Kurt Cobain, el suicidio que conmocionó a la generación X
HACE 25 AÑOS
El cantante alcanza el Nirvana de un pistoletazo. Su cuerpo se encuentra tres días más tarde en su casa de Seattle, Estados Unidos. Contaba solo 27 años
Kurt Copain
El éxito mata a Kurt Cobain. El atormentado líder de Nirvana deja huérfana a toda una generación, la denominada ‘Generación X’. Abrumado por la fama, acaba con su vida en su residencia de Seattle, la ciudad en la que se convirtió en uno de los músicos más representativos del pasado siglo.
Cobain pasaba así a engrosar la lista del ‘club de los rockeros muertos’, entre los que ocupan los puestos más destacados los también suicidas Jim Morrison, Janis Joplin o Jimmy Hendrix.
El cantante cuenta solo 27 años cuando decide dispararse un tiro en la sien, corre el martes 5 de abril. Su cadáver no se encuentra hasta tres días después.
Todo parece apuntar a que Cobain no logra digerir haber convertido a su grupo, Nirvana, símbolo del rock contracorriente en un ‘hit parade’.
Sobreviviente de una infancia difícil, marcada por el divorcio de sus padres se convierte en diana de sus compañeros de colegio, de los que recibe no pocas palizas. Débil de físico troca su indefensión en altanería. Abandona pronto la escuela y desoyendo los consejos de su padre que le anima a ingresar en el ejército, decide tomar las de villadiego, y ‘desperdiciar su vida’. El joven Kurt se compra una guitarra eléctrica e inicia su etapa ‘grunche’, vagabundeando por las calles: ‘Para ellos, (mis padres), estaba desperdiciando mi vida. Para mí, estaba luchando por ella’.
En esa transición de la infancia a la juventud topa con una amiga pronto íntima que le acompañará de por vida, la heroína, que indefectiblemente le condena : ‘Quería suicidarme cada día. Y a punto estuve muchas veces’ , declarará en una entrevista a Rolling Stone poco antes de suicidarse.
Kurt tocando la batería durante una actuación infantil en su colegio, el Montesano High School
En 1989, despega la ruta hacia un éxito insospechado que jamás persiguió cuando funda Nirvana junto a dos de sus colegas de juergas.
Entre broncas, borracheras y actuaciones, a cual más penosa ,en garitos graban su primer disco, Bleach, con una inversión ridícula, tan solo 606 dólares es.
El estilo desafiante y retador del grupo, Kurt y sus chicos logran dar con la piedra filosofal del rock del momento, su depuración del heavy metal y el rock punk, llama la atención, contra todo pronóstico de una casa discográfica con la que graban en 1991, Nevermind, con una inolvidable carátula que hace historia, un bebé desnudo que pugna por atrapar bajo el agua un billete ensartado en un anzuelo.
Es el principio del fin, el álbum es un boom, que consigue vender casi 10 millones de copias en todo el mundo. Convertido en millonario, Kurt incapaz de asimilar el éxito, empieza a recular psicológicamente desplantando a los periodistas y provocando a los medios besando en la boca a su compañero de banda en un programa televisivo de gran audiencia convencional y de clase media, Saturday night live.
En 1992 se casa con la también cantante de rock Courtney Love, que estaba embarazada, conformando la pareja más destructiva del momento. Convertidos en los Boney and Clyde del rock, empiezan a protagonizar una vida de excesos y descontrol, emulando sin quererlo, al destructivo amor de Sid, líder de los Sex Pistols y su ‘mal querida’ Nancy.
Kurt, va a la deriva así el 20 de febrero de 1994 mientras disfruta de unas vacaciones en Roma, aprovechando un hueco entre dos conciertos de su gira europea, ingiere una ingente cantidad de somníferos que casi le provocan la muerte. Este intento de suicidio lleva al grupo a cancelar la gira.
El 18 de marzo, el cantante vuelve a tentar a la muerte, al encerrarse en un cuarto de su lujosa casa de Seattle con un pequeño arsenal. Courtney llama a la policía, los agentes se limitan a requisar las armas de fuego. Cobain es internado en un centro de Los Ángeles para desintoxicarse de su adicción a la heroína y combatir la depresión. Al tercer día desaparece.
Pocos días después, el 5 de abril, un operario que acude a instalar irónicamente un sistema de seguridad en la casa de la pareja, descubre un cadáver sobre la moqueta. Junto a él hay una nota manuscrita de la que solo acierta a leer dos frases finales: ‘Te quiero, te quiero’.
En su día Kurt, había interpretado una canción con su grupo, Me odio y quiero morir , título que el cantante había tachado de irónico, dedicada a todos los quejicas inconformistas que no tienen el valor de suicidarse.
El no era de esa pasta haciendo honor a su banda, alcanzó el Nirvana de un pistoletazo.
Sus fans confiamos en que haya alcanzado la paz que tanto le rehuyó en vida.
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