La automoción europea, en el ojo del huracán

En portada: España frente a la guerra comercial

La industria ya siente el impacto de unos posibles aranceles tanto para la UE como en México o Canadá

Los aranceles desafían el auge exportador

Foto Marti Gelabert 27/06/2024 Visita a la fabrica SEAT de Martorell con motivo del lanzamiento del nuevo Cupra Leon y el nuevo Cupra Formentor. Trabajadores de la fabrica en la cadena de montaje de los coches.

Los fabricantes de coches operan a nivel global con distintas fábricas.

Marti Gelabert / Propias

Una de las obsesiones del actual presidente de EE.UU., Donald Trump, con la Unión Europea es la industria del automóvil. “Se lo pregunté a un par de líderes. No quiero usar nombres, pero ¿cuántos Chevrolet o Ford ves en el centro de Múnich? La respuesta es ninguno, porque no aceptan ningún coche”, ha espetado estos días Trump, mientras que hay “millones de Mercedes Benz, Volkswagen o BMW en las ciudades americanas y no hacemos nada al respecto”. “Esto tiene que cambiar”, amenazó recientemente, aludiendo a los posibles aranceles sobre los vehículos europeos.

Efectivamente, la industria europea de la automoción sentiría con fuerza en sus cuentas unos posibles aranceles a la importación de coches desde EE.UU. Este país es el principal destino de exportación de la automoción europea, según los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés). En el 2023 (último dato disponible) se exportaron cerca de 800.000 vehículos, un 15% más que en el año anterior, con un valor aproximado superior a los 40.000 millones de euros. En los últimos cinco años, ha sobrepasado a Reino Unido como principal destino y ahora mismo acapara el 24% del conjunto de las exportaciones. Alemania sería, en todo caso, la que más sufriría con los nuevos aranceles, dado que exporta 500.000 automóviles, según datos de la asociación alemana VDA.

Las plantas de empresas españolas de componentes en México ya están amenazadas

No es el caso de España. Sin banalizar en ningún caso la amenaza de los aranceles, lo cierto es que EE.UU. siempre ha sido un mercado residual para los automóviles españoles. Comenzaron a exportarse vehículos hacia allí después de la crisis financiera, en 2013, de la mano especialmente de Ford, desde Almussafes y Mercedes, desde Vitoria, que homologó su Mercedes Vito como taxi para la ciudad de Nueva York. Los cambios en los modelos y en las políticas comerciales de estas y otras empresas han motivado que se haya pasado de exportar 51.700 vehículos en 2023 a ninguno en 2024, según datos de la asociación de fabricantes Anfac y elaboración propia.

Las exportaciones de vehículos españoles son muy dependientes de los mercados europeos, especialmente Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, que acapararon el 60,5% de los 2,12 millones de vehículos que se exportaron el año pasado, según el informe de destinos de exportación de Anfac. Fuera de la UE, destacan Turquía y México como grandes compradores de vehículos españoles. “Aun y todo, cualquier situación que nos lleve a una guerra comercial y que vulnere el libre comercio entre España y Europa y EE.UU. es negativa para ambas partes”, señala José López-Tafall, director general de Anfac.

Para España, EEUU es un mercado residual para los coches pero no para los componentes y piezas

La vertiente más delicada del posible conflicto comercial en cuanto a España no es el coche terminado sino la exportación de componentes y piezas, que, aunque también tienen en la Unión Europea su principal comprador, tienen una posición más expuesta a EE.UU. “Para los proveedores españoles de automoción, EE.UU. es nuestro tercer socio comercial extracomunitario, sólo por detrás de mercados tales como Reino Unido y Marruecos”, señalan desde su asociación Sernauto. Hasta noviembre de 2024, el valor de las exportaciones registró un crecimiento interanual del 8,3% y representa una cifra de facturación de 942 millones de euros.

Puede parecer poco pero porque aquí correspondería abrir el foco para entender cómo la industria española de componentes y la europea de automoción ya están sufriendo en cierto modo los aranceles de Trump. Las principales empresas del sector de componentes en España, como pueden ser Gestamp o Antolin, fabrican piezas grandes como carrocerías o ejes que se exportan con dificultad. De este modo, estas compañías instalan factorías cerca de sus socios fabricantes de coches y así, tienen una implantación muy importante, por ejemplo en México, donde EE.UU. aprobó aplicar un 25% de tasas a los productos importados, que ahora están en suspenso. Antolin tiene nueve fábricas allí; Gestamp cuenta con siete instalaciones productivas y CIE Automotive tiene 12 plantas.

“El establecimiento de aranceles les afectaría, directa e indirectamente, porque la industria automotriz en México es una de las principales partidas, de mayor valor comercial, de las exportaciones de este país a EE.UU. y sería de las más afectadas”, detalla Sernauto. Estos proveedores han ido de la mano de empresas como Audi, BMW, Mercedes o Nissan, que han convertido México en un polo de fabricación de vehículos global, con más de 3 millones de unidades al año.

Los principales productores españoles de piezas tienen plantas en México

De hecho, el lunes pasado, las acciones de las principales automovilísticas europeas se desplomaron en bolsa por los aranceles a México y Canadá. Volkswagen , BMW , Porsche, Volvo Cars o Stellantis cayeron entre un 5% y un 6% en la jornada. El índice europeo de automóviles y piezas de recambio cayó un 4,1%. Los analistas estiman el impacto total de los aranceles en alrededor del 12% del beneficio neto de explotación de Volkswagen en 2025 y el 40% del de Stellantis.

Esta globalización de la economía, basada en el libre comercio, que ahora cuestiona Trump va a provocar distorsiones de todo tipo pero valga como muestra la que puede protagonizar la marca alemana BMW, que ya se vio muy afectada en 2018 con los aranceles al acero de Trump. La compañía fabrica desde Europa y exporta a EE.UU. pero también tiene fábricas en el país, que la han convertido, durante ocho años consecutivos hasta 2023, en la principal exportadora de vehículos desde EE.UU.

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