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La carta de Isabel II que obligó a lady Di a divorciarse y otros secretos de familia

Revelaciones

Dos biógrafos de la realeza británica desvelan más intimidades de la reina de Inglaterra

a princesa Diana de Gales y su suegra, la reina Isabel II, en un partido de polo en 1987

Tim Graham / Getty

“Bueno, éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco concurrido”. Cuando Diana de Gales pronunció en la BBC esta famosa frase, un temblor sacudió el palacio de Buckingham. La princesa desnudaba las miserias de la vida monárquica hablando del desdichado triángulo de su matrimonio. Desde 1992 Diana y Carlos de Inglaterra ya estaban separados de facto y el príncipe cada vez disimulaba menos que seguía con Camilla Parker, su amante de toda la vida. Era insostenible, pero los corsés de palacio impedían a Diana tomar las riendas de su vida...

Hasta que las revelaciones que lady Di hizo aquel 20 de noviembre de 1995 fueron demasiado para la reina Isabel II, que ipso facto le escribió una carta ordenándole: “Tienes que divorciarte”. De este modo ponía final al maltrecho matrimonio de Carlos y Diana.

Reacción inmediata

La entrevista que lady Di concedió el 20 de noviembre de 1995 a la BBC fue demasiado para Isabel II, que le ordenó por carta: “Tienes que divorciarte”

Ha sido la experta en realeza británica Angela Mollard quien ha revelado lo que ocurrió inmediatamente después de que Diana abriera las puertas del palacio de Kesington al periodista Martin Bashir para hacer la explosiva entrevista, en la que también habló de sus amores con el exoficial de caballería James Hewitt.

Carlos y Diana de Gales y la reina Isabel II, en Buckingham Palace, en 1981 (Photo by Fox Photos/Getty Images)

Hulton Archive

Según Mollard, no fueron Diana o Carlos quienes decidieron divorciarse –la princesa, hija de divorciados, quería evitarles el mal trago a sus hijos–, sino la reina Isabel quien tomó finalmente cartas en el asunto. Un año más tarde, firmaban el divorcio, cuyo convenio no se hizo público, y que incluía una cláusula de confidencialidad para evitar que Diana revelara más detalles más sobre su disuelto matrimonio.

Esta revelación llega en un momento en que el hijo pequeño de Diana, Harry, ha denunciado a un tabloide por publicar una carta que Meghan Markle escribió a su padre

La carta no ha visto la luz, pero esta revelación llega en un momento en que el hijo pequeño de Diana, Harry, ha acusado a la prensa de emprender una “campaña implacable” contra su mujer, Meghan Markle, que ha decidido demandar al The Mail on Sunday por publicar una carta escrita por la duquesa y dirigida a su padre, Thomas Markle, en la que, según el rotativo británico, Meghan habla de su dolor por la actitud paterna y le dice su progenitor que le ha “roto el corazón”.

Paralelamente a la revelación de la biógrafa Angela Mollard sobre la real misiva, y la publicación hace una semana de las memorias de Angela Kelly, la responsable del vestuario de la monarca británica, se publica un nuevo capítulo de los escritos privados de Kenneth Rose, el biógrafo de la realeza británica que falleció en el 2014 pero que dejó por escrito sus suculentas vivencias con los Windsor.

La reina Isabel II, en las carreras en el 2017

Andrew Matthews / ©GTRESONLINE

Rose, que opina que “la reina es buena con los ministros, embajadores y representantes de la Commonwealth, pero no con sus hijos y con otras muchas personas”, relata uno de los episodios de poca empatía de Isabel II: “Durante la cena del primer ministro en Spencer House Diana pidió ver a Isabel II antes para decirle que quería separarse de Carlos. Pero la monarca tenía prisa por vestirse, así que le dijo que hablarían en el palacio al final de la noche. La reina tuvo que sentarse a cenar con los primeros ministros e incluso hablar conmigo. Es sorprendente cómo se mantuvo tan serena y alegre. Los de Gales –Carlos y Diana– en comparación, estaban rojos y agitados”.

Por el contrario, Isabel II se derrite por sus perros, la decoradora Pamela Hicks le explicó a Rose que la única vez que la monarca respondió a una de las numerosas cartas que le remitía “fue cuando le envíe un mensaje de cariño después de la muerte de uno de sus perros tras una pelea con otro can de Clarence House. Escribió seis páginas dedicadas al recuerdo de su corgi”.

El aliento de Diana

Algunos empleados de Sandrigham –una de las residencias de los Windsor– no querían trabajar en una de las habitaciones del palacio porque creían que estaba embrujada

El biógrafo real también recoge episodios de otros miembros de la familia Windsor, como cuando la propia doncella de la reina madre le contó que algunos empleados de Sandrigham –una de las residencias de los Windsor– no querían trabajar en una de las habitaciones del palacio porque estaba embrujada. El tema se solucionó cuando invitaron al párroco local para que oficiara una misa en ella, de modo que desapareciera la “atmósfera perturbadora que podía deberse a la princesa Diana”.