Era el momento más esperado de la noche y se ha convertido en la escena más comentada tras el concierto de reencuentro de los primeros participantes de Operación Triunfo en el Palau Sant Jordi. David Bisbal y Chenoa, pasadas las dos horas de show, volvían a cantar el tema Escondidos, con todas las miradas puestas en las reacciones de dos artistas que empezaron una relación dentro de la Academia, y que se vio truncada dos años más tarde tras un anuncio de ruptura frío del almeriense en rueda de prensa desde Caracas que cogió por sorpresa a la argentina.
Desde que se confirmó que ambos intérpretes volverían a cantar juntos el tema Escondidos el morbo pasó a primer plano de un reencuentro que también se ha completado con tres documentales donde ambos han hecho un esfuerzo para mostrar cordialidad. La pregunta era clara, ¿qué pasaría sobre el escenario del Sant Jordi ante miles de personas? Pasaban las doce de la noche cuando ambos se reencontraban para interpretar el tema de Olga Tañón, momento en el que se multiplicaron las luces de los móviles para inmortalizar el momento.
Chenoa muestra una dulzura y un cariño que no son correspondidos”
Cada roce y aproximación de uno hacia el otro eran aclamados por un público que parecía querer más, confiando en algo más que una reconciliación amistosa. Pero la imagen de la noche estaba por llegar. Tras fundirse en una abrazo en los últimos acordes del tema, parece que Chenoa intenta besar a Bisbal y este la aparta, en un gesto popularmente conocido como “hacer la cobra” y que ha incendiado las redes sociales con opiniones de todo tipo. Incluso se ha difundido algún vídeo desde otra perspectiva donde todo lo que sucede parece mucho más relativo, con la intención de demostrar que la polémica no tiene razón de ser.
Ante la disputa creada, hemos acudido a la experta en comunicación no verbal, Teresa Baró, para que analice las reacciones de los protagonistas. La consultora en comunicación cree que “por parte de Bisbal el acercamiento y el abrazo es obligado. La abraza con cara seria, ojos abiertos, en la inestabilidad de un paso que no acaba de llegar.
Las palmaditas en la espalda indican una cierta incomodidad –aunque no podemos saber cuál es la causa- y prisa por separarse.
Lo refuerza el gesto de desviar la mirada hacia el otro lado del escenario y la distancia que pone entre los dos. Tampoco corresponde a la caricia que le hace Chenoa en la barbilla, ni siquiera con una sonrisa.”
Baró continúa esgrimiendo que “la actitud de Chenoa, en cambio, es más cálida y receptiva. No podemos asegurar que quisiera besar a Bisbal pero sí que estaba todavía en pleno abrazo y ve truncado el momento de cariño. Se percibe decepción en el rostro cuando aprieta los labios al mismo tiempo que baja la mirada, gesto de decepción claro”.
La comunicadora concluye que, tras ver repetidas las imágenes, “no podemos adivinar los sentimientos de cada uno pero sí podemos decir que, por lo menos en el escenario, Chenoa muestra una dulzura y un cariño que no son correspondidos.
Si comparamos las imágenes del Sant Jordi, con las primeras interpretaciones que hicieron Chenoa y Bisbal de la famosa canción, tampoco podemos sacar la contundente conclusión de que la actuación del pasado lunes estuvo descafeinada. Los gestos y abrazos tras culminar el tema, recuerdan, en parte, a lo que se pudo ver el Sant Jordi aunque, como es de esperar, también hay opiniones de todo tipo y voces que consideran que esas primeras imágenes son mucho más sentidas. ¿Ha desaparecido para siempre el cariño entre ambos o nos estamos precipitando a la hora de sacar conclusiones por unos segundos? El debate está servido y, más allá de dar o quitar razones, lo que queda patente es que todo lo relacionado con el talent show sigue generando pasión y controversia a raudales, lo que significa que el formato televisivo sigue conservando la aureola de fenómeno de masas.