Ghislaine Maxwell, condenada a un total de 60 años de prisión por delitos de tráfico sexual, debe sumar un oprobio más a su definitiva caída en desgracia: su marido la ha abandonado con una lacónica llamada a prisión. No hubo último beso ni abrazo de despedida entre Maxwell y Scott Borgerson. La otrora envidiada socialité anglofrancesa, afronta su nueva vida más sola que nunca expiando los crímenes cometidos durante su relación con el malogrado magnate Jeffrey Epstein.
El cómo se ha producido su soltería, tras cinco años junto a Borgerson, fue filtrado a la prensa inglesa por un amigo del ya exmarido de Maxwell. Borgerson rompió con ella mediante una conexión telefónica con el Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn, donde lleva recluida un año. No solo le dijo adiós que sus caminos se separaban sino que él había comenzado ya uno nuevo con otra persona desde hacía un tiempo. Apuntan los tabloides que Borgerson fue visto recientemente en actitud cariñosa con una mujer en su localidad natal, Manchester-by-the-Sea (Massachusetts), donde se supone que ocultó a Ghislaine en 2019.
Resulta especialmente duro para la convicta el modo en que ha desaparecido el único asidero que aún le quedaba toda vez que el propio Borgerson la describió como “una mujer maravillosa” hace poco más de un año. Fue en una carta enviada a la jueza federal Alison Nathan cinco meses después de su detención: “Jamás he presenciado nada parecido al concepto inapropiado con Ghislaine. Creo que Ghislaine no tuvo nada que ver con los crímenes de Jeffrey Epstein”. Tal como explicamos entonces en La Vanguardia, Borgerson confiaba hasta tal punto en su esposa, con quien se casó en secreto en 2016, que le propuso a la jueza una fianza insólitamente abultada con tal de verla en libertad.
Scott y Ghislaine se conocieron en unas conferencias sobre protección del océano, una pasión compartida por ambos: en 2012 ella fundó TerraMar Project en el marco de la Blue Ocean Film Festival and Conservation Conference in Monterey y si el año siguiente él ya aparece en el consejo de administración de TerraMar, en 2014 los dos hablaron en el evento ‘Gobernando los Bienes Comunes del Océano’, que se celebró en Washington DC bajo patrocinio del Consejo de Relaciones Exteriores.
Borgerson (Boston, 1973) está licenciado por la Fletcher School de Derecho y Diplomacia (universidad de Tufts), es divorciado, tiene dos hijas y es 14 años más joven que su esposa. Fundador y consejero delegado de la empresa tecnológica CargoMetrics, especializada en el análisis de datos para el comercio y transporte marítimo, el valor de su compañía ronda los cien millones de euros.