De la misma manera que nadie cuestiona que los ERTE por covid se alargarán más allá de finales de mayo, hasta que no se acerque la fecha del fin de su vigencia no se concretará cómo será el mecanismo con el que el tejido productivo intentará alcanzar el inicio de la recuperación. A falta de que el Gobierno vuelva a abrir la negociación con la patronal y los sindicatos para extender los expedientes de regulación temporal del empleo, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, marcó ayer la pauta: a partir de junio, aseguró, “el énfasis va a estar en la activación de trabajadores”.
Escrivá explicó además que en octubre, con la vuelta a las restricciones, volvieron a centrarse en la cobertura de empresas y asalariados de las actividades afectadas por los cierres y las limitaciones para combatir la expansión del virus. “Hemos estado en clave de protección; lo lógico es pasar a estar en clave de activación”. Al tiempo recordó que, de cara al futuro, ya se han comprometido con Bruselas a que una de las reformas estructurales vinculadas a los fondos europeos de recuperación sea la de “consolidar el modelo de los ERTE”.
Desde el verano del año pasado, la Seguridad Social empezó a compaginar la exoneración de cuotas para las empresas de los trabajadores con el empleo total o completamente suspendido con la de aquellos que habían vuelto a trabajar. Según los datos presentados ayer por el departamento de Escrivá, han dedicado a la reactivación de trabajadores en ERTE mil millones de euros. Además estiman que han exonerado las cotizaciones empresariales de en torno a dos millones de asalariados que regresaron a su puesto de trabajo.
El ministro de Inclusión y Seguridad Social indicó que la negociación sobre la etapa final de los ERTE por covid se abrirá a principios de mayo. Mientras, los agentes sociales ya toman posiciones. Ayer el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, recordó que desde hace mucho tiempo defienden que este mecanismo debería haberse prorrogado hasta finales del 2021 para restar incertidumbre a las empresas afectadas.
A 20 de marzo
Todavía hay 783.000 asalariados con el puesto de trabajo suspendido
Garamendi también insistió en uno de los puntos que les ha enfrentado al Gobierno y los sindicatos: acabar el compromiso de mantenimiento de empleo por parte de las empresas que se han acogido a un ERTE. El líder de la patronal resaltó la necesidad de las compañías de anular esta cláusula y argumentó que prefiere “una compañía abierta con ocho trabajadores que una cerrada con diez”. Durante su intervención en el I Foro de Turismo de la CEOE, aseguró que “es la única manera” de mantener el empleo y que también “le va a salir más económico” al Estado.
Precisamente el enorme esfuerzo realizado por las arcas públicas es la principal razón argüida por el Ejecutivo para apoyar la cláusula de mantenimiento del empleo por seis meses que recoge las sucesivas regulaciones sobre los ERTE. El Ejecutivo estima que hasta finales de mayo habrán gastado 40.000 millones de euros en ayudas a la actividad durante la covid, incluidos los expedientes temporales a que se acogieron más de 3,5 millones de trabajadores, la prestación extraordinaria para 1,5 millones de autónomos y la incapacidad temporal para 3,8 millones de trabajadores de baja por infección de la covid o cuarentena.
Según los últimos datos de la Seguridad Social, el pasado día 20 de marzo aún había 783.000 asalariados con el empleo suspendido. Se aprecia un descenso significativo de los afectados, que en enero y febrero habían ido aumentando hasta llegar a los 900.000 trabajadores. El ministro Escrivá lo relacionó con el progresivo levantamiento de restricciones que se han ido aplicando en los últimos, después de la tercera ola de la pandemia.
El Ministerio de Inclusión y Seguridad Social ofreció ayer nuevos datos con los que afinar en el perfil de los afectados por los ERTE. Esta radiografía muestra diferencias entre los distintos colectivos de asalariados. En cuanto al tiempo en el que han estado con el empleo suspendido, las mujeres se acercaron a los 60 días de media en ERTE, frente a los hombres estuvieron poco más de 40 días. Al tiempo, los trabajadores con contrato temporal supera los dos meses en suspensión y los indefinidos rozan el mes y medio. Por edades, los asalariados más jóvenes y los de mayor edad han permanecido más tiempo en ERTE.
No a la cláusula de empleo
Garamendi: “Prefiero una empresa abierta con 8 trabajadores que una cerrada con 10”
El secretario de Estado de la Seguridad Social, Ismael Arroyo, apuntó ayer que la mayor incidencia de este mecanismo entre las mujeres y los trabajadores temporales puede estar relacionado con su sobrerrepresentación en las actividades más golpeadas por la crisis. No hay que olvidar que prácticamente la mitad de los trabajadores que en este año han pasado por un ERTE pertenecen a la hostelería y el comercio.