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Eurovisión pide vídeos a los países con pautas claras

Planes antivirus

El festival, cada vez más cerca de incluir actuaciones grabadas

La francesa Valentina ganó Eurovisión Júnior con J’imagine

UER

El sistema de vídeos de actuaciones en directo de los cantantes a concurso, utilizado el pasado domingo en Eurovisión Júnior –la versión infantil del festival de Eurovisión–, un sistema que figuraba ya de antemano entre las opciones de celebración antivirus de los organizadores para el certamen de los adultos en mayo, podría suponer preocupaciones para la Unión Europea de Radiodifusión (UER).

Revuelo por un presunto playback

El revuelo entre los seguidores españoles del festival por un presunto playback de la ganadora del Eurojunior, la francesa Valentina, de 11 años, con la canción J’imagine, ilustra los riesgos de un formato concebido ante las restricciones en Europa por el coronavirus. La española Soleá, de 9 años, quedó tercera con Palante. En rueda de prensa el lunes, la directora de entretenimiento de RTVE, Toñi Prieto, preguntada por la cuestión, dijo que, al conocer las sospechas que circulaban sobre posible playback, había pedido aclaración a la UER. “Nos contestaron que todo fue correcto”, declaró Prieto.

Soleá, feliz con su bronce, dijo que Valentina es “una ricura de niña que ha trabajado mucho” y que todos los concursantes (participaban 12 países) merecían ganar. El malestar entre eurofans afloró al filtrarse en redes los vídeos que el jurado visionaba para valorar las actuaciones; en los audios se oían las canciones de Francia, Rusia y Bielorrusia tal cual sonaban en las versiones oficiales de promoción. “Bueno, debo decir que me alegro de que algunos de ustedes piensen que fue playback, significa que no pueden oír el estrés en mi voz”, tuiteó Valentina en inglés.

Eurovisión en tiempos de la Covid

La UER había dicho que miraba a este inusual Eurojunior como un minitest de cómo podría ser el festival de Eurovisión los días 18 y 20 (semifinales) y 22 de mayo (final) el año próximo en Rotterdam, si la Covid lo exige.

Así, a mediados de noviembre, la UER pidió a las televisiones nacionales que graben un vídeo de la actuación en directo de su representante, por si no pudiera viajar a Rotterdam. En la práctica, los organizadores se aseguran así tener las actuaciones de los 41 participantes por si finalmente la gala tuviera que seguir el formato de Eurovisión Júnior.

Grabaciones en estudio

En busca de garantizar igualdad de condiciones, la UER ha dictado pautas: la grabación debe hacerse en estudio, sin público, en tiempo real, y sin edición posterior. Los cantantes deben cantar en directo, y no puede usarse: realidad virtual, confetti, tomas con drones, agua, ni conmutación con chroma-key. La sesión puede durar una hora; se permite grabar tres tomas y elegir la que quede mejor. Esta deberá permanecer inédita hasta mayo, pero hay que enviarla a Rotterdam a finales de marzo.

La escaleta de la sesión deberá remitirse a los organizadores, y el día de autos se conectarán con el lugar como testigos: el supervisor ejecutivo de Eurovisión, Martin Österdahl; un observador independiente; y un representante de las cadenas neerlandesas anfitrionas (NPO, NOS y AVROTROS), “para observar la grabación de la sesión, proporcionar asistencia y apoyo, y asegurar la rectitud del concurso”

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