Xosé A. Touriñán: "Es hora de que los gallegos saquen pecho"

Dos cuñados, uno tarambana y otro bienintencionado sin suerte, se ven entre la espada y la pared. Cuando se convierten en secuestradores para solucionar sus problemas económicos, un tercer cuñado será detonante de una comedia inesperada. Xosé A. Touriñán (Los fenómenos, Fariña, El desorden que dejas) y ahora en La 2 junto a Marta Hazas en ‘Rutas bizarras’, se une a Miguel de Lira y Federico Pérez Rey en Cuñados, una divertidísma película de Toño López producida por los artífices de Hierro y que acaba de estrenarse en 120 cines de España. Si pueden, véanla en el gallego original: es una magnifica manera de comprender mejor el carácter de aquella tierra.

¿Diría que un buen subtítulo para la peli es “Tres hombres decentes metidos en un gran problema”?

No sé si los tres son decentes, uno de ellos es bastante “cuñado” en la actual acepción negativa del término aunque los otros lo arrastran hacia el lado bueno. La película también muestra que tres cuñados pueden ser amigos, cosa que no siempre ocurre en la vida real: si ya dicen que la familia no se escoge, al cuñado encima te lo escoge alguien por ti, lo que es un doble salto mortal (risas).

¿Qué secuestradores le dan a su víctima un bocadillo de panceta y el mejor vino de su bodega?

Solo unos cuñados como estos. Es una prueba de generosidad en la que radica ser amigo, dar y recibir; ese detalle tan sencillo sienta la base de qué ocurrirá después. La película está llena de detalles que parecen simples pero que en realidad son muy complejos.

Un guión que en parte es mérito suyo.

Fue un proceso muy curioso. Realizar esta comedia es una idea de los tres, que coincidimos en Os Fenómenos, de Alfonso Zarauza (20 candidaturas a los Goya de 2015), sobre perdedores que pocas veces ganan en la vida. Apareció Portocabo interesados en producirla y nos pusimos en ello con Araceli Gonda. Con el confinamiento pudimos darle muchas vueltas, contrariamente al ritmo habitual de una película, donde todo son prisas. Gracias a ese trabajo previo conseguimos grabarla en solo cuatro semanas. Una cosa muy bonita de la peli es que parecemos una familia de verdad. 

¿Alguna vez se has visto en un lío tan grande como el que organizan los protagonistas en la bodega?

Tanto como para secuestrar a alguien, no (risas) pero todos tenemos un pasado y también fui joven: irse de farra y tardar dos días en volver a casa y llegar con el taburete de un bar o por Año Nuevo en un taxi con un cerdo que habíamos comprado en la feria de Betanzos.

Dijo Alfred Hitchcock: “Nunca trabajes con niños, animales ni Charles Laughton”, porque no se dejan dirigir. ¿Cómo fue trabajar con su hija?

Fue increíble. La profesionalidad de las dos niñas, Antía y Moraima, que es ahijada de Miguel de Lira, fue sorprendente. No estoy de acuerdo con Hitchcock. Los mayores nos vamos volviendo un poco tontos y cada vez es más difícil trabajar con nosotros. Tenía cierto miedo de padre por cómo lo haría pero fue incluso más profesional que yo.

En esta película pasa de la risa al llanto con pasmosa facilidad. ¿Le gustaría demostrar más en un papel dramático?

Tengo la suerte de que me van proponiendo cosas distintas a la comedia a la que estoy habituado, por ejemplo, hacer de un Charlín en Fariña o papeles como el de El desorden que dejas. Y estoy superagradecido por poder jugar a algo distinto y salir de donde te tiene el público ubicado. Nuestro oficio es hacer reír y hacer llorar, así que estaría encantado con un papel muy dramático, por supuesto.

Fariña,  El sabor de las margaritas,Vivir sin permiso, Néboa, El desorden que dejas… ¿Qué tiene Galicia que se ha convertido ya en un escenario recurrente para series magníficas?

Galicia ofrece lugares, historias y leyendas maravillosas pero como cualquier otro lugar. Todos tienen sus historias y sus maneras de contarlas, con sus colores y acentos. Cada pequeño país de los que conforman España. Yo creo que la diferencia es la industria que se ha generado trabajando ficción en gallego; de TVG han salido enormes talentos de técnicos, guionistas, actores. Y espero que continúe siendo así porque ahora se oye que la ficción en televisión no interesa a causa de las plataformas. Pero una televisión pública que apoye series, documentales y películas es hacer país y apostar por la cultura. En mi opinión habría que buscar cómo colaborar con esas plataformas. O crear una propia.

¿Cuál es el tópico sobre los gallegos que más le molesta?

Ninguno. Yo voy y vengo por trabajo y percibo que caemos bien, que si te haces amigo de un gallego, lo tendrás para toda la vida. Me molesta más cierto sentimiento de inferioridad que ha habido siempre, no creernos capaces de todo. Afortunadamente, en los últimos tiempos eso está cambiando. Ya es hora de sacar pecho demostrando que sabemos hacer de todo y bien.

¿Cómo definiría la morriña y por qué no existe un término equivalente en otros lugares?

Bueno, los portugueses tienen la saudade. Muchos gallegos creen que fuera se encontrarán mejor y a veces es cierto en cuanto a lo profesional, pero vivir… Aquí el tiempo pasa a un ritmo distinto. Cuando estoy fuera de casa unas semanas siempre quiero volver, al menos, unos días. La naturaleza de Galicia es nuestro hogar, es quitarte los zapatos y ponerte las zapatillas. La morriña es querer volver a casa.

Hábleme del recientísimo estreno de Rutas bizarras, que protagoniza con Marta Hazas en La 2 de TVE.

Es un programa de rutas y bizarras tiene dos sentidos, el inglés en cuanto a extrañas y el español, de valiente. Nos metemos en lugares raros, de los que no salen los primeros en las guías, conocemos gente distinta y en el programa vivimos peripecias porque interpretamos un papel. Hemos comenzado por Galicia, conociendo la piedra de Abalar de Muxía, un cementerio vacío en Fisterra, el alemán que andaba en taparrabos por Camelle, un sanatorio de leprosos abandonado, los murales de las superabuelas… Seguimos por el norte con Asturias, Cantabria, Navarra y luego bajamos. Queda mucha España bizarra por conocer.