Todo el mundo quiere a la CEOE en el acuerdo del aumento del salario mínimo interprofesional (SMI), pero la patronal no se deja. Lo intentó el Ministerio de Trabajo durante las dos mesas de diálogo, abriéndose a flexibilizar su postura, lo que dejaba entrever la opción de un aumento inferior a 12 euros este año, pero la CEOE quiere 0 euros de incremento. Ayer, también presionó la UGT a través de su secretario general, Josep Maria Álvarez, que advirtió que la patronal “tiene mucho que perder si no están en el acuerdo”, y que su ausencia supondría “un mal presagio” para el resto de las negociaciones que hay en marcha, como son la reforma laboral o la prórroga de los ERTE.
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A nadie se le escapa que la negociación del aumento del SMI es el primero de una serie de retos que hay que superar antes de fin de año, entre los cuales la reforma laboral, que es una condición indispensable para que España pueda recibir 12.000 millones de euros de los planes de recuperación en la próxima primavera. Reto pues mayúsculo para transformar la economía española y para recibir unos fondos necesarios para la recuperación.
Álvarez revela que la CEOE propuso crear un SMI separado para los jóvenes; la patronal lo matiza
También es claro que hay vasos comunicantes entre las distintas mesas negociadoras e interrelación con la presión política. Esto es lo que apuntó Álvarez en la rueda de prensa en que presentó sus directrices de cara al curso político que arranca este mes de septiembre. El secretario general de la UGT no ve ningún argumento sólido para no subir el SMI este año. “Me parece que la patronal si no explica a la opinión pública las razones objetivas por las que no quiere llegar a acuerdo en materia de SMI, nos lleva a pensar que el cambio tiene que ver más con la coyuntura política que con la sustancia que representa la subida del SMI”, declaró Álvarez.
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El secretario general de la UGT insistió además en que los empresarios deben ser conscientes de que no firmar tiene consecuencias, y que son negativas tanto para los empresarios como para el sistema. Aquí es donde apuntó que este cerrazón empresarial “sería un mal presagio para futuras negociaciones”.
Además, Álvarez reveló que durante las negociaciones, la CEOE había propuesto la creación de un SMI específico para los jóvenes, desgajándolo del SMI general. “Lo han dicho en la mesa de negociaciones y no lo han dicho públicamente. Es de una gravedad considerable”, declaró Álvarez. Fuentes de la CEOE matizan que no propusieron específicamente un SMI para jóvenes, sino un trato especial a algunos colectivos más afectados por el incremento del salario mínimo, como los jóvenes, que incluiría algunas bonificaciones.
En cualquier caso, la UGT repartió su presión entre la CEOE, a la que consideran que todavía es factible reconducirla al acuerdo, y el Gobierno, al que le piden que dé concreción a sus compromisos de un incremento del salario mínimo de forma inmediata. El escenario que desea el sindicato es un acuerdo tripartito a tres años, que sitúe el SMI en 1.000 euros como mínimo en el 2022 y que complete en el 2023 el compromiso de llegar al 60% del salario medio, es decir, entre 1.040 y 1.060 euros según los distintos cálculos. “Si hay un acuerdo con los empresarios, vamos a ser más flexibles en la aplicación de la subida del SMI a tres años, pero no en el objetivo final de llegar en el 2023 al 60% del salario medio”, dijo Álvarez. Si por el contrario, no hay senda marcada a tres años, exigirán que en el 2021 el salario mínimo suba entre 25 y 30 euros, muy por encima de la horquilla en que se mueve el Gobierno.
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Por su parte, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, afirmó que el impacto que tendrá sobre el empleo una subida del salario mínimo será “pequeño y relativamente moderado”. En declaraciones a la COPE, el ministro apuntó que la subida del SMI “puede afectar en algunos sectores y geografías de manera limitada. Siempre hay que elegir y, en la elección, el efecto agregado de redistribución de renta claramente sobrepasa los costes pequeños que pueda tener sobre el empleo cuando uno se maneja en niveles de salarios mínimos razonables” .
Por su parte, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, rechazó de nuevo la propuesta de la CEOE de un SMI por territorios. “Nos parece que no sería una decisión sabia empezar a discriminar por territorios. Esa sugerencia no la apoyo”, declaró a Onda Cero.