Xenia Tostado: “Convivir con el estrés como algo aceptado nos mata”
Entrevista
La intérprete acaba de estrenar la segunda parte de Gigantes, la serie original de Movistar+ dirigida por Enrique Urbizu
Hace una década, el personaje de Vanessa en la serie Sin tetas no hay paraíso le dio gran popularidad. Desde entonces, la actriz Xènia Tostado (Igualada, 1981) ha participado en más series como Bandolera o Amar es para siempre. Madre en el 2015, junto al también actor Rodolfo Sancho, de una niña llamada Jimena, la intérprete acaba de estrenar la segunda parte de Gigantes, la serie original de Movista+ dirigida por Enrique Urbizu. Aquí interpreta a Bárbara, una policía infiltrada que investiga a uno de los protagonistas, Daniel Guerrero (Isak Férriz), con quien establece una relación especial.
¿Cómo evoluciona su relación con Daniel en esta segunda entrega?
Mi relación con Daniel no se puede clasificar como una aventura amorosa. Que tengan una relación afectiva y sexual es consecuencia del contacto que tienen a causa del trabajo que le han encargado a Bárbara y porque se conocían de su época de adolescentes. Quizás los sentimientos de Bárbara puedan ser un poco más ambiguos pero los de Daniel en ningún caso.
Urbizu afirma que Gigantes es una serie con mucha testosterona pero que quienes mandan en realidad son las mujeres. ¿Bárbara está entre ellos?
En la primera temporada había claramente un dominio de la presencia masculina, se puede decir de testosterona, aunque una mujer también puede tener mucha energía masculina. En la segunda temporada eso cambia: las mujeres tomamos un poco más el mando y tenemos mucho que ver en el transcurso de la vida de los personajes masculinos.
¿Ve en ese punto un paralelismo entre Gigantes y la vida real?
Todos sabemos que la presencia masculina se ha podido desarrollar mucho más que la femenina en la vida real. Ahora estamos en proceso de cambio, aunque queda aún mucho recorrido por hacer, tanto por parte de los hombres como de las mujeres.
¿En qué coincide con Bárbara?
Ella se equivoca y comete algunos errores, como nos pasa a todos, yo incluida, lo cual nos sirve para poder evolucionar. En su caso mete la pata como consecuencia de ser muy inocente e idealista. Y en eso sí me identifico más.
¿Es demasiado buenista?
Es víctima de la vida. En realidad ni siquiera toma las decisiones; le dan la responsabilidad de una investigación y nunca sabes que puede ocurrir. La vida pasa y tu te adaptas. Ella se ve dentro de una situación complicada que cambiará el rumbo de su vida.
¿Qué recuerdo tiene de Vanessa, el papel de Sin tetas no hay paraíso que la dio a conocer?
Todos los recuerdos que tengo de la serie son buenos. Fue una experiencia maravillosa. Tuve la suerte de interpretar un personaje increíble que me hizo crecer como actriz y como persona, y que ademas fue una serie de éxito que influyó en la carrera de todos.
En Instagram se declara apasionada del yoga, de la naturaleza, de viajar y de la vida. ¿Son los pilares básicos de su vida?
Esos y la familia. Hay que disfrutar al máximo de este corto paso que tenemos por la vida, de la forma más consciente e intentando crecer con cada aprendizaje.
¿Que su pareja se dedique también a la interpretación es una ventaja o un inconveniente?
En nuestro caso es totalmente positivo para que nos podamos entender y apoyar. Además, siempre que es posible, viajamos juntos. Si no coincidimos trabajando, procuramos que la familia vaya en paquete a donde sea. Nos sentimos unos afortunados en ese sentido: poder trabajar donde sea y que además nuestra hija esté con nosotros.
¿Le gustaría que su hija fuera actriz?
Yo quiero que ella decida lo que quiera ser. Y tendrá el apoyo cien por cien de sus padres. Lo único que deseo es que sea feliz, como cualquier madre. Es verdad que, por lo visto hasta ahora, la niña es ya una artista de nacimiento. Tiene dotes para este mundo pero aún faltan muchos años para que se defina a qué se va a dedicar.
¿En que proyectos está ahora involucrada?
Este año se estrenará El secreto del Ibosim, que es una película rodada en Eivissa, que he coincidido con mi pareja. Y en marzo salió a la luz una linea de prendas que he creado para la práctica de yoga, pilates y meditación. Es una colección de prendas ligeras y cómodas hechas a través de productos naturales y procesos sostenibles que respetan el medio ambiente. Además, colaboramos con un proyecto social en Brasil. Por lo general, somos muy ambiciosos con esta marca en el tema de la solidaridad.
¿Cuándo apareció el yoga en su vida?
Antes que el yoga apareció la meditación, hace ya mucho tiempo. El yoga apareció hace cuatro años. Para mí es una herramienta maravillosa con la que gestionar la vida y en especial esta sociedad que sin darte cuenta te mete en una vorágine que te acaba comiendo. Necesitamos herramientas que eviten perder la consciencia sobre nosotros mismos.
¿Es usted muy espiritual?
Sí, pero nada mística. Piso muy fuerte en el suelo. Lo fácil es vivir en el Tíbet y estar relajadísima en consonancia. Lo difícil es vivir en una sociedad como la nuestra donde las exigencias y las necesidades nos obligan a trabajar para sobrevivir y nos hacen convivir con el estrés como algo aceptado. Eso nos mata. Podemos estar vivos y seguir caminando pero si te dejas llevar por este ritmo acabas loco. Y en ese escenario, el yoga es una forma, no sólo de cuidar el cuerpo porque es una disciplina que te mantiene muy fuerte, sino de estar en contacto con uno mismo pese a que luego debes salir a la calle y enfrentarte al mundo.