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Tren expreso Barcelona-Madrid, ¿accidente o sabotaje?

HACE 70 AÑOS

Las autoridades franquistas acusaron al maquis comunista del sabotaje, que causó 40 muertos en febrero de 1949. La guerrilla nunca aceptó la autoría y señaló el mal estado de las vías férreas como la causa del accidente. Si fue un atentado, sería el segundo más sangriento de la historia de España, sólo por detrás del 11-M.

Restos de los vagones del tren expreso Barcelona-Madrid que descarriló entre las estaciones de Els Guiamets y Mora la Nova

LV

Pasaban quince minutos de las diez de la noche del sábado 12 de febrero de 1949 cuando el tren expreso Barcelona-Madrid descarrilaba entre las estaciones de Els Guiamets y Mora la Nova, en la provincia de Tarragona.  Seis minutos después de abandonar la estación de Els Guiamets, en pleno descenso hacía la estación de Mora la Nova, la locomotora del tren se salió de los raíles en la pronunciada curva del kilómetro 536,6. Circuló por inercia unas decenas de metros sobre la tierra y se detuvo en seco, por lo que los vagones posteriores se precipitaron sobre ella, saliendo disparadas las unidades centrales que se precipitaron por un terraplén hacía el fondo del valle de la riera de Asmat.

El primer balance provisional fue de 27 muertos y más de 60 heridos. En los días posteriores el número de fallecidos ascendió a 31 y casi 100 heridos, aunque estudios más recientes elevan la cifra de muertos a 40. Entre ellos, un comerciante estadounidense, Philiph Lieberman, y dos ciudadanos ingleses.

En aquellos años de posguerra eran frecuentes los accidentes ocasionados por salidas de vía y por el mal estado de los convoyes. Sin tener que remontarse muy atrás, en enero de 1944 hubo dos grandes accidentes ferroviarios que fueron silenciados por la censura franquista: el día 4, un doble choque entre un tren de pasajeros, otro de mercancías y una locomotora en Torre de Bierzo, León, causó oficialmente 78 muertos, pero informes más rigurosos creen que pudo haber entre 150 y 250. Una semana más tarde, el día 11, en la estación de Arévalo, Ávila, chocaron un tren correo y otro de pasajeros, muriendo 41 personas. Como en el siniestro anterior, el gobierno ocultó por completo el accidente y sólo un diario abulense fue autorizado a publicar una pequeña crónica.

En la catástrofe de Els Guiamets, la policía rápidamente calificó la catástrofe de sabotaje, al considerar que los raíles de la vía habían sido desplazados intencionadamente. Tornillos, arandelas y tirafondos habían sido extraídos y abandonados al lado de las vías. La autoría fue atribuida a la “criminalidad roja”, culpando inmediatamente a un comando comunista proveniente de Francia. Los periódicos publicaron noticias sobre el sabotaje y los funerales durante unos días; también el No-Do del 21 de febrero calificó el accidente de criminal atentado. Después el mutismo de la prensa fue absoluto. Una situación nada extraña, pues las autoridades franquistas no sólo silenciaban catástrofes sino especialmente las operaciones del maquis. Cuando, excepcionalmente, se dejaba publicar noticias sobre las acciones más destructivas, los guerrilleros eran presentados como simples bandoleros o banda de atracadores.

Los grupos antifranquistas españoles que operaban desde Francia negaron su implicación en el suceso y Mundo Obrero , órgano de prensa del Partido Comunista de España, en su número del 17 de febrero, negó que la guerrilla comunista fuera la autora del descarrilamiento y atribuyó al mal estado de las vías férreas la causa del accidente.

No se debe de olvidar que tras el fracaso de la invasión pirenaica de 1944, el trienio 1945-1947 fue el apogeo de la resistencia armada en España, especialmente protagonizada por el PCE. La práctica guerrillera se centró en los sabotajes de vías férreas, líneas y pequeñas centrales eléctricas o empresas mineras - la más espectacular fue la voladura de la central eléctrica de Puertomingalvo, Teruel, el 7 de junio de 1946-. Pero a partir de finales de 1947, el maquis comenzó a ser desarticulado mediante una política de acoso y exterminio sistemático de sus enlaces y apoyos en la población.

En este proceso de desintegración del maquis, donde proliferaron delatores y confidentes, los guerrilleros fueron perdiendo el contacto con su organización en Francia; su naturaleza política fue difuminándose y se convirtieron en bandas autónomas cuyo fin principal era sobrevivir. En este contexto de extrema dureza y persecución implacable, no se puede descartar que el descarrilamiento del expreso Barcelona-Madrid fuera perpetrado por miembros del maquis.

Francesc Itarte i Vericat en su artículo El maquis al sud de l’Ebre (revista Raïls, n.º19, 2003) cita los estudios de los historiadores Aguado Sánchez y Llauradó i Bros en los que atribuyen la autoría del atentado a dos miembros del grupo capitaneado por Francisco Serrano Iranzo, Paco el Serrano o el Rubio, y la Pastora –Teresa, después Florencio, Pla Meseguer, la conocida guerrillera hermafrodita sobre la que la escritora Alicia Giménez Bartlett escribió su novela Donde nadie te encuentre , con la que ganó el premio Nadal 2011.

Según las tesis de Aguado y Llaurado, el 4 de febrero de 1949 tuvo lugar un duro enfrentamiento entre miembros de la partida del Rubio con la Guardia Civil en el mas Cabanil, en el termino municipal de la Pobla de Benifassà. Fueron abatidos un confidente, dos guerrilleros y un tercero, detenido. Ocho días más tarde se produjo el descarrilamiento del tren, ¿venganza o desesperación? Lo cierto es que el maquis nunca aceptó la autoria del sabotaje. De los dos supuestos autores, uno fue fusilado en Llucena, Castellón, en mayo de 1950 -por su actividad guerrillera- y del otro se perdió su pista.

      

Cinco días después del descarrilamiento, cuatro miembros del PSUC fueron fusilados en el  barcelonés Camp de la Bota. Ángel Carrero Sancho, Joaquim Puig-Pidemunt (responsable de Treball), Numen Mestre Ferrando y Pedro Valverde Fuentes, condenados a pena de muerte en octubre de 1948, esperaban que la política franquista para evitar la marginación en los organismos internacionales evitará su ejecución, pero el atentado al tren atribuido a la guerrilla comunista proporcionó al régimen la justificación para ejecutarlos.

EL DATO

Si el accidente del expreso Barcelona-Madrid fue un sabotaje del maquis, sería el segundo atentado terrorista con mayor número de víctimas mortales  de la historia de España, sólo por detrás del 11-M.

Los diez atentados más mortíferos en España        

Muertos    Fecha                    Descripción y autoría

191       11-03-2004             Explosión de varias bombas en cuatro trenes de cercanías en Madrid, por un comando islamista (Al Qaeda)

 40        12-02-1949             Sabotaje tren expreso Barcelona-Madrid en Tarragona, atribuido al maquis

 28        31-05-1906             Bomba en calle Mayor de Madrid al paso de la comitiva real de la boda de Alfonso XIII, por el anarquista Mateo Morral

 21        19-06-1987             Explosión coche bomba en el garaje del centro comercial Hipercor en Barcelona, por un comando  de ETA

 20         7-11-1893              Explosión de dos bombas Orsini en Teatro del Liceu de Barcelona, por el anarquista Santiago Salvador

 18         12-04-1985            Bomba en el restaurante El Descanso, Madrid, por la Yihad islámica

 13         13-09-1974            Bomba en la cafetería Rolando de Madrid, atribuida a ETA

 12           7-06-1896            Bomba contra la procesión del Corpus Christi en Barcelona, por anarquistas

 12         14-07-1986            Coche bomba contra un autobús de la Guardia Civil en la plaza de la Republica Dominicana de Madrid, por ETA

 11         11-12-1987            Coche bomba en la Comandancia Guardia Civil de Zaragoza, por ETA