzas tras un cambio de liderazgo interno.

En mayo de ese año asumió al mando Shahab al Muhajir, un nuevo comandante cuya misión fue reclutar a todos los jóvenes desencantados con los talibanes y que tuvieran una visión más global del yihadismo. Durante este 2021 han lanzado más de 80 ataques reivindicados y están en el radar de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.

Sin embargo, no es una visión compartida por la mayoría de afganos. “Estado Islámico no tiene el apoyo local de los afganos, ya que está formado parcialmente por extranjeros”, afirma Reyes. “No tienen la fuerza suficiente como para controlar territorio”, añade.

Estado Islámico no tiene el apoyo local de los afganos, ya que está formado parcialmente por extranjeros"

Gabriel Reyes

Pero sí suponen un riesgo para la seguridad, tanto para los propios afganos como para la estructura de poder talibán. Joe Biden ya alertó de la posibilidad de un ataque por parte de este grupo hace semanas. Tras el atentado del jueves, el presidente pidió a sus servicios de inteligencia informes para combatir al Estado Islámico en el territorio. Serán los talibanes, sin embargo, los que lidien con esta facción dentro de sus propias filas y vigilen a los posibles desertores.

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