Guindos pide moderación salarial para contribuir a frenar la inflación
Intervención en Foment
El vicepresidente del BCE admite que la eurozona está entrando en una fase de estancamiento económico
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, considera necesario poner un freno a la revalorización de los salarios. Muchos de ellos que se negociaron al alza en los últimos meses después del estallido de la inflación en la eurozona. Pero ha llegado la hora de cambiar de paso.
El ex ministro español, que intervino esta mañana por vía telemática en un acto en Foment del Treball en el marco de la reunión de su grupo de expertos tributarios, ha subrayado que se está registrando un aumento de los costes laborales unitarios en la eurozona.
Es decir, que mientras en los meses anteriores el aumento de los márgenes empresariales había sido superior al incremento salarial, ahora esta relación de fuerza se ha reequilibrado. Porque los sueldos repuntan a un ritmo del 5%, mientras que el crecimiento económico atraviesa una fase de estancamiento.
Esto significa, ha razonado De Guindos, que se está produciendo un descenso de la productividad. Y esta tendencia alcista de los sueldos no contribuye a luchar contra una inflación que se ha revisado al alza para este año y a la que le cuesta bajar cabeza.
"Las empresas deberían absorber este aumento salarial sin repercutirlo necesariamente en los precios", ha afirmado. El deterioro económico que preocupa a De Guindos se manifiesta en particular por el descenso brutal de los créditos y sobre el impacto en el consumo (practicamente paralizado), en un contexto en que las hipotecas a tipo variable suponen un incremento de las cuotas que afectará a las familias.
La ralentización de China, la transmisión de la política monetaria (cada vez más dura) y el repunte del petróleo están tocando el motor económico de la eurozona, según el vicepresidente del BCE.
Sobre los motivos por los cuales la inflación subyacente -unos de los factores que más sigue de cerca el BCE en sus decisiones sobre los tipos de interés- sigue mostrándose peristente incluso tras el mayor endurecimiento monetario de la historia del BCE, De Guindos ha proporcionado dos explicaciones.
Una, es que pese a que los precios de la energía dejaron atrás sus máximos tras el estallido de la guerra de Ucrania, es posible que el ciclo productivo haya incorporado con cierto retraso este incremento de los costes y que lo haya repercutido en los precios.
La segunda, es que se ha producido un aumenta de la demanda en el sector de los servicios, algo visible por ejemplo en el éxito reciente de la temporada turística. Y este fenómeno ha causado un encarecimiento en estas ramas económicas.
En el debate, se ha vuelto a poner sobre la mesa la exigencia de apostar por una política fiscal más harmonizada y mejorar el funcionamiento del mercado interior europeo. En este sentido, De Guindos ha recordado que "la política fiscal no puede ir en contra de una política monetaria restrictiva" y por ello abogó por la eliminación gradual del conjunto de subvenciones que los gobiernos europeos pusieron en marcha en ocasión del repunte de la energía tras la invasión de Ucrania.