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El CEO de Pfizer vendió el 60% de sus acciones tras anunciar la vacuna

Albert Bourla

Bourla se embolsa casi 5 millones en una operación prevista con anterioridad

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Bourla, en una comparecencia en el Senado americano, en el 2019

Pablo Martinez Monsivais / AP

“Hoy es un gran día para la ciencia y la humanidad”. Con estas palabras celebraba el lunes Albert Bourla, presidente y consejero delegado (CEO) de Pfizer, que la vacuna de la farmacéutica había demostrado una alta eficacia. Tuvo otro motivo para celebrar: esa misma jornada, en la que las bolsas se dispararon, vendió más de l 60% de sus acciones en la empresa, valoradas en 5,6 millones de dólares –unos 4,76 millones de euros–.

La desinversión, plasmada en documentos de la SEC, el regulador del mercado de valores americano, puede levantar suspicacias sobre el manejo de información privilegiada, previendo que las acciones se dispararían por la noticia. Pero la venta estaba programada desde el 19 de agosto. Por esas fechas dejó pautado que al llegar a los 41,94 dólares por acción sus 132.508 títulos equivalentes al 63% de su cartera en Pfizer se vendiesen. Y esa cota se alcanzó el lunes. Fue muy cercana al pico de 41,99 dólares al que llegó la cotización de la empresa dicha jornada, y que no ha recuperado desde entonces.

Cotización

La venta se hizo muy cerca de los máximos de la jornada

“La venta es parte del plan financiero y personal de Bourla, que permite bajo reglas de la SEC que grandes accionistas e insiders –como consejeros y directivos– de empresas cotizadas negociar un número predeterminado de acciones en un momento predeterminado”, defendieron fuentes de la compañía. Yendo al detalle, esta planificación se recoge en la regla 10b5-1, por la que los ejecutivos pueden operar sin infringir las normas sobre el uso de información privilegiada.

Los directivos de grandes firmas suelen vender acciones por intervalos a través de este tipo de planes, pero algunos deciden retrasar estos movimientos para evitar que parezca que aprovechan acontecimientos que disparan sus precios.

Hace unos meses, algunos ejecutivos de Moderna, también en la carrera por la vacuna, vendieron grandes cantidades de acciones tras anunciar resultados prometedores en una fase inicial, lo que generó críticas e incluso una advertencia del presidente de la SEC.

Sede de Pfizer en Nueva York

KENA BETANCUR / AFP

No se sabe si Bourla logró un beneficio con la operación. Como dato, el precio de venta es un 9,6% superior al de las acciones el 19 de agosto, cuando se marcó la orden. En todo caso, no está ni cerca de sus máximos históricos de 48 dólares –ayer rondaba los 38,4–. Teniendo en cuenta que el presidente, de origen griego, lleva en la empresa casi tres décadas y está en cargos directivos desde hace unos veinte años, se tendría que conocer el precio al que se hizo con las acciones, o al que se le entregaron desde la empresa en el marco de un programa de pago en participaciones, para saber si se llevó un beneficio y de cuánto. Lo único en claro es que tras la venta le quedan 78.273 títulos, con un valor cercano a 2,5 millones de euros.

El mandamás no fue el único que vendió. Sally Susman, vicepresidenta, se deshizo de un paquete de 43.662 títulos por 41,94 dólares –igual que Bourla–, lo que equivale a 1,5 millones de euros. En su caso, lo fijó en noviembre del 2019.