Amnistía calcula en 1.600 los civiles muertos por la coalición en el asalto a Raqqa
Ofensiva contra el Estado Islámico
Estado Islámico instaló en esta ciudad del Este de Siria la capital del califato en 2014
La coalición dirigida por los Estados Unidos contra Raqqa, la capital del Estado Islámico en Siria, habría dejado 1.600 civiles muertos, diez veces más de lo que las fuerzas que participaron en el asalto están dispuestas a admitir. La cifra ha sido avanzada por Amnesty International y Airwars, un grupo de seguimiento internacional con base en Londres que tiene por objetivo la monitorización de la campaña en Siria.
“Nuestra conclusión es que la coalición dirigida por los Estados Unidos y en la que participaron el Reino Unido y Francia, causó directamente 1.600 bajas civiles en Raqqa”. El informe añade que estos hechos contravienen las leyes internacionales y ha reclamado la creación de un fondo para compensar a las víctimas.
La coalición ha respondido que durante el conflicto “se han tomado todas las medidas razonables para minimizar heridos entre los civiles” según ha indicado su portavoz, Scott Rawlinson. “Todavía estamos investigando lo ocurrido y hay alegaciones abiertas”. Rawlinson añade que “toda pérdida no intencionada de vidas civiles en el curso de la operación contra el Estado Islámico es trágica”.
La gestión política en la capital yihadista se caracterizó por las ejecuciones sumarias
El Estado Islámico tomó Raqqa en 2014, en el transcurso de su avance a través de Siria e Irak. Fue en esta ciudad donde instaló la capital y la administración del califato. Y fue también en esta ciudad donde se produjeron las peores atrocidades: ejecuciones sumarias de la oposición, asesinato de masas esclavización de minorías, en un comportamiento que las Naciones Unidas ha calificado de genocidio.
El grupo, que llegó a controlar una parte importante de los territorios de Siria e Iraq (un tercio en cada caso), ha sido expulsado de estas zonas en una campaña en la que han participado los ejércitos de Siria, Irak, los Estados Unidos, sus aliados europeos y, también, Rusia e Irán. Sobre el terreno, el papel protagonista se le debe reconocer a las Fuerzas Sirias Democráticas (SDF), milicias entrenadas y dirigidas por Washington con una amplia participación de guerrilleros kurdos.