Albert Rivera y Malú son la pareja de moda en España a pesar de que, por ahora, ninguno de ellos se ha pronunciado sobre una relación que destapó una conocida revista del corazón y que, en el caso de confirmarse, seguiría el ejemplo de otros conocidos casos en los que la erótica del poder ha tenido un papel importante.
Henry Kissinger, el que fuera secretario de Estado del gobierno americano durante los mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford, solía afirmar que el poder es el mayor afrodisíaco. Un concepto que ha existido toda la vida, vinculado a su erótica, y que durante años ha ejercido como un imán para que, en muchos casos, las relaciones amorosas hayan terminado convertidas en auténticas cuestiones de Estado. Al menos, las que han salido a la luz pública.
Miguel Boyer e Isabel Preysler o Julián Muñoz e Isabel Pantoja ejemplos recientes en España
El ejemplo más reciente en España salió a la luz el pasado miércoles con la exclusiva publicada por la revista Semana en la que se aseguraba que Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, podría tener una relación sentimental con la cantante Malú, con quien se habría visto en algunos eventos y fiestas privadas y con quien habría pasado el día de San Valentín en la residencia del político del partido naranja. Por el momento, ninguno de los dos se ha pronunciado sobre lo que, a día de hoy, sigue siendo un rumor a pesar de que las redes sociales no hablan de otra cosa en las últimas horas.
De confirmarse, la intérprete pasaría a engrosar la lista de personalidades públicas que se han dejado seducir por esa erótica del poder, la mayoría de veces con un hombre como protagonista ya que políticamente todavía son pocas las mujeres que sustentan o han sustentado cargos de responsabilidad.
Si viajamos a Francia tenemos dos ejemplos relativamente recientes. El más mediático es el que protagonizaron Nicolas Sarkozy y la cantante Carla Bruni. El político y la intérprete iniciaron su idilio pocas semanas después de que él se convirtieran en el presidente del país. Aunque eran pocos los que confiaban en que esa relación fuera duradera, el pasado 2 de febrero cumplieron once de años de matrimonio. Dicen, los que conocen a Bruni, que no es una mujer que busque dinero o poder, sino que siempre se ha sentido atraída por figuras fuertes e inteligentes. Prueba de ello son sus relaciones con los Eric Clapton, Mick Jagger, Kevin Costner o Vincent Perez.
El que también fuera Presidente de la República Francesa (2012-2014), François Hollande, mantuvo una relación extramatrimonial con la actriz y productora Julia Gayet, 18 años menor que él. De hecho, el político y la actriz llegaron a estar juntos durante la presidencia de este y, según llegó a relatar la revista Paris Match, Gayet llegó a vivir en el Palacio del Elíseo. Cinco años después, ahora ejercen como pareja normal sin necesidad de esconderse.
En México, también andan entretenidos en los últimos días con la relación que ha salido a la luz entre el expresidente del país, Enrique Peña Nieto y la modelo y socialité Tania Ruiz Eichelmann quien recientemente ha confesado sentirse ilusionada con esta nueva “amistad” que todavía está por ver que en que desemboca. Peña Nieto ya protagonizó anteriormente un serial con la que es aún su mujer, de la que está oficialmente separado, Angélica Rivera, conocida popularmente como La Gaviota, que era su personaje en la mediática telenovela Destilando amor. Rivera pasó de actriz a primera dama en tiempo récord, por lo que su propia vida privada terminó convertida en un culebrón real seguido con gran expectación por los medios de comunicación.
Algo similar sucedió en nuestro país con Julián Muñoz e Isabel Pantoja, aunque con otro final. La pareja inició su relación sentimental en 2003, cuando él era alcalde de Marbella y rompieron cinco años más tarde su relación, antes de que Muñoz fuera condenado por delitos de fraude y prevaricación en el llamado Caso Malaya.
Tres décadas fue el tiempo que estuvo Miguel Boyer con Isabel Preysler, aunque los primeros los vivieron de manera clandestina (ambos estaban casados). Él, que era ministro de Economía durante el gobierno de Felipe González, lo dejó todo por ella. Cuando se casaron, Boyer tenía 48 años y era presidente del Banco Exterior de España,. Fue la tercera boda para ella, y la segunda para él. Boyer sufrió un ictus en 2012 y ella estuvo a su lado hasta el 29 de septiembre de 2014 cuando este murió por una embolia pulmonar.
Más reciente es el caso de Bárbara Goenaga y Borja Sémper. Se enamoraron en 2014 en una fiesta en San Sebastián, su ciudad, con amigos comunes, aunque no hicieron su relación oficial hasta un año después. La pareja, consolidada, ya tiene dos hijos en común.
La realeza tampoco se salva de capítulos en los que la erótica del poder ha sido determinante para consolidar algunas relaciones. El caso más mediático y conocido fue el de Rainiero de Mónaco y la actriz de Hollywood Grace Kelly, un cuento de hadas que terminó en tragedia. Al igual que Tracy, su personaje en Alta Sociedad (1956), Grace debió sortear dudas, y adiestrarse en todo tipo de protocolos. La musa de Hitchcock y Rainiero III se casaron un 19 de abril de 1956. El 13 de septiembre de 1982, la actriz sufrió un accidente con su Rover que salió de la pista y cayó por la ladera de una montaña. Murió en el hospital en un trágico capítulo que terminó con una historia de amor que también tuvo sus sombras.
El caso de la reina Letizia y el rey Felipe. El entonces príncipe de Asturias conoció a la periodista de TVE gracias a la intervención de Pedro Erquicia, quien les presentó durante una cena en su casa un 17 de octubre de 2002, después de que él hubiera anunciado su ruptura con Eva Sanumm. El último ejemplo mediático es el los duques de Sussex, Enrique y Meghan Markle. Harry se encaprichó de la entonces actriz de la serie Suits y esta lo dejó todo por él para iniciar una nueva vida en el palacio de Kensington donde, tras la boda, anunció que esperan su primer hijo. Una historia de amor que también ha presentado algunos capítulos oscuros por el supuesto carácter de una Meghan que también habría protagonizado algunos enfrentamientos con su cuñada, la duquesa de Cambridge.