Campos de minas
La corte celestial
María Teresa Campos nunca se arrepentirá suficiente de haber pasado de personalidad a personaje. Desde que aceptó la propuesta de protagonizar junto a sus hijas, Carmen y Terelu un reality sobre su día a día (aunque fuera guionizado), abrió también la puerta a la famélica legión de escudriñadores de vidas ajenas a quienes lo mismo les da, que les da lo mismo gastar horas y páginas en hablar de cualquiera de las concursantes de La isla de las tentaciones que de quien fue una figura de la televisión.
La veterana periodista no solo se arrepentirá de haberse convertido en carne de Sálvame , también de no haberle hecho caso a su entonces pareja Félix Arechavaleta, quien hace veinte atrás le desaconsejó invertir todo su capital en una casa que se comió sus ganancias y, ahora, vale la mitad de lo que le costó. La pareja rompió cuando Arechavaleta, arquitecto de profesión, se negó a hacerle el proyecto de una vivienda mastodóntica que ni necesitaba, ni le iba a ser útil. Pero María Teresa Campos fue adelante con su idea, sin atender a razones, y ahora es prisionera de una casa de difícil venta y de una situación económica que ya no puede solventar con un contrato millonario.
La madre y las dos hijas se han convertido en el pimpampum de recién llegados a la televisión
Aunque puede que su mayor error haya sido vivir su relación crepuscular con EdmundoBigoteArrocet de cara a la galería . Hizo exposición pública de sus buenos tiempos y, como consecuencia, no pudo ocultar los malos, incluida la vergonzante ruptura por watsap.
Las Campos , además, son como la santísima trinidad, una y trina, madre e hijas, inmersas las dos más jóvenes en una vorágine de declaraciones sobre temas propios y ajenos (ya se sabe que son como las hermanas adoptivas de Rocío Carrasco ) con las que ellas mismas se sitúan en el centro de la diana. Terelu, otrora estrella televisiva, se tiene ahora que ganar la vida como colaboradora en programas que la mantienen como cebo para que se la coman las pirañas; mientras Carmen , quien durante años vivió en la sombra, al otro lado de las
cámaras como directora de los programas de su madre, saltó al ruedo en el reality que coprotagonizó y ya le ha pillado más de un toro.
No se trata de edad, sino de oportunidad y ya ninguna de las tres tiene más lugar en la televisión que el de ejercer de pimpampum para que otros, y otras, que han llegado a los platós sin más bagaje que el de su propia jeta, les den hasta en el carné de identidad. La última aparición televisiva de María Teresa Campos en la que se vio obligada a volver a hablar de su ruptura con Edmundo Arrocet le ha procurado un enfrentamiento con Jorge Javier Vázquez quien, inmisericorde, se ha rebelado como su enemigo íntimo. Que Terelu quiera que su hija, Alejandra Rubio, siga sus pasos sería lógico,pero permitir que se sume a la troupe familiar en calidad de equilibrista no ayuda ni a la joven, ni a su madre, ni a su tía y mucho menos a su abuela. Pero ya se sabe que el show no puede parar.