Una mujer china con pruebas de sufrir maltrato pasa por un calvario para conseguir el divorcio
Violencia doméstica en China
Pese a tener la grabación de vídeo de la tercera paliza que le propinó su marido, un tribunal le impidió a Liu Zengyan acabar con su matrimonio
Liu Zengyan tenía las pruebas de que su marido la maltrataba: una grabación de las cámaras de seguridad de la tienda familiar donde se ve cómo su pareja la golpea repetidas veces y la arrastra por el suelo. También contaba con el informe médico de las lesiones que sufrió tanto debido a la paliza como al salto a la calle desde un segundo piso que la mujer tuvo que hacer para escapar de su agresor.
Pero cuando Liu, postrada en una camilla de un hospital –con fracturas en la cadera, las piernas inmovilizadas de forma temporal y un ojo hinchado– decidió que quería pedir el divorcio, la justicia se lo negó.
Tres mujeres mueren por violencia doméstica cada cinco días en China
El caso de esta mujer de la ciudad de Shangqiu (centro del país), del que se ha hecho eco el periódico The New York Times , ha puesto en evidencia dos de los mayores problemas que enfrentan las mujeres en China: la prevalencia de la violencia doméstica y las dificultades para obtener justicia en un sistema legal cuyos representantes van en su contra.
Una encuesta realizada en 2011 por la Federación Nacional de Mujeres de China (FNMC), fundada en 1949 por el Partido Comunista chino, reveló que aproximadamente una de cada cuatro mujeres había sufrido abuso físico o verbal, o sus parejas habían restringido sus libertades. Pero las cifras pueden ser mucho mayores, especialmente después de los confianamientos de los recientes meses provocados por la pandemia, cuando se ha registrado un aumento de los casos denunciados.
Pese a la existencia de esta realidad no fue hasta 2016 que Pekín obtuvo su primera ley de violencia doméstica. Y, aún así, las mujeres denuncian de que su cumplimiento es escaso.
Según Equality, una organización de d erechos de la mujer en Pekín, al menos tres mujeres mueren por violencia doméstica cada cinco días en China. Denuncia la ONG que desde la aprobación de la ley hasta el 31 de diciembre de 2019, 942 casos denunciados de violencia doméstica resultaron en 1.214 muertes, de las cuales el 76% de las víctimas eran mujeres y casi el 7% de las víctimas eran menores de edad.
Los principios fundamentales de la ley estipulan que la norma debe “prevenir y detener la violencia doméstica; proteger la igualdad de derechos de los miembros de la familia; preservar relaciones familiares iguales, armoniosas y civilizadas; promover la armonía familiar y la estabilidad social”.
El principio de armonía familiar y estabilidad social proviene del confucianismo, que difunde los valores patriarcales de la sumisión femenina”
Sin embargo, ante un caso de divorcio por violencia doméstica los jueces se decantan por defender aquellos principios que preservan la familia por encima de los demás.
“En China, el principio de armonía familiar y estabilidad social proviene del confucianismo, que difunde los valores patriarcales de la sumisión femenina. La violencia contra miembros femeninos de la familia se normaliza e incluso se fomenta, como se muestra en dichos como ‘una paliza muestra intimidad y una reprimenda muestra amor’”, escribe Sophie Mak, autora de una tesis de investigación jurídica titulada Ganadores y perdedores de la ley contra la violencia doméstica de China, en el medio The Diplomat .
“Es una creencia común que protestar contra sus maridos es una demostración de falta de obediencia y modestia: si una esposa dejara a su marido, perturbaría la armonía social de la familia y provocaría el desdén de la comunidad”, continúa esta estudiante de derecho y literatura en la Universidad de Hong Kong.
Liu, de 24 años, ha relatado en varias entrevistas en medios de comunicación chinos que conoció el infierno dentro de su matrimonio un año después de casarse con su novio de secundaria, Dou Jiahao, de 23 años. Pero en abril de 2018, su marido perdió más de 7.200 dólares apostando y cuando llegó a casa la pegó por primera vez. Según confiesa, en ese momento la joven no reconoció el suceso como un acto de violencia de género. La segunda vez consultó por internet y lo vio claro pero no se atrevió a denunciar porque no tenía suficientes pruebas para ir a la policía.
La policía culpó sus lesiones a la caída y un estudio forense responsabilizó al marido solo de la lesión en el ojo
En la tercera paliza, en agosto de 2019, Liu tenía las grabaciones de vídeo. En ellas se ve como la joven acaba postrada en la calle tras lanzarse por la ventana. Allí la atienden varios transeúntes mientras el marido observa la escena impasible. “Se puede ver que casi se ha convertido en un psicópata”, señala Liu.
Pero pronto la joven se topó con el sistema. Primero la policía culpó sus lesiones a la caída y un estudio forense responsabilizó al marido solo de la lesión en el ojo –más tarde una revisión del caso lo elevó a lo penal y detuvieron al marido en marzo–. En junio, Liu pidió el divorcio mostrando el vídeo de la paliza en la tienda como prueba pero el tribunal le denegó su solicitud argumentando que Dou había rechazado el divorcio y que debía buscar mediación.
Con el fin de presionar a los jueces, Liu subió el vídeo de la paliza a WeChat, la plataforma de redes sociales más popular en China. Allí miles de usuarios se unieron en su defensa con un hashtag que fue visto más de mil millones de veces en el portal Weibo. Tras ello su caso copó titulares en los medios locales. Tres semanas después de colgar el vídeo, a finales de julio, la joven obtuvo el divorcio.