Hablar de Sinéad O’Connor es hablar de una vida dura y dramática. La cantante irlandesa ha muerto este miércoles a los 56 años, según ha informado el Irish Times.
La noticia de su fallecimiento llega 18 meses después de que muriera su hijo, de 17 años, tras estar una semana desaparecido después de que se escapara del centro de rehabilitación y prevención del suicidio en el que se encontraba.
La propia Sinéad fue la encargada de anuncia la trágica pérdida a través de las redes sociales: “Ha decidido poner fin a su lucha terrenal", escribió confirmando de un suicidio. Además, semanas después, la cantante cargó contra la institución en la que se encontraba, por no haber sabido evitar que se fuera.
Ahora bien, los problemas de Sinéad O’Connor con la salud mental empezaron mucho antes. La artista sufrió abusos desde bien pequeña, que derivaron en problemas mentales graves. La irlandesa fue diagnosticada de un trastorno bipolar e intentó suicidarse en varias ocasiones.
Como ella mismo explicó en su autobiografía, las exigencias de la industria musical también fueron claves para complicar su estado de salud. O’Connor consideraba que las discográficas la habían querido etiquetar como una “loca” durante su época más exitosa para poder comercializar una imagen contracultural y transgresora. Según su propio testimonio, esto terminó por machacarla y provocó que se alejara del mundo del espectáculo.
En este sentido, en 2015 canceló unilateralmente una gira que tenía ya prevista precisamente por problemas mentales y semanas después sufrió una importante sobredosis. Esto la llevó a cortar todo el contacto que mantenía con su familia.
Dos años después, O’Connor volvió a estar en el ojo del huracán después de publicar un vídeo en el que aparecía totalmente hundida y entre lágrimas en un motel. “La enfermedad mental es como las drogas, no importa quién seas. Lo que es peor es el estigma, no importa quién seas”, repetía en la publicación.
Esto fue un punto de inflexión en su vida. A partir de ahí, la salud de la irlandesa mejoró hasta que en 2020 anunció una nueva gira mundial. Sin embargo, el fallecimiento de su pareja volvió a ser un golpe para ella y terminó por cancelarla.
Tras este mazazo, O’Connor recayó en sus problemas con las drogas, hasta internarse de un centro de desintoxicación.
Pese a esta tortuosa vida, la aclamada intérprete de Dublín lanzó diez álbumes de estudio, mientras que su canción 'Nothing Compares 2 U' fue nombrada el sencillo número uno del mundo en 1990 por los Billboard Music Awards.