Desde hace unos meses los duques de Sussex están siendo objeto de numerosas críticas especialmente de los medios de comunicación. Sus gastos (considerados excesivos) y los continuos cambios del personal de confianza, atribuidos al carácter de Meghan, han llenado páginas de diarios. La gota que ha colmado el vaso ha sido la publicación de una carta privada de Meghan y los duques han decidido contraatacar.
Ayer emitieron un comunicado anunciando que piensan emprender acciones legales contra publicaciones como Mail on Sunday y su empresa matriz “por la publicación intrusiva e ilegal de una carta privada escrita por la duquesa de Sussex, que es parte de una campaña de este grupo de medios para publicar información falsa e historias deliberadamente despectivas sobre ella, así como sobre su esposo. Ante la negativa de los periódicos asociados a resolver este problema de manera satisfactoria, hemos emitido procedimientos para corregir esta violación de la privacidad, la infracción de los derechos de autor y la agenda de medios antes mencionada”, según ha especificado un portavoz legal que representa a Meghan Markle, quien financiará junto a su marido de manera privada estas acciones y los ingresos que pueda generar serán donados a una organización benéfica antibullying.
Pero Enrique y Meghan son conscientes de que esas críticas despiadadas contra ellos pueden erosionar su imagen. Y el viaje a África, que finaliza hoy aunque fue planificado hace tiempo, ha supuesto una oportunidad perfecta para mostrarse discretos, informales y cercanos. Y para ello, el vestuario de Meghan ha sido clave, donde los vestidos repetidos y de precio medio han sido la tónica general.
La duquesa ha repetido trajes y se ha mostrado discreta, relajada y muy cercana
Meghan ha hecho del vestido camisero su prenda fetiche. Y lo ha lucido en cuatro ocasiones: uno de color verde caqui por encima de la rodilla; uno azul marino acampanado hasta la media pierna; uno verde oliva largo para la visita a la mezquita, que lo complementó con un velo; y otro azul que ya estrenó en un viaje a Oceanía. También ha repetido un vestido largo de rayas, que llevó por primera vez en ese mismo viaje a Oceanía. Además de un mono negro, que estrenó en la presentación del número de Vogue, que ella dirigió; y un caftán verde oliva que ya lució el pasado mes de julio en el polo.
Para su primer acto Meghan estrenó un vestido de corte wrap negro con estampados africanos; y también estrenó para su encuentro con el arzobispo Desmond Tutu, que los duques fueron con su hijo Archie. En esa ocasión, Meghan llevó un vestido estampado de seda. Y ayer llevó un vestido trench beige muy parecido al que llevó cuando ella y el príncipe presentaron a Archie, aunque en aquella ocasión fue de color blanco.
En un viaje tan informal como ha sido este, la duquesa también ha llevado pantalones vaqueros, combinados con un top de volantes en una ocasión y en otra con una camisa blanca y una cazadora tejana