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El ejército ecuatoriano se hace cargo del transporte público por el paro y el estado de excepción

El Gobierno trata de paliar los efectos de las protestas por el aumento del precio de los combustibles

Protestas en Quito contra el alza de los combustibles tras la retirada de las subvenciones

RODRIGO BUENDIA / AFP

Las Fuerzas Armadas de Ecuador anunciaron este viernes en un comunicado que sus vehículos “prestarán transporte público a la ciudadanía”, en el marco del paro nacional indefinido del sector ante el aumento del precio de los combustibles y el consiguiente estado de excepción decretado el jueves por el presidente Lenín Moreno.

Aunque el gobierno insiste en que la situación se está normalizando, la crisis va camino de convertirse en el mayor estallido social desde la conocida como “revolución de los forajidos”, la ola de protestas de la clase media que en el 2005 acabó con el gobierno de Lucio Gutiérrez y un año después posibilitó la victoria de Rafael Correa.

Moreno, delfín de Correa y ahora su archienemigo, ha optado por la mano dura para frenar de raíz el pulso que los empresarios del transporte, pero también pequeños propietarios de taxis, furgonetas o autocares, desarrollan con la exigencia de que el mandatario dé marcha atrás con la retirada de los subsidios a la gasolina y otros combustibles, lo que ha causado su abultado y súbito incremento. Moreno ha tomado la medida acuciado por la crisis económica y en el marco del acuerdo de ayuda firmado con el FMI para reducir el déficit fiscal.

Moreno opta por la mano dura

Los líderes transportistas han sido detenidos junto a cientos de manifestantes

Los principales líderes transportistas están siendo detenidos por todo el país por promover el paro así como los cortes de calles y carreteras, pero también centenares de manifestantes, entre los cuales hay trabajadores del sector, sindicalistas o estudiantes, que apoyan las protestas. No obstante, además de los ataques a vehículos policiales, la quema de neumáticos para cortar vías o destrozos de mobiliario urbano, también se han producido saqueos a comercios, otros actos vandálicos y agresiones a periodistas o personal sanitario, como ha denunciado la Cruz Roja.

El presidente decretó el estado de exepción durante 60 días. Moreno promete continuar con la mano dura, mientras acusa de “golpistas” a los líderes del transporte, que aseguran que no detendrán la huelga hasta que el mandatario rectifique. “Como parece que se evidencia, es definitivamente desestabilizar al gobierno democráticamente y legalmente constituido”, dijo Moreno. “A esos golpistas de siempre le vamos a decir no, el Ecuador les está diciendo no, así es que mejor acójanse a las consecuencias”, agregó.