La invención del braille: qué es, alfabeto e historia
En pocas palabras
Ciego él mismo desde niño, el profesor francés Louis Braille proporcionó a los invidentes una valiosísima llave para aprender y comunicarse
Fisiólogos y pedagogos creían que apenas se podía aprender a través de los sentidos, a excepción de la vista. Sin embargo, en 1749, el escritor y filósofo Denis Diderot discrepó de este criterio al otorgar un papel relevante al resto de facultades.
Partiendo de esa premisa, Valentin Haüy, un funcionario francés, trató de equiparar la educación de los niños ciegos, que en el siglo XVIII compartían aula con los sordomudos, con la de los videntes. Para ello, Haüy fundó en París la Institución Nacional para Jóvenes Ciegos, la primera escuela del mundo para los desprovistos de visión.
Además, ideó un nuevo método para leer y escribir. Concebido para ser descifrado con el tacto, hacía uso de enormes moldes de letras en posición inversa, que, tras empaparse de tinta, se presionaban sobre un papel húmedo. Al dar la vuelta a la hoja, las letras quedaban impresas al derecho y en relieve. Gracias a ello, se empezaron a imprimir no solo frases aisladas o mensajes sueltos, sino amplios tratados que tanto podían leer ciegos como videntes.
Haüy exhibió su procedimiento llevando a sus alumnos a gran número de centros de París e incluso a la corte del rey de Francia Luis XVI. Su fórmula no tardó en exportarse a otros países, y durante el primer cuarto del siglo XIX se abrieron instituciones similares a la suya en ciudades como Londres, Viena y Barcelona.
Ciego a los cinco años
Pero la verdadera universalización de un lenguaje de lectoescritura para ciegos llegó de la mano de Louis Braille. Procedente de una familia de talabarteros (artesanos de objetos de cuero para caballería), Braille perdió el ojo izquierdo con solo tres años mientras jugaba con una herramienta en el taller de su padre. A los cinco, la infección ya le había contagiado el otro ojo y se quedó completamente ciego.
Louis Braille perdió el ojo izquierdo con tres años mientras jugaba con una herramienta, y a los cinco quedó completamente ciego
El pequeño aprendió a identificar de nuevo las letras y a leer las palabras recorriendo con sus dedos el contorno de las formas del abecedario que su padre había trazado sobre trozos de cuero con ayuda de chapas de tapicero. Este sistema de aprendizaje, sin embargo, resultaba insuficiente.
Por ello, en 1819, gracias a una beca, ingresó interno en la Institución Nacional para Jóvenes Ciegos. Allí destacó primero como alumno y luego como profesor, impartiendo materias tan diversas como Gramática, Historia, Geografía, Aritmética, Álgebra, Geometría e incluso piano y violonchelo.
Braille pronto advirtió que el procedimiento de Haüy presentaba una deficiencia esencial e insalvable: los caracteres convencionales que reproducía en relieve no eran apropiados para manejarse con el tacto. Así que se dispuso a perfeccionarlo.
Louis Braille diseñó el sistema de lectoescritura a partir del trabajo de Charles Barbier
En los años veinte ideó un sistema de puntos a partir del trabajo de Charles Barbier, un anciano oficial de artillería que dos décadas antes había inventado la Écriture Nocturne, un código de doce puntos realzados para ser leído durante las maniobras nocturnas.
Braille redujo los puntos a seis y los dispuso en dos columnas paralelas de tres filas. Escritos en relieve y combinados entre sí, formaban las letras del alfabeto, los signos de puntuación, los números..., incluso las notas musicales, permitiendo a los músicos ciegos leer partituras. Además, resultaban fáciles de palpar.
Braille también creó, junto con su amigo invidente Françoise-Pierre Foucault, el rafígrafo, un aparato con el que escribir las letras comunes con puntos en relieve. Fue un invento clave, pues capacitó a los ciegos para mantener correspondencia con videntes.
Basta de secretos
El director de la Institución Nacional para Jóvenes Ciegos planteó sustituir el tradicional método de Haüy por el de Braille. Una propuesta que las autoridades rechazaron ante el esfuerzo que, según ellas, iba a suponer la memorización del nuevo código.
No opinaban igual, sin embargo, los propios alumnos y profesores de la institución. Estos lo usaron clandestinamente para copiar textos o escribir cartas hasta los años cincuenta del siglo XIX, cuando por fin se admitió públicamente que era el método más idóneo para enseñar a los ciegos a comunicarse.
Jaime Bruno Berenguer, profesor de la Escuela Municipal de Ciegos de Barcelona, lo introdujo en España en 1840
Braille murió de tuberculosis en 1852 sin el reconocimiento unánime de su sistema. Su método solo se extendió con rapidez por Europa y Estados Unidos a partir de 1879, año en que se acordó usarlo como sistema universal de enseñanza en todas las escuelas para ciegos. En España no fue hasta 1918 que se declaró como método oficial para la lectura y la escritura de los ciegos, pese a que ya en 1840 Jaime Bruno Berenguer, profesor de la Escuela Municipal de Ciegos de Barcelona, lo introdujo en el país.
Este texto se basa en un artículo publicado en el número 508 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.