¿Quién contagió la covid a Silvio Berlusconi?
Italia
La cacería mediática del ‘culpable’ de pasar el virus a ‘Il Cavaliere’ provoca malestar entre sus hijos
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¿Fue el multimillonario Flavio Briatore? ¿O la culpable es Barbara, la tercera de los hijos del exprimer ministro, la primera de la familia que dio positivo? ¿Quizás la diputada treintañera Marta Fascina, nueva pareja de Il Cavaliere?
Es la gran pregunta que se hacen muchos italianos: ¿Quién ha contagiado a Silvio Berlusconi, de 83 años, de coronavirus? Las especulaciones son jugosas. Los medios llevan días publicando ríos de tinta sobre la supuesta cadena de contagios en Villa Certosa, la finca de la Costa Esmeralda donde el millonario solía ofrecer sus famosas cenas elegantes, también conocidas por fiestas bunga-bunga, que han terminado en los tribunales.
La cacería mediática está causando un fuerte malestar entre los hijos de Berlusconi. Barbara, de 36 años, fue obligada a salir públicamente a decir que es muy improbable que ella haya sido la culpable de contagiar al padre. Todos los dedos apuntan a ella: Marina, de 54 años, la primogénita, está “furiosa” con su hermana, publican los medios. “Alguien ha tenido un comportamiento irresponsable”, dijo Marina, presidenta de Fininvest y, según las malas lenguas, el ojito derecho del líder de Forza Italia.
Los dedos apuntan a su hija Barbara, que pasó una noche en Capri entre contagiados
Prácticamente descartado Briatore –contagiado y con quien se vio a principios de agosto en Villa Certosa– Barbara, también con un puesto en el holding familiar, es sospechosa porque antes había pasado una velada en dos locales de Capri en compañía de su exmarido y de su nueva pareja, todos positivos de coronavirus. También Luigi, el hijo pequeño del magnate, que ignoraba los síntomas de la hermana mayor, dio positivo.
Temeroso de contagiarse, y cuando poco a poco va quedando claro que el virus corría por Villa Certosa, el 19 de agosto Berlusconi decidió terminar antes de tiempo su estancia en Cerdeña. Allí habían impuesto una regla máxima a los políticos de Forza Italia: solo presentarse con un PCR negativo, aunque algunos se la podrían haber saltado. Personal, amigos de amigos, que entraban y salían sin ningún control, tal vez después de haber participado en alguna fiesta. Y como antaño, cuando Villa Certosa era símbolo de la juerga y el descontrol, el día 14 de agosto Berlusconi da una de sus exclusivas fiestas con numerosos invitados –según el Corriere della Sera–, muchos del mundo del espectáculo. Los ecos del bunga-bunga no se han disipado del todo en Porto Rotondo.
Todo sucede contra todos los esfuerzos de Marina, de las pocas en el clan Berlusconi que no se han infectado, por proteger a su padre. De hecho el magnate pasó el confinamiento ejerciendo de abuelo en la finca de la primogénita cerca de Cannes, donde se trasladó su nueva compañera, Fascina, también contagiada por coronavirus. Antes de regresar a su finca lombarda pasó unos días de nuevo en Francia. Luego regresó a su residencia de Arcore, a las afueras de Milán, cuando conoció, la semana pasada, el resultado más fatídico para un hombre de casi 84 años y muchas patologías previas.
El exprimer ministro italiano sigue recuperándose de un principio de pulmonía bilateral en su suite del hospital privado San Raffaele de Milán. Está de muy mal humor, cuenta el Corriere, pues ni siquiera vio el partido que el sábado jugaron los dos clubes de fútbol de su corazón, el Milán –que vendió en el 2017 a un empresario chino– y el pequeño Monza –que compró después–. Solo le visitan un par de enfermeros y el doctor Alberto Zangrillo, su médico personal y jefe de anestesia del centro sanitario.
El magnate reacciona bien al tratamiento, pero se encuentra en la fase más delicada de la enfermedad
No se priva de ninguna comodidad: la comida llega directamente de su mansión en Arcore. Berlusconi pasa los días con la televisión apagada y llamando a sus hijos. Hasta su exmujer, Veronica Lario, ha roto la guerra fría que mantenía tras un escandaloso –y carísimo– divorcio. “Estoy entristecida y también un poco preocupada, pero el escenario clínico parece bastante reconfortante”, ha dicho la exesposa.
El doctor Zangrillo contó este fin de semana que Berlusconi pasa la fase más delicada para ver si supera el mayor riesgo de la Covid, una reacción inflamatoria en la infección pulmonar, que podría ser fatal para un hombre de su edad. Quizás por eso, el médico expresó solo un “cauto optimismo”: aunque está reaccionado de manera “óptima” al tratamiento, todavía no se puede cantar victoria. Si todo va bien, Berlusconi podría recibir el alta antes del próximo fin de semana. Y entonces, seguro que querrá saber quién le ha contagiado