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Ismael Beiro: “El día que gané ‘Gran Hermano’ salí del plató escondido en el maletero de un coche”

Así es 20 años después

El gaditano que hizo historia al ganar la primera edición detalla anécdotas y vivencias que le cambiaron la vida y que jamás olvidará

20 años de ‘Gran Hermano’: los rostros de la fama

Ismael Beiro (Cádiz, 1974) se convirtió en historia de la televisión al ganar la primera edición de Gran Hermano, concurso producido por Zeppelin. 20 años después, el andaluz, que tiene una promotora y se dedica a hacer monólogos de humor desvela para La Vanguardia algunas de las anécdotas de ese momento y repasa su trayectoria después de lograr una fama que jamás imaginó. Confinado desde su casa de Madrid, junto a su novia Aurora Vázquez, y sus dos hijos Aurora y Rodrigo, Beiro analiza con sosiego y desde la distancia qué significó para él ganar el reality español más longevo.

¿Confinado?

Sí, en Madrid. La suerte es que estoy con mi familia; la mala suerte es que no nos ha pillado en Cádiz (Ríe). ¡Allí tengo un poco más de espacio!

Este jueves se cumplen 20 años del estreno de Gran Hermano, programa que entiendo que le ha cambiado la vida…

Totalmente. Por entonces, estaba terminando mi carrera de Ingeniería Superior Marítima. Antes de que arrancara el programa acababa de desembarcar de un barco mercante de pasaje donde hice las prácticas. Para mí, entrar en Gran Hermano significaba casi lo mismo ya que venía de estar en un sitio cerrado, durante muchos meses y con personas que desconocía. La diferencia es que en el programa estaba sin trabajar, en una casa con piscina, con jardín y con todo lujo de detalles…

¡Pero rodeado de cámaras las 24 horas del día!

¡Yo desconocía la repercusión que iba a tener aquello! Sabía que si era para televisión alguien te podría conocer, pero para nada imaginé lo que vendría después. Cuando estaba dentro de la casa jamás pensé que la gente miraba ese programa: ¿Quién mirará a gente que no conoce bailando, cocinando, jugando o bañándose en la piscina?

Millones de personas…Es lo que tiene ser la primera edición, o morían de asco o de éxito…

¡Tuvimos la suerte de ser los primeros!

Ismael Beiro, primer ganador de la historia de 'Gran hermano'

Mediaset

¿Recuerda el impacto emocional que significó su salida tras tres meses en la casa?

Me sentí como cuando alguien sale de la UCI estos días con todos los sanitarios aplaudiendo. Siempre lo dije, a mí me daba igual ganar, pero sí que quería llegar a la final; ese era mi reto. Salí y vi a esa pila de gente esperándome fuera y, ¡entré en un estado de euforia! La primera vez que llegué a un plató de televisión fue en helicóptero. Al principio, pensaba que toda esa gente eran extras, hasta que mi di cuenta de que no, que era real. Y te contaré algo que es muy fuerte…

¡Adelante!

Cuando salí del plató me pusieron en el maletero de un coche para que no me siguieran los fotógrafos. Llegamos al hotel y cuando llevaba un tiempo en mi habitación decidí que quería salir a dar una vuelta por Madrid, pero al abrir la puerta me encontré con varias personas de seguridad que me dijeron que eso no era posible. ¡Me empujaron hacia dentro y me cerraron la puerta!

Cuando gané 'Gh' me sentí como cuando alguien sale de la UCI estos días con todos los sanitarios aplaudiendo”

Ismael BeiroGanador del primer ‘Gran Hermano’ en el año 2000

Eso sí es un Gran Hermano en toda regla…

Llamé a los compañeros que estábamos confinados allí, los finalistas, para preguntar si había alguna manera de salir del hotel. Nada. Allí estuvimos encerrados otros tres días más. Luego fuimos a un viaje promocional a Grecia donde estuvimos haciendo un reportaje para una revista. Recuerdo que nos bajamos al aeropuerto de Atenas para coger otro avión destino Santorini y nos encontramos un grupo de españoles gritando mi nombre. En Santorini íbamos de isla en isla en barco porque nos seguían fotógrafos, todo muy loco.

A todo esto aún no había pisado su casa…

¡Qué va! Fue tras este viaje que fuimos para Cádiz, recuerdo que me metieron en la suite real del parador de Cádiz y apareció la alcaldesa con todos los concejales. ¡Querían recibirme en el ayuntamiento al día siguiente! Me mandaron un coche oficial con su conductor y recuerdo que, cuando estábamos llegando, visualicé como dos mil personas cerca y le pregunté si había alguna manifestación. “¡Te están esperando a ti!”, me dijo. Terminé en el balcón del ayuntamiento saludando a toda la gente. No daba crédito.

Ismael Beiro llegó al plató de Telecinco en helicóptero

Mediaset

Tengo entendido que habló incluso con el ahora rey Felipe VI…

Iba con el coche por una de las calles de Madrid cuando, de repente, algunos coches se pusieron alrededor mío como si quisieran cerrarme. Al principio me asusté porque pensé que querían atracarme, hasta que me di cuenta de que eran coches oficiales. Uno de los copilotos me señaló la ventana de atrás de su coche y ahí estaba el entonces Príncipe. Muy nervioso, le dije, “yo a ti te conozco”, y él me respondió: “Y yo a ti también”. Y se marcharon…

¿No le dijo nada más?

En el 2010, me invitaron a un acto que se hacía la universidad y en el que acudió el ahora rey emérito. Recuerdo que quería hacerme una foto con él, así que me acerqué y le dije: “Señor, ¿me puedo hacer una foto con usted?” Acto seguido, se me acercó un guardaespaldas y, dándome un toque en el hombro me dijo: “Señor no, majestad”. El Rey se dio la vuelta y soltó: “Ismael que diga lo quiera”. ¡Increíble!

Participaría en cualquier reality menos en Gran Hermano”

¿Le llegó a superar esa fama en algún momento?

No. Jamás. Tuve claro que aquello es como si te tocara el Euromillón: puedes invertirlo bien o perderlo todo porque quieres tener tus caprichos. Tuve claro que esa popularidad podía explotarla yendo a locales donde te pagaban dinero por cualquier cosa u olvidarte de esa parte más abrumadora y canalizar el esfuerzo en dedicarme a la televisión. Y es lo que decidí, aunque tenía claro que para ello debía conocer la profesión para saber dónde me metía. Hice un master en dirección de empresas audiovisuales, una tesis sobre adaptación de contenidos de televisión en el móvil, cursos de improvisación, de comedia, de teatro, idiomas, etc.

No quería ser usted un juguete roto al que abandonan cuando ya no está de moda…

Yo no necesitaba el medio para tener popularidad, porque ya la tenía tras ganar Gran Hermano; lo que quise fue aprovechar la situación para formarme y poder conocer cómo funcionaba el sector.

En su momento se describió el programa como un experimento sociológico, ¿cree que lo fue?

Después de algunos años me he dado cuenta de que nuestra edición sí que lo fue, aunque cuando estaba allí dentro no pensaba en eso. Éramos personas absolutamente normales, con profesiones comunes y diferentes y que proveníamos de muchos lugares de España, por lo que entiendo que representábamos bastante lo que es la sociedad actual. En las últimas ediciones parece que todos son gente muy guapa, fuerte y bien maqueada (Ríe). Supongo que los formatos van cambiando con los tiempos y se van adaptando más a las preferencias del público.

¿Volvería usted a entrar en Gran Hemano, ya en la edición Vip?

Yo participaría en cualquier reality menos en Gran Hermano. Tengo tan buen recuerdo del concurso que ahora mismo prefiero quedarme con ese recuerdo cariñoso que tengo. Sí que iría a Supervivientes, por ejemplo. Con mi amigo Iván Armestoal que conocí en el programa, siempre decidimos que nos encantaría ir juntos al programa. Él sabe cocinar y yo sé pescar, todo arreglado (Ríe).

Ismael Beiro junto a su amigo Iván Armesto, que quedó en tercer lugar

Mediaset

¿Sigue teniendo relación con los trece concursantes que entraron?

Tenemos un grupo de WhatsApp en el que estamos diez. No está María José Galera; ni Nacho, Vanessa e Israel que decidieron no estar. A mí me encantaría que estuviéramos los 14, pero no puede ser.

Usted ganó el concurso sin disputas grandes ni romances en su currículum, algo que hoy en día sería impensable…

(Ríe). Soy una persona que respeta muchos mis relaciones y cuando llegué a la casa tenía pareja, y así se lo dije a los demás. Yo lo único que quería era divertirme: veía una piscina, un gallinero, un huerto ¡Jamás había tenido eso! Vivíamos en un piso en Cádiz con mis padres, mis hermanos, un perro, tortugas…Todo el día encerrados allí y la playa para correr (Sonríe). Cuando hice el alegato ya dije que no quería ganar, solo quería llegar hasta la final; pedí el voto para Iván, quería ganara él.

El humor es la mejor manera de engañar a la muerte que podemos tener en la puerta de casa”

Hay otro pulso que le puso la vida del que salió victorioso: se recuperó de un accidente de moto tras estar mes y medio en coma. Vaya, que volvió a nacer…

Totalmente. Hubo un antes y un después tras el accidente. Yo era de los que llevaba siempre casco en Cádiz antes de que saliera la ley obligatoria de ir con él. Siempre he sido muy prudente. Salí en un cruce de mi semáforo en verde y impacté con un coche que se saltó el semáforo y cuyo conductor dio positivo en casi todo. Tras pasar aquello veo la vida de otra manera y disfruto mucho más los momentos. Ahora mi novia dice que duermo menos que cuando no había confinamiento (Ríe). Está claro que a mi el casco me salvó la vida, así que si veo a alguien sin él siempre se lo digo.

Ismael Beiro recibe el maletín con los 20 millones de pesetas de la mano de Mecedes Milà

Mediaset

Se dedica, entre otras cosas, a hacer monólogos de humor. ¿Se ha puesto más difícil que nunca hacer reír sin ofender a nadie?

Tengo una promotora con la que hacemos festivales, y también soy cómico, sí. Creo que hay que hablar de todo, la comedia es verdad y dolor. La comedia debería de respetarse siempre porque el humor es la mejor medicina en momentos duros, como por ejemplo estos días. El humor es la mejor manera de engañar a la muerte que podemos tener en la puerta de casa. Creo que, una vez nos reímos de nosotros mismos, podemos reírnos con todo.

Usted no está casado. ¿Podría haber alguna novedad en este sentido cuando salgamos de esta?

¡Le he pedido cinco veces matrimonio! (Ríe). La última con los padres, en una cena íntima, con anillo…y me dijo que no (Sonríe). Ya le dije que la próxima vez me lo pedirá ella a mí…Al final, he sido padre muy tarde, con 42 años, así que ahora solo le pido a la vida ver a mis hijos como se casan. Por eso estos días no escatimo en mascarillas, guantes y lo que haga falta, ¡tengo que llegar como sea a los 80! (Sonríe).

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