La Generalitat de Catalunya invertirá 150 millones de euros en crear una red propia de cargadores de coches eléctricos. La idea es alcanzar los 9.000 puntos en un despliegue multianual, si bien la mayoría son para flota propia, con 4.000 de acceso público. Asimismo, fomentará la compra de eléctricos con una línea de préstamos bonificados para autónomos y empresas de más de 400 millones de euros. También contempla apoyos y ventajas fiscales para el ciudadano para hacerlos más asequibles, sin conocerse detalles por el momento ya que dependerá de cómo se estructuran las ayudas del Moves, hoy caído, y cómo las puede complementar.
Son algunas de las principales medidas que se incluyen en el plan de impulso al vehículo eléctrico 2025-2030 que ha presentado este lunes el president de la Generalitat, Salvador Illa, en un acto en Barcelona. En total, se pretenden movilizar 1.400 millones de euros entre inversiones de la Generalitat, estatales y privadas en este periodo. Todo para promover la transición al eléctrico de administraciones, empresas y ciudadanos, hoy con ventas estancadas, garantizar la red, mejorar la percepción del eléctrico y generar una demanda que permita llegar a los objetivos climáticos a la vez que proteja a la industria del motor en la transición, para quien se reservan 135 millones en fondos propios.
“Para descarbonizar la movilidad y conseguir los objetivos la solución es el vehículo eléctrico. La movilidad basada en combustibles fósiles es pasado, la eléctrica es el futuro. Tenemos todo para liderar esa movilidad, pero nuestro punto de partida es mejorable”, ha planteado Illa. Hay que romper barreras de precio, de sensación de falta de puntos y de ideas contrarias al eléctrico, se entiende. De los 1.400 millones a movilizar la Generalitat asumiría al menos 745 millones, en base a las partidas detalladas hasta ahora por los departamentos responsables. “Catalunya debe estar en la vanguardia en todos los ámbitos”, ha reiterado.
Despliegue en cuatro fases, entrada en la red viaria y el 90% de la flota electrificada
La construcción de la red de puntos de recarga irá por fases. En una primera etapa se desplegarán 5.000 puntos de recarga lenta para la flota propia, que se tendrá que ir renovando con compras de vehículos electrificados. Se busca “dar ejemplo” en la electrificación, señalan fuentes de la Generalitat. No serán de acceso público: serviría para cargar durante la noche vehículos de los Mossos, de Salut o de los agentes forestales, que se irán electrificando a lo largo de los años, con el objetivo de llegar al 90% de la flota en cuatro años, entre eléctricos puros e híbridos enchufables.
En una segunda fase instalará unos 4.000 puntos semirápidos en edificios de titularidad pública como hospitales o universidades, que sí serían accesibles para todos los ciudadanos. Se conciben de uso puntual, como alguien que aproveche la visita al médico para cargar el coche. También lo usarían los trabajadores de estos centros. Hoy hay unos 600 en 100 edificios.
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Illa, este lunes con Wayne Griffiths (Seat-Cupra), en el acto
Más adelante se dibujan estaciones de carga rápida en la red viaria en puntos donde se detecte un déficit, para complementar la red privada donde no llega. La cifra concreta quedará pendiente de un estudio de las necesidades, con la idea de que cubran desplazamientos de larga distancia. Un valor en el que se mueve la Generalitat es el de tener una estación de carga como mínimo cada 60 kilómetros. "No se trata de poner solo puntos donde son rentables, sino de abastecer todo el territorio, en la Catalunya interior y la rural. Que los que opten por la movilidad eléctrica puedan ir de Tortosa a la Val d'Aran con la misma seguridad con la que encontramos gasolineras”, ha ejemplificado Illa. Por último, una cuarta fase contempla cargadores ultrarápidos para buses eléctricos, dando servicio a líneas interurbanas.
Así, la intención es llegar al menos a los 9.000 puntos propios, que serán de titularidad de la Generalitat. Esto igualaría la cifra de cargadores públicos que hay hoy en toda Catalunya, según cifras de Anfac. El despliegue se encarga a la empresa pública de energía L’Energètica, que la ejecutará a través de licitaciones con el sector privado que arrancarán este año. Compartirán una imagen y operativa unificada, con especial atención a su buena señalización y facilidad de uso y pago.
Por otro lado, el plan estructura préstamos bonificados para la compra de eléctricos para autónomos y microempresas con una dotación de 200 millones de euros y otra partida para la renovación de flotas empresariales con eléctricos por 240 millones. Existirán límites en el precio del vehículo, que no puede superar los 60.000 euros para autónomos, por ejemplo. Los primeros préstamos, que gozarían de mejores intereses que los del mercado, se entregarían en el 2026. Se devolverían a partir de seis años y se entregarían a través del Institut Català de Finances (ICF). “Queremos que el eléctrico no sea un lujo para unos pocos, intentamos democratizarlo”, ha apuntado Illa.
Unos 1.400 millones con apoyo estatal y del sector privado; 135 millones irán a la industria
Dentro los 1.400 millones de euros totales a movilizar, la Generalitat incluye partidas estatales, como el Moves, ahora en el limbo tras la caída del decreto ómnibus, o la deducción fiscal del 15% por la compra de eléctricos. En la última convocatoria del Moves Catalunya contaba con 288 millones. También se cuentan las inversiones privadas, ya que se espera que el empuje de la Generalitat sirva de tractor para estimular los cargadores privados y conseguir una meta de 45.000 a finales del 2030. Empresas y comunidades de propietarios podrían recibir subvenciones para su despliegue. El Govern pretende que las cantidades movilizadas vayan creciendo con el paso de los ejercicios, con 100 millones de euros público-privados desplegados en el 2025.
En detalle, 880 millones de euros movilizados serían para impulsar la demanda -ayudas del Moves, complementos propios, ventajas fiscales, préstamos, renovar flota de la Generalitat, bonificación en peajes-; 380 millones para desplegar la red de recarga y 20 millones para campañas para mejorar la percepción social del vehículo eléctrico y gestiones administrativas, como reduciendo la normativa para instalar puntos. A ellos se añaden 135 millones que asumiría en su totalidad la Generalitat para la industria y la innovación, destinados a la captación de nuevas inversiones, el apoyo a fabricantes o la formación de trabajadores, para que el sector del motor catalán no se quede atrás en la electrificación.
Fomentar el uso de la ciudadanía y empresas
La transición sin baches es crucial por el peso de la industria automotriz. “Si lo hacemos bien, tendrá un impacto muy favorable en fomentar la innovación en un sector clave”, aventura Illa. Factura 14.730 millones, emplea a 35.000 personas y es responsable del 8% del VAB. Seat electrifica Martorell y la alianza de Ebro y Chery también maneja un futuro eléctrico. La coreana Lotte, la israelí ICL o la china Dynanonic invertirán aquí con la vista en soluciones para eléctricos. El plan reserva 135 millones para la industria y la innovación, destinados a captar inversiones, al apoyo a fabricantes o a formar trabajadores. “Catalunya debe estar a la vanguardia en todos los ámbitos”, ha dicho.
La idea general del plan es acelerar y apoyar el despliegue del coche eléctrico para “facilitar una transición a la movilidad sostenible, facilitando la adopción por parte de la ciudadanía y las empresas, garantizando el despliegue de una red de carga accesible y eficiente”, recoge el documento. Y cumplir con los objetivos climáticos del Pacto Verde europeo, que contempla una reducción del 55% en las emisiones del transporte para el 2030 y la neutralidad en el 2050, comparando con el 1990. Se busca que el vehículo electrificado -eléctrico e híbrido eléctrico-, que hoy pesa el 14,3% en el mercado llegue al 40% en el 2030. Para conseguirlo habría que vender unos 180.000 electrificados -coches y motos- en el periodo.
Desde el sector del motor se recibe bien el primer paso con el lanzamiento de un plan, pero se pide mayor esfuerzo. “Para lo que representa la automoción en el PIB y el empleo de Catalunya, se echan en falta inversiones más grandes; con el plan ambicioso que se plantea se tiene que correr mucho”, comenta Jaume Roura, presidente de Fecavem, la patronal catalana de la distribución de automoción. Roura destaca la urgencia de rescatar las ayudas del Moves, hoy sin efecto, porque “si no lo hacemos difícilmente activaremos el mercado”. Sobre la posibilidad de que la Generalitat las complemente, “todo lo que sea añadir incentivos y animar el mercado es básico”, dice. En Anfac, patronal de fabricantes, ven el esfuerzo de la Generalitat “crucial para avanzar a una movilidad más sostenible y fortalecer la industria de la automoción, tanto de Catalunya como España”.
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El plan prevé el despliegue de puntos en zonas del interior y rurales
Entre los fabricantes, Wayne Griffiths, consejero delegado de Seat y Cupra, ve la transformación del automóvil “urgente, inevitable e irreversible”, con un paso de la Generalitat “muy importante”. “El país se juega mucho, no podemos poner en riesgo una industria tan importante. Electrificar es el camino, no hay marcha atrás”, ha valorado. En Ebro, fabricante de coches, reiteran que la iniciativa es positiva, aunque señalan que “hay mucho por hacer. Empresas, gobiernos y también ciudadanos hemos de remar juntos. Sólo así lo haremos posible”, lanza Pedro Calef, consejero delegado de la marca. Wallbox, que produce cargadores, resalta que “la expansión de la infraestructura de carga y los incentivos a la compra son pasos clave para impulsar la adopción del vehículo eléctrico y reforzar la competitividad de la industria en Catalunya”. De ahí que pida que las medidas “se implementen de manera efectiva, asegurando que el ecosistema de la movilidad eléctrica, desde la infraestructura de carga hasta la tecnología de gestión energética, avance de forma coordinada” para llegar a todos.
Por el lado de usuarios, Albert Sagarra, responsable en Catalunya de la Asociación de Usuarios del Vehículo Eléctrico (AUVE), valora positivamente que la Generalitat “entienda la necesidad de alinearse y dar respuesta a los planes de movilidad, viendo la electrificación como el paso más importante y den ejemplo”, pero “falta ver el detalle, el calendario previsto y sobre todo cómo se desarrollarán las subvenciones, ayudas e incentivos”, con un “plan efectivo para la adquisición”.
El sector pide concreción en los plazos e ir de la mano
El Govern pretende llevar el plan al Consell Executiu de este martes. En el acto han estado presentes la consellera de Economia i Finances, Alícia Romero; el conseller d’Empresa i Treball, Miquel Sàmper, y el de Presidència, Albert Dalmau. Junto a Habitatge i Transició Ecològica han trabajado en conjunto en el plan. Del sector automotriz han acudido Wayne Griffiths (Seat-Cupra), Pedro Calef (Ebro-Chery), Miquel Martí (Moventia), Enric Asunción (Wallbox), José López Tafall (Anfac), Jaume Roura (Fecavem), Sergio Alcaraz (Clúster de la Indústria de l'Automoció) o de Silence, entre otros.
Limitación de la moto de combustión
Uno de los puntos que se recogen en el plan es la de “promover la limitación gradual de la motocicleta de combustión”, si bien se especifica que esto no significa una prohibición. Por ejemplo, paralelamente a la implementación de restricciones graduales a motos de combustión con etiquetas B y C habrá un programa de transición industrial para promover la producción, distribución y reparación de motocicletas eléctricas.