La ONU advirtió hoy que la mitad de la población de Yemen podría verse afectada por una hambruna y subrayó que la situación que se vive en el país es “mucho más grave” de lo que se había alertado el pasado mes de septiembre.
“El 21 de septiembre advertí que estábamos perdiendo la lucha contra la hambruna. Desde entonces ha empeorado”, dijo hoy en una reunión del Consejo de Seguridad el jefe humanitario de Naciones Unidas, Mark Lowcock.
“Hay un claro peligro de una enorme hambruna inminente”
El representante de la ONU señaló que el informe que se presentó el mes pasado, en el que se advertía que un total de 11 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria severa, era “erróneo”.
“Nuestra evaluación revisada (...) ha precisado que el número total de gente que se enfrenta a condiciones de pre-hambruna, lo que significa que dependen completamente de ayuda humanitaria, podría llegar pronto a los 14 millones de personas, la mitad de la población del país”, aseveró Lowcock.
El representante de la ONU subrayó que actualmente “hay un claro peligro de una enorme hambruna inminente”, que dijo sería mucho más grande de lo que ninguno de los profesionales en ayuda humanitaria “han visto en su vida”.
En concreto, señaló que una de las causas del empeoramiento de situación de Yemen, calificada como la peor crisis humanitaria del mundo, son los continuados choques en la región de Al Hudeida, un puerto clave para la entrada de alimentos y otros productos básicos a Yemen.
Alrededor de 570.000 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares en la zona desde mediados del pasado mes de junio, afirmó Lowcock, que acusó a las partes enfrentadas de haber violado las leyes humanitarias internacionales más de 5.000 veces desde finales de mayo.
“Con la ausencia de un cese de hostilidades, especialmente en Al Hudeida, (...) los esfuerzos de ayuda humanitaria se verán simplemente superados”, apuntó. “Ha llegado el momento -agregó- de que todas las partes acaten las advertencias”.
Los países del Consejo de Seguridad de la ONU pidieron una solución política a las partes enfrentadas, a la vez que subrayaron la urgencia de inyectar divisas extranjeras en el país para tratar de incrementar la capacidad de importación de Yemen y continuar así auxiliando a los civiles.
“Desde 2015, el PIB de Yemen se ha contraído un 50 por ciento y 600.000 personas han perdido su empleo”, dijo Lowcock en la reunión para reflejar el mal estado de la economía del país.
Además, se exigió la reapertura de los puertos comerciales y que se facilite el acceso de la ayuda humanitaria a los civiles, a la vez que se insistió en la necesidad de una solución política al conflicto y el respeto de las leyes humanitarias internacionales.
El conflicto armado en Yemen comenzó en 2014, cuando los rebeldes chiíes hutíes ocuparon Saná y otras provincias, y se recrudeció en 2015 con la intervención de la coalición militar integrada por países suníes y liderada por Arabia Saudí a favor de las fuerzas leales al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.