Los terribles incendios acaecidos en Los Ángeles desde la pasada noche del 7 de enero no dan tregua. Las llamas, que ya han arrasado 145 km2 -una extensión que equivale a 27.000 campos de fútbol-, se han cobrado hasta el momento la vida de 11 personas y destruido más de 10.000 estructuras.
En mitad del caos, los duques de Sussex visitaron ayer viernes el centro solidario World Central Kitchen de Pasadena con el objetivo de ayudar a distribuir alimentos a las víctimas del incendio que azota la zona forestal de Eaton, cercana a la comunidad de Altadena.
Tanto el príncipe Harry como Meghan Markle fueron testigos de la desgarradora situación a la que se enfrentan los vecinos afectados. La pareja, que vive a unos 130 km al norte del área de Los Ángeles, mostró tras sus mascarillas un perfil discreto pero activo, brindando su apoyo a la comunidad al escuchar varios testimonios y repartir suministros entre los damnificados, según ha informado la revista People.
Juto a ellos estuvieron también el chef José Andrés y el alcalde de Pasadena, Víctor Gordo, quién agradeció ante los medios la labor prestada por los duques de Sussex. “Son personas maravillosas que se preocupan por sus amigos y vecinos”, recalcó.
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Meghan Markel acude en ayuda de los damnificados por los incendios de Los Ángeles
Asimismo, el regidor subrayó que la presencia tanto de Meghan Markle como del príncipe Harry, cuya Fundación Archewell mantiene una estrecha colaboración con el World Central Kitchen y el chef asturiano, no tuvo como fin conseguir una atención mediática.
“Visitaron a algunas familias en la zona afectada y observaron directamente el impacto del desastre. Luego, decidieron acercarse a los equipos de rescate para expresarles su gratitud de forma personal por su arduo trabajo ayudando a nuestras comunidades”, añadió.
Apertura de su casa en Montecito
El pasado 9 de enero, los duques de Sussex anunciaban la apertura de su residencia en Montecito con el objetivo de ofrecer su hogar como refugio temporal para aquellos amigos y familias afectados por el desastre.
La pareja, que vive en una amplia casa ubicada en una zona de un enclave de Santa Bárbara, ha donado también ropa y artículos para niños, además de otros suministros esenciales.