La industria contribuye a la reducción de las desigualdades porque los trabajos que genera son de mayor valor añadido y, por lo tanto, con sueldos más altos. Cuando cierra una empresa industrial, los trabajadores suelen acabar en el sector servicios con salarios más bajos. Esa idea básica defendida por la literatura económica ha sido refrendada por un estudio del Institut d’Economia de Barcelona (IEB) por encargo del Departament de Empresa, que dirige Roger Torrent.
El informe ha demostrado que “la pérdida de peso relativo del sector industrial se ha traducido en un aumento del empleo en los servicios, especialmente los de menor calificación”. Esta situación provocó “un aumento de la dualidad del empleo en el mercado de trabajo entre trabajadores muy cualificados y muy poco cualificados, que sería una de las causas del incremento de las desigualdades”.
Las industrias que cierran suelen ser sustituidas por empresas del sector servicios
El análisis se ha hecho sobre 31 Sistemas Locales de Trabajo (SLT) en Catalunya. Son unidades geográficas, diferentes a las comarcas, creadas a partir de criterios de movilidad laboral. La hipótesis es válida también para actividades de tecnología, reza el informe.
Las áreas geográficas donde la distribución de la renta entre sus habitantes es más equitativa son las de Igualada, Olot y Guissona. La razón –según indica el estudio– es el elevado peso del sector industrial en estas zonas. Guissona, por ejemplo, tiene un peso de la industria que es 3,5 veces más alto que la media catalana. En esa zona y en la de Olot, la actividad está muy centrada en la industria alimentaria, mientras que en Igualada lo está en el sector del textil, confección y cuero.
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Durante la presentación del estudio, el director general de Indústria de la Generalitat, Oriol Alcoba Malaspina, destacó que este “demuestra empíricamente que la industria contribuye a reducir las desigualdades de renta, y eso supone un beneficio para el conjunto de la sociedad, que se añade a los de generar más productividad, la cual contribuye directamente a un mayor crecimiento económico, y más calidad del empleo que otros sectores”.
Uno de los objetivos del Pacto Nacional para la Industria –acordado entre Govern, patronal y sindicatos– es elevar el peso del sector en Catalunya hasta el 25% en el horizonte del 2030. Ese era un objetivo que ya se fijó la Generalitat en el Pacto del 2017 y que fue incapaz de cumplir.