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Frédéric Martel: “La Iglesia está homosexualizada”

Entrevista

El escritor francés publica ‘Sodoma’

El periodista francés Frédéric Martel, ayer en Roma presentando su libro

Tiziana Fabi / AFP

Hay bombas de relojería que llegan en los momentos más delicados. Sodoma (Roca Editorial) , el último libro del francés Frédéric Martel (1967), pretende destapar un supuesto ecosistema homosexual en el Vaticano y se publica hoy, cuando empieza la esperada cumbre contra los abusos, en ocho idiomas a la vez (en España, en formato e-book, y en papel el 14 de marzo). Alega que ha realizado 1.500 entrevistas, con 41 cardenales, 52 obispos y monseñores, 45 nuncios apostólicos, secretarios de nunciaturas o embajadores extranjeros, 11 guardias suizos y más de 200 sacerdotes católicos y seminaristas. Algunos vaticanistas ya le han discutido la veracidad de todo ello, pero Martel promete que está armado con quince abogados para defenderse.

“La mayoría de obispos que encubren los abusos son gais; al proteger a los sacerdotes, se protegen a ellos”

¿Qué busca contar en Sodoma?

Este libro no es sobre el cardenal A, el obispo B o el sacerdote C. Es sobre sociología. Hay razones por las que son homosexuales, hay razones por las que actúan como actúan. No quiero sacar del armario a nadie. Intento no hacerlo, no sólo por un motivo legal, sino también moral. Esta gente está sufriendo. No están sólo en un armario, están en una jaula.

En su libro un exsacerdote dice que el 80% del clero en el Vaticano es gay. ¿No es exagerado?

Yo no digo esto, lo dice un sacerdote que ha vivido 20 o 15 años en el Vaticano. Se ha acostado con muchos; muchos han flirteado con él. Es su cálculo, otros pueden dar otro. Es su responsabilidad. A no ser que te acuestes con todo el mundo es imposible de saber. Por eso nunca uso porcentajes. Sólo puedo mencionar un número cuando hablo de cardenales precisos, como los 12 más importantes alrededor de Juan Pablo II, y sé que la mitad de ellos eran gais, homosexuales o homófilos.

También se refiere a los anteriores pontífices...

No lo digo yo, sino un arzobispo conocido. No soy un historiador, soy un sociólogo. No vamos a saber si Pablo VI era o no era gay. Lo que busco es cómo se organizan las cosas, y lo consigo porque desde el principio hablo con 27 sacerdotes gais que trabajan en el Vaticano. Yo mismo vivo dentro del Vaticano durante un tiempo. Y también entrevisto a 1.500 personas alrededor del mundo. Al final, tenemos el código, es Sodoma: la Iglesia es una organización homosexualizada.

¿Cómo logró tener acceso al Vaticano?

Mi manera de trabajar es volver cada mes, una semana, paso a paso. Si no puedo ver a alguien, lo vuelvo a pedir el mes siguiente. Así cuatro años. Nunca miento sobre mi identidad. Si tú me buscas sabes que soy gay y que escribo libros de gais, pero les gusta. Porque todos ellos están en la esquizofrenia. Son muy homófobos pero gais en su interior. Creas relaciones, amistades, también hay mucha seducción. Y les gustas. No soy un top model, pero soy 30 años más joven que muchos cardenales con los que he hablado.

¿Su tesis es que algunos de los más conservadores son gais?

¿Quién es homófobo? Quien tiene un problema con eso. Algunos cardenales en España, ¿por qué están tan obsesionados? Cuando tienes un problema, necesitas ser más homófobo, para demostrar en un mundo cada vez más liberal que no eres gay. Con Juan Pablo II y Ratzinger esta era la clave.

Es un libro muy polémico.

Sí pero verá que es un libro muy empático. Podría haber hablado mucho más de prostitutos y de fiestas e historias increíbles. Hay un montón. No lo hago. Lo hago a veces porque la prostitución es un elemento clave pero no me concentro en las ovejas negras sino en la mayoría silenciosa, y en el componente mayoritario del Colegio de Cardenales.

Lo llama “50 sombras de gay”, ¿no es provocación?

Hay homófilos, que pienso que son homosexuales pero no están practicando, siguen la castidad. Luego tienes los gays orgánicos, muchos con un amante estable. Luego tienes las amistades, luego los cardenales con prostitutos...

Dice que muchos provienen de lugares donde no estaba bien visto ser homosexual.

Si eras gay, y esto es verdad tanto en España como en Italia, en los cincuenta, a menudo no sabías que lo eras. No te gustan las chicas, no entiendes qué pasa, estás triste, piensas que tu vida será terrible. Hacerte cura es una solución. No digo que mientan sobre su fe. Pero pasas de ser un paria a una especie de santo.

Tiene 15 abogados listos. ¿Espera una respuesta legal?

Cuando escribes este tipo de libros necesitas un consejo legal diferente en cada país. Si alguien en España me ataca, estamos preparados.

¿Le pueden atacar porque hay cosas que no son verdad?

En un libro así puedes cometer un error con alguien o algún hecho. Es muy complejo trabajar en este entorno y saber qué es verdad y mentira. Hay rumores lanzados por cardenales contra otros. Mis entrevistas están grabadas en su mayoría. Si publico todo, el Vaticano explota.

Los más conservadores en el Vaticano asocian la homosexualidad con el abuso a menores.

No hay vínculo entre homosexualidad y abuso sexual. La mayoría de casos se dan en familias heterosexuales y en escuelas con niñas. Pero en la Iglesia, el 80% de las víctimas son chicos, seminaristas adultos o menores. La principal razón de los abusos es una homosexualidad reprimida, rechazada, su esquizofrenia, su hipocresía. Todas estas palabras, esquizofrenia, hipocresía, doble vida, son del papa Francisco. La mayoría de obispos que lo encubren son homosexuales. Al proteger a los sacerdotes, se protegen a ellos.

Hay muchos periodistas aquí en el Vaticano. Nadie ha ido tan lejos. ¿Por qué usted sí?

Si eres un vaticanista y escribes este libro estás acabado. No tienes más contactos en el Vaticano, sería el fin de tu carrera. Para un italiano es muy difícil por la presión de la prensa. Y siento decirlo, un periodista heterosexual no tiene los códigos, no puede hacer las amistades que le permitan estar dentro. A un periodista gay activista no le gusta la Iglesia y no la conoce. Por eso nadie lo ha hecho. No quiero ser egocéntrico, pero es valiente.