Maria Junyent, coleccionista y mecenas, lo estrenó en 1948, probablemente para asistir a un baile en el Cercle Artistic, de Barcelona, y Carmen Ferrer-Cajigal, marquesa de Torroella de Montgri, lo lució en la boda de los príncipes Juan Carlos y Sofía, celebrada en Atenas, en 1962. El vestido negro de de seda y tul y el abrigo rojo de gazar de seda de la marquesa, creados por el maestro de la alta costura, Cristóbal Balenciaga, se han conjuntado para vestir a la reina Letizia en la foto que Annie Leibovitz hizo por encargo del Banco de España.
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Los dos diseños han traspasado las décadas y se conservan actualmente en la Col.lecció Antoni de Montpalau, una fundación privada con sede en Sabadell que atesora miles de piezas relacionadas con la alta costura. Unos fondos atesorados por Josep Casamartina gracias a las donaciones particulares de personas que, en su día, lucieron los diseños de Balenciaga y de otros grandes del diseño textil. La Zarzuela solicitó a la fundación el préstamo de esas dos piezas para que la Reina las luciera en la sesión fotográfica, finalmente Leibovitz eligió combinar el vestido negro con la abrigo rojo que Letizia lleva a modo de chal. Ni el vestido, ni el abrigo han sido modificados más allá de alguna sujeción externa para ajustarlos a la figura de la Reina.
Las creaciones de Balenciaga que vistió la Reina en la sesión de fotos de Leibovitz han hecho un recorrido que comenzó en la calle Santa Teresa de Barcelona, donde el modisto vasco tenía uno de sus talleres de alta costura. Muy cerca vivía Maria Junyent (1904-2001), figurinista, restauradora de arte, coleccionista y mecenas, hija de Sebastià Junyent pero criada, tras quedarse huérfana, por su tío el escenógrafo Oleguer Junyent. Una personalidad en el mundo del arte que llegó a reunir una colección de doscientas muñecas artísticas, además de ser responsable del diseño de vestuario teatral.
Imagen del vestido de noche que perteneció a Maria Junynet y forma parte de la colección Montpalau y viste la Reina en las fotos de Leibovitz
En 1948 María Junyent encargó a Balenciaga un vestido de noche de gasa y tul color negro que lució en las fiestas de sociedad en Barcelona y guardó en su armario durante décadas. Tras su fallecimiento, con 97 años, su hijo Oleguer Armengol lo donó a la colección Montpalau, de donde ha salido en varias ocasiones para ser expuesto en muestras como La edad de oro de la alta costura; Barcelona alta costura y Balenciaga y la alta costura en Barcelona.
La capa roja, que no es capa, sino abrigo, que cuelga de los brazos de la Reina en el retrato de Leibovitz forma parte de un conjunto de ceremonia que se completa cn un vestido color marfil. Carmen Ferrer-Cajigal, marquesa de Torroella de Montgrí y condesa de Robert, lo lució en la boda de los príncipes Jua Carlos y Sofía que se celebró en Atenas el 14 de mayo de 1962. Carmen de Robert donó este donó a la colección Montpalau este conjunto que había pertenecido a su madre y que ha formado parte de varias exposiciones sobre Balenciaga como Balenciaga y la pintura española, 2019, Museo Thyssen, Madrid y la muestra que pudo verse en el Cercle del Liceu de diez vestidos salidos del taller barcelonés de Balenciaga.
La marquesa era una de las clientas habituales de Balenciaga, al igual que muchas señoras de alta sociedad de Barcelona. Hija del doctor Angel Antonio Ferrer-Cajigal, ilustre médico y diputado conservador que impulsó la urbanización de de la actual plaza Francesc Macià bajo el reinado de Alfonso XIII.
Conjunto de ceremonia de Balenciaga, donado por la familia de Carmen Ferrer-Cajigal a la Col.lecció Antoni de Montpalau
A él se debe la construcción, en 1935, del edificio semicircular de la citada plaza, donde vivió su familia y cuyos sucesores lo vendieron a una inmobiliaria en 2003. Carmen se casó con Santiago de Robert y Rocamora, marqués de Torroella de Montgri, propietarios de los castillos y palacios en el Empordà y cuyo abuelo mandó construir en 1900 el Palau Robert, ubicado en la confluencia de la Diagonal con el paseo de Gracia, actualmente propiedad de la Generalitat.
Carmen Ferrer-Cajigal era, por tanto, una de las damas de la alta sociedad de Barcelona en la segunda mitad del siglo XX, de reconocida elegancia, al igual que su hermana, Gloria, marquesa de Monsolís.
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