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Letizia echa flores a Japón y Corea

Los estilismos de la Reina

La Reina rinde homenaje con sus estilismos a las tradiciones orientales del bordado floral

.La Reina estrenó un vestido de la firma inglesa Temperley London en la cena de gala en Seúl.

Jesus Briones / GTRES

La época más sagrada de Japón es la que coincide con la floración de los cerezos, la sakura, y la estación más preciada de Corea es el otoño cuando sus árboles ofrecen todas las tonalidades de la tierra. Los dos países tienen en la naturaleza su ideal de belleza y la reina Letizia así lo ha entendido, llevando hasta el Extremo Oriente un vestuario que ha sido también un despliegue de flores y bordados estampados. Desde su primera aparición el pasado martes con un espectacular vestido de ceremonia cuajado de flores con el que acudió, en Tokio, a la entronización del emperador Naruhito hasta el modelo de gasa con bordado floral que lució en la cena de gala que el presidente de Corea ofreció a los Reyes el miércoles. Mimetizada con el estilo y los gustos orientales, puede que sea el recién finalizado el viaje en el que la Reina más ha acertado con su maleta.

En sus estilismos, la reina Letizia ha sabido conjugar dos tradiciones fuertemente arraigadas en la cultura japonesa y coreana: la admiración por la contemplación de las flores y el arte del bordado. El chasu, en coreano, es considerado en este país un patrimonio nacional y una de las máximas expresiones del ideal de belleza. Desde hace milenios sigue una iconografía fuertemente codificada en la que nunca faltan las flores, en especial las de loto, de cerezo, los crisantemos, las orquídeas y el bambú. En dos países tan modernos como Japón o Corea, la tradición es tan importante que es habitual ver tanto a mujeres como a hombres vestidos con el hanbok, el traje tradicional coreano, o con kimonos en Japón, cuando visitan palacios o santuarios históricos. Además, en Corea, en muchos de estos lugares, si visten estos trajes de colores llamativos y con vistosos bordados, la entrada es gratis. No hay problema con conseguir uno, hay multitud de tiendas que los alquilan tanto a lugareños y como a turistas cerca de los lugares históricos.

En Tokio, la elección fue un vestido estampado de Matilde Cano y otro rosa bordado en plata de Carolina Herrera

La Reina marcó su propio estilo en Tokio eligiendo un vestido de flores, diseño de la cordobesa Matilde Cano, cuando lo habitual en trajes de ceremonia es usar un solo color para asistir a la entronización de los emperadores en Japón, en este caso Naruhito. Completó su atuendo con una diadema de Nana Gomar, en lugar de tocado, y se adornó con joyas históricas como el collar de chatones de la reina Victoria Eugenia, que utilizó por primera vez, una pulsera de brillantes también del joyero real y unos pendientes de brillantes y esmeraldas a juego con el fondo verde del vestido que pertenecen a la reina Sofía, quien los usó, en 1990, en la ceremonia de entronización de Akihito, padre del actual emperador.

La reina Letizia, en Tokio, con un modelo bordado de Carolina Herrera

STR / AFP

Para la noche, en la cena que Naruhito y Masako ofrecieron a sus invitados reales, Letizia escogió un modelo exclusivo Carolina Herrera de color fucsia con flores plateadas bordadas tipo mantón de Manila, prenda que históricamente llegaba a España desde Filipinas pero se bordaba en China. El vestido recordaba el impresionante traje de Lorenzo Caprile que la infanta Elena lució en la boda de la princesa Victoria de Suecia. Tal como marcaba el protocolo japonés, las reinas y princesas presentes en la cena utilizaron tiara, y la escogida por la Reina fue la denominada Flor de Lys, la más imponente del joyero real, con la que coronó su atuendo, complementado con unos pendientes de chatones y las dos pulseras gemelas de Cartier que pertenecieron a la esposa de Alfonso XIII.

En Seúl eligió un modelo bordado de Temperley London, blusa de CH y vestido de Massimo Dutti

Ya en Corea, Letizia volvió a echar mano de Carolina Herrera, rescatando de su armario un vestido azul noche con estampado de flores con el que acudió a la ceremonia de bienvenida en Seúl y que combinó con unos pendientes y una pulsera de brillantes y zafiros. Por la noche, en la cena de gala, la sorpresa llegó con la elección de un vestido de gasa bordada, muy acorde con las tradiciones coreanas, de la firma inglesa Temperley London, una de las favoritas de Kate Middleton. Como joyas, unos pendientes con palomas cuajadas de brillantes que posan en un aro de rubíes, a juego con la pulsera.

La Reina, con un vestido floral de Matilde Cano acompañado de una diadema

dp / EP

Ayer por la mañana, cuando acompañada de la primera dama coreana mantuvo un encuentro con start -ups que aplican la tecnología a trabajos sociales, escogió una blusa de Carolina Herrera con bordados calados en las mangas y falda de cuero color caldera de Hugo Boss. Con ese mismo conjunto acudió al Ayuntamiento de Seúl, donde junto al Rey recibió la distinción de ciudadanos de honor, una ceremonia que tuvo el toque flamenco con la interpretación del tema Entre dos aguas de Paco de Lucía, a cargo de un dúo de guitarristas coreanos. Para sus dos últimos actos –la visita a la sede central de la firma LG y el encuentro con españoles residentes en Corea–, Letizia eligió un sencillo vestido de Massimo Dutti, estilo boho, negro con estampado de confeti, una manera de celebrar, en modo fiesta, el éxito del viaje.