La cadena de supermercados Caprabo ha sufrido por cuarto año consecutivo una importante caída de la facturación. Las ventas se redujeron un 13% en el 2019, alcanzando los 790 millones de euros. La compañía, perteneciente al grupo Eroski, explicó ayer que el descenso se debe “en gran parte” a la reducción de su red de tiendas fuera de Catalunya, pero no facilitó datos sobre el resultado. La cadena cerró el ejercicio de 2018 con una facturación de 912 millones de euros, un 8% menor que el ejercicio anterior, y pérdidas de 5 millones de euros.
El año pasado Caprabo se desprendió de los súper que tenía en Navarra. En total, la empresa cerró 29 establecimientos, mientras que abrió doce en Catalunya. Para este año tiene previsto inaugurar una decena de súpers, además de la puesta en marcha este verano de su plataforma de productos frescos, ubicada en El Prat de Llobregat, donde ha invertido 20 millones de euros.
Caprabo intenta abandonar los números negativos con un proceso de transformación de sus supermercados, dando prioridad a los productos frescos y a la integración con la venta online. Su plan de crecimiento se centra en Catalunya, aunque por ahora mantiene cinco establecimientos en Andorra y uno más en Aragón, en la zona de la Franja.
El presidente de Eroski, Agustín Markaide, explicó el año pasado que el grupo busca un socio para impulsar el negocio de Caprabo, compañía que adquirió en el 2007. La cadena cuenta con más de 300 tiendas y emplea a 6.000 personas.