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El día en que Antonio Flores hubiese cumplido 60 años

Leyenda

El hijo de Lola Flores y Antonio González 'El Pescaílla' falleció a los 33 años pero su recuerdo sigue muy vivo

Antonio Flores

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De haber sido distintas las cosas, hoy Antonio Flores habría cumplido 60 años. El hijo de Lola Flores y Antonio González El Pescaílla murió con tan solo 33 años, 14 días después de que lo hiciera su madre, por culpa de una mezcla de barbitúricos y alcohol que apagaron a uno de los grandes talentos de nuestro país. Sin embargo, su figura y su recuerdo siguen intactos y puede decirse que pasados 27 años desde su fallecimiento, el artista se ha convertido en leyenda.

Antonio González Flores nació un 14 de noviembre de 1961 en el seno de una de las familias de artistas más importantes de nuestro país. El arte corría por sus venas al igual que en las de sus hermanas, Lolita y Rosario, con quienes tenía una magnífica relación. Los Flores eran una piña capitaneada por La Faraona y por eso, el día en que ella faltó, algo se apagó para siempre en aquel clan.

Lola Flores con sus tres hijos 

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Lo que nadie podía imaginar era que dos semanas después la pena de esa familia se magnificaría hasta límites insospechados al tener que enterrar también a Antonio Flores. La tristeza pudo con él y aunque en aquellos momentos sus restos tuvieron que reposar en una tumba provisional que se llenó de flores y mensajes de despedida de sus fans, su alma se reunió con la de su madre, Lola Flores, a quien estaba especialmente unido.

Quienes les conocieron siempre han destacado el vínculo tan especial que había entre ellos, siendo de sobras conocido que Antonio era el ojito derecho de La Faraona. Su espíritu libre y bohemio congeniaba muy bien con el genio y el duende de su madre y ambos podían pasar horas charlando metidos en la cama, como los mejores amigos que eran.

En aquel entonces Antonio Flores ya despuntaba por su talento como músico y compositor, un poeta moderno con una sensibilidad extrema que le llevó a crear obras de arte musicales que a día de hoy siguen sonando a gloria. Su último disco, Cosas mías, es una muestra de ello, un trabajo con piezas tan desgarradoras como Una espina, cantos a la vida como Arriba los corazones o declaraciones de amor tan profundas como Alba, dedicada a su única hija.

Es inevitable pensar en la cantidad de producciones que Antonio Flores habría podido llevar a cabo de no haberse marchado de este mundo tan temprano, con una vida por delante y un futuro tan prometedor gracias al talento innato que poseía. Ya fuese con su voz o con sus letras, Antonio era un genio a la hora de expresar emociones.

Pero si hay algo más que se destacar de su figura es su bondad y generosidad. Todo aquel que le conoció tiene palabras buenas para él y sigue dibujando una sonrisa en sus labios cuando evoca su recuerdo. Así lo ha hecho en diversas ocasiones Cristina Tárrega, por ejemplo, la última periodista en entrevistarle, quien recuerda que le prestó dinero de forma desinteresada cuando luchaba por labrarse una carrera en Madrid.

De seguir vivo, Antonio Flores habría seguido produciendo éxitos para Rosario, subiéndose a los escenarios con Lolita, compartiendo compadreo con su inseparable Antonio Carmona y viendo con orgullo como su hija, la actriz Alba Flores, sigue llevando con orgullo el gen Flores por todo el mundo. Y es que a Antonio Flores no le han hecho falta siete vidas, como diría su mítica canción, para ser eterno. Con una, la que terminó de forma abrupta cuando tenía tan solo 33 años, le ha bastado.