No era ningún secreto que la salud de Ana María Martín Villegas, la madre de Isabel Pantoja, se había visto deteriorada los últimos años por una enfermedad degenerativa, Alzheimer, que ya acabó con sus apariciones públicas años atrás. La nonagenaria ha fallecido este miércoles en la finca Cantora, donde pasaba el tiempo recluida cuidada por la tonadillera y uno de sus hermano, Agustín Pantoja. El pasado viernes se la trasladó a la fina gaditana desde el Hospital Universitario Puerto Real, donde había estado ingresada una semana por su delicada salud.
Por deferencia a su edad o símbolo de la época que le tocó vivir, en los medios de comunicación se la ha conocido como doña Ana, a quien hoy su familia llora por su muerte. Sus últimos años han estado marcados por el confinamiento y por los desaires y las disputas familiares, algo que hizo que de un tiempo a esta parte no pudiese disfrutar de sus nietos y sus bisnietos. Los restos mortales de la fallecida serán incinerados en el tanatorio de Jerez de la Frontera.
Artista
Ella también fue artista, bailaora en las compañías de Pepe Pinto, y se casó con un cantaor y letrista de flamenco, Juan Pantoja
Doña Ana ha sido una pieza fundamental en la vida de Isabel Pantoja aunque siempre se haya mantenido en un segundo plano. Su disputa con Isa Pantoja, hija adoptiva de la tonadillera, con la que mantenía una rivalidad de la que muy pocos conocen el motivo, ha protagonizado horas y más horas de televisión esbozando el duro carácter de la anciana.
Cuentan algunos que se ha ido al otro mundo sin saber que su hija entró en prisión, pues en el momento se le dijo que se había ido de gira por las Américas. Nunca ha concedido una entrevista pero la conocimos acompañando a su hija a numerosos conciertos como toda madre de niña prodigio, y con los años se ganó la fama de madre helicóptero por la atención y protección que practicaba hacia su hija. Fue un apoyo en los momentos más duros de la tonadillera, como la muerte de su marido, Francisco Rivera 'Paquirri', pero para entonces doña Ana ya había vivido toda una vida.
Dos viudas muy jóvenes
De raza calé, vistió casi siempre de luto tras enviudar a los 43 años y protegía a Isabel de rufianes varios y malas compañías
De raza calé y de joven conocida como Ana La melones por ser hija de frutero y trabajar en el negocio familiar, se casó en 1952 con Juan Pantoja Cortés, alias Chiquetete, un cantaor y letrista de flamenco que tuvo éxito en su época y que no hay que confundir con el cantante que más tarde usó el mismo nombre, primo de Isabel Pantoja.
Doña Ana también fue artista, tuvo el sueño de convertirse en una destacada bailaora y bailó en las compañías de Pepe Pinto y Juanita Reina, pero se convirtió en madre de familia y le tocó sacar a cuatro hijos —Juan, Bernardo, Agustín e Isabel— adelante hasta que destacaron las aptitudes musicales de su más pequeña. Hasta que la fama de la pequeña empezó a dar frutos económicos, en casa de los Pantoja se pasaba alguna que otra penuria.
El negro luto ha sido su refugio desde 1974, cuando enviudó a los 43 años, y desde entonces no se le ha conocido otra pareja. Diez años después enviudó su hija y volvieron las antiguas costumbres protectoras de doña Ana, de cuando escudaba a la tonadillera de señores en busca de escarceos en los tablaos cuando era una niña.
Ella creía que su hija, viuda a los 28 años, necesitaba abrigo de una madre y así se lo brindó el resto de su vida. Dicen de ella que le prohibió a Isabel Pantoja recibir regalos de Encarna Sánchez y que gracias a ella el romance de su hija con Julián Muñoz se quedó solo en eso, sin boda.
Doña Ana fue la excusa de Isabel Pantoja para recluirse con ella en Cantora, fue la escusa del tío Agustín para no trabajar y fue la excusa de Isa Pantoja para espaciar sus visitas a la finca. Con la muerte de doña Ana empieza una era para los Pantoja, quizá su despedida a la matriarca sirva para acercar posturas entre el pequeño del alma y la tonadillera.
El fallecimiento de doña Ana se produce solo dos días antes de la boda de Anabel Pantoja con Omar Sánchez en la Isla de La Graciosa, hasta donde ya se han desplazado Kiko Rivera, Irene Rosales e Isa Pantoja.